Menores en orfandad, las otras víctimas del feminicidio (Oaxaca)

Noticias / Citlalli Luciana.

Acusan crueldad del Estado

Fue hace ocho años el feminicidio de su hija. Ana María Robles, tiembla de enojo, coraje, rabia y dolor como el primer día. Es una herida que nunca cerrará, que, por el contrario, crece cada día que no hay justicia para ella y para su nieta, víctima indirecta, invisibilizada en las políticas públicas gubernamentales, absorta en lo que ella llama la “crueldad del Estado”.

Ana María, quien es abogada de profesión y como misión de vida activista por la búsqueda de justicia para madres, hijas e hijos, víctimas indirectas de feminicidio, lo afirma con conocimiento pleno, en experiencia propia.

“No hay una comisión de víctimas en el Estado que ayude y brinde atención integral a las víctimas; no hay un apoyo social, no hay políticas públicas para los huérfanos. Es una crueldad del Estado, son invisibles jurídica y socialmente, tanto las abuelas como las hijas e hijos en orfandad. Somos invisibles y no hay una ley que nos proteja”, aun cuando se encuentra establecido en la Ley de Víctimas que es un derecho que les asiste.”

La desatención inicia desde que no hay un padrón fidedigno de cuántos niños, niñas y adolescentes hay en orfandad. El último dato arrojado en el año 2019 refiere 130 en orfandad aproximadamente, pero de esa fecha a esta se ha incrementado el número de casos de feminicidios en el Estado y en consecuencia más huérfanos por este terrible delito que daña colateralmente a toda la familia de la víctima.

En su caso quedó a cargo de una niña con una enfermedad crónico degenerativa; lo que implicó distintas intervenciones y atenciones médicas con especialistas, que Ana María tuvo que combinar entre el largo peregrinar de la defensa de su hija dentro del proceso penal que aún se encuentra en litigio.

“Yo he podido salir adelante porque soy profesionista, pero hay abuelas de la tercera edad que no tienen ni para comer, niñas y niños que han dejado de ir a la escuela, que tuvieron que empezar a vender dulces, abuelas que, por no tener recursos económicos, las niñas y niños viven con los abuelos del feminicida. Esto es muy difícil porque mientras no se cree e instale en Oaxaca la Comisión de Víctimas con recursos etiquetados para las víctimas de este delito (la cual es urgente y necesaria), los menores seguirán en el olvido e invisibles para el Estado”.

Ana María, quien también es coordinadora del Grupo focalizado de feminicidios y muertes violentas del centro PAIMEF, dice que con los pocos recursos que otorga el Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol) con la contratación de 4 abogadas que fungen como asesoras jurídicas y dos tanatólogas, brindan atención a víctimas indirectas de feminicidio y muertes violentas de mujeres en todo el estado, cosa que es insuficiente es por ello que pide al gobierno de Oaxaca, instale ya la Comisión de Victimas en el Estado con recursos etiquetados, agrega que muchas de las buenas intenciones se han quedado en el tintero en Programas Sociales, los cuales no han llegado a las víctimas indirectas niñas, niños en orfandad.

“El gobierno del estado ha instalado mesas en materia penal, pero no hemos avanzado en materia social, todo ha quedado en intentos. El año pasado planearon llevar despensas a las familias de las niñas y niños víctimas de feminicidio, no sé si llegaron, en lo personal no he sido beneficiada con nada y lo digo no porque yo lo pida porque bendito Dios soy autosuficiente, pero hay otras víctimas en las comunidades que son invisibles totalmente por la falta de conocimiento y de recursos económicos para llegar a la ciudad y ser escuchadas

Por otro lado -destaca- que la invisibilización de las niñas y los niños en orfandad, viola la ley de Víctimas del Estado de Oaxaca, que obliga a brindar atención integral. Por el contrario -agrega-los feminicidas, aún privados de su libertad reciben alimentación, servicio médico y trato digno.

Vida truncada

Viridiana Monserrat fue privada de la vida el 19 de octubre de 2012, ella era madre de una niña, en ese entonces de un año de edad.

“Ha sido un peregrinar muy largo, desde el inicio de la integración de la averiguación previa, la cual está tramitada en el sistema escrito anterior, en ese entonces la Procuraduría, ahora Fiscalía General no tenía un protocolo de atención al delito de feminicidio. En el transcurso de los años ha ido avanzando, pero aún prevalece un largo y penoso trámite de un proceso penal que aún no se cierra para poder dictar sentencia”.

El asesino de su hija fue detenido en septiembre de 2013. Si bien es cierto que está privado de su libertad, se beneficia de un proceso amañado por su defensa, que hasta la fecha no ha ofrecido una prueba contundente que demuestre la inocencia que asegura tener.

El caso se encuentra estancado por el burocratismo, los cambios de jueces, de secretarios, de presidentes del tribunal y la falta de personal con la experiencia o el perfil para poder determinar algunas pruebas específicas como peritos en distintas materias, y si a eso le agregamos protestas, tomas, vacaciones, bloqueos.

Viridiana es recordada como una persona muy noble, era empleada en el gobierno de Oaxaca, quien vivió en concubinato con el feminicida y padre de su hija. Hasta antes del nacimiento de su hija la relación parecía ir bien, refiere Ana María: “Yo desconocía que sufría violencia, me entero de esto posterior a su fallecimiento”.

Viridiana tenía muchos proyectos de vida al lado de su menor hija, quien horas antes del día en que fue asesinada, ella y su madre (Ana María) platicaban de muchos planes que se quedaron en el tintero. Bastaron unas horas dejarla sola para que él entrara a mi casa con engaños en donde la privó de la vida de la forma más cobarde y brutal.

De 47 heridas de arma blanca, terminaron con la vida de Viridiana, su expareja sentimental y padre de su hija.

“Son ocho largos años y esto todavía duele, pareciera que fue ayer y me va a doler toda la vida. Hemos recibido atención de psicólogos, psiquiatras, terapeutas y tanatóloga, y a pesar de eso es duro, muy difícil porque tienes que aprender a vivir con este dolor, te enfrentas con una situación sola y me refiero a la estructura del Estado; porque tienes a tu familia, pero no saben cómo ayudarte con este gran dolor de perder a una hija, como consolarte, tienes que recurrir a especialistas y cuando no tienes el recurso económico para hacerlo; te mueres de dolor, te mueres de depresión como han muerto tantas madres de víctimas: papás, mamás y demás familia sumidas en la depresión”, y sin el apoyo del Estado, por una situación que te fue dada.

Abrir la herida duele, desgarra el corazón, el sufrimiento se expresa en lágrimas de impotencia ante la falta de justicia, un grito sin eco que nadie, más que las madres de hijas víctimas de feminicidio entienden.

*Tan sólo en 2019
*130 menores quedaron en la orfandad tras el asesinato de sus madres

https://www.nvinoticias.com/nota/163931/menores-en-orfandad-las-otras-victimas-del-feminicidio