Mayas de la Península de Yucatán refrendan su compromiso de defender su territorio
MayaPolitikon
Dziuché, Quintana Roo .– Representantes de pueblos mayas de la Península de Yucatán refrendaron su compromiso de trabajar juntos en la protección de su territorio, sus tierras y su manera de vivir.
Reunidos hoy en Dziuché, Quintana Roo, expresaron asimismo su profunda desconfianza en los gobiernos de los tres niveles.
El único modo de resistir es trabajando juntos como pueblos, aseveraron en distintos momentos tras señalar actos impositivos de los gobiernos y de sus instituciones.
APOYO A DZIUCHÉ
Unas 150 personas provenientes de Yucatán, Campeche y Quintara Roo participaron hoy en el cierre anual de actividades del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS).
El evento tuvo lugar en la laguna de Dziuché, un lugar de recreo abierto al público que es administrado por el ejido, y que recibe visitas locales atraídas por la laguna Chichankanaab,
En los últimos años, desde 2011, los ejidatarios de Dziuché han sostenido una lucha legal contra los intentos de Amigos de Sian Ka’an, el cual quiere apoderarse de la laguna y de una vasta área forestal para su provecho.
Con la reunión hoy en Dziuché las organizaciones expresaron a la población que se solidarizan con su causa.
En el evento, participaron representantes del Colectivo Maya de los Chenes, Hopelchén, Campeche, del Consejo Regional Indígena Maya de Bacalar, Quintana Roo; “Candelaria I” José María Morelos, Quintana Roo, así como representantes de las nacientes organizaciones de Dziuché y de José María Morelos, ambas de Quintana Roo.
Por Yucatán estuvieron presentes el Colectivo Kanan Ts’ono’ot, de Homún, Yucatán; de San José Tipceh, Muna, Yucatán, de Dzonot Carretero, Tizimín, Yucatan.
Cada representante expuso la problemática a la que se enfrenta su comunidad. Un punto común es que los empresarios, con el apoyo del gobierno, les están arrebatando el territorio. En vez de recibir apoyo legal, las mismas instituciones gubernamentales operan contra ellos.
Mientras en la Ciudad de México indígenas se abren camino y se esfuerzan por entregar “el bastón de mando” al nuevo Presidente, en Dziuché los oradores dejaron en claro que las autoridades de todos los niveles confabulan contra los pueblos indígenas, y lo han hecho así siempre.
“Nuestra debilidad es la fuerza del gobierno”, señaló Alfonso Uicab Hoil, de San José Tipceh, Muna, Yucatán. “Al gobierno no le gusta ver que se le plante la gente. Apenas ve a alguien de nosotros que se rebela, entonces opera para frenarlo. Pero debemos mantenernos firmes, porque ese es su temor”.
“EL TREN DEL ATROPELLO MAYA”
El dirigente vecinal lucha para que su comunidad no quede cercado por un parque solar de cientas de hectáreas. Los paneles quedarían a 250 metros de las viviendas, según refirió.
Asimismo, fue unánime el rechazo al “tren maya”. Más bien es “el tren del atropello maya”, afirmó el poeta Pedro Uc Be. Que nos hagan violencia y nos despojen de lo nuestro no es nuevo, dijo: lo que sí es nuevo es este despertar de los pueblos, es este nacimiento de una esperanza, afirmó.
Una estrategia del gobierno es hacer las cosas luego preguntar, afirmó por su lado José May Herrera, dirigente de Kanan Ts’ono’ot, Homún.
Es una vergüenza, dijo May Herrera, que los legisladores locales de Yucatan vayan a la megagranja de cerdos y luego salgan diciendo que “todo está bien”. Y acusó al gobierno de Rolando Zapata Bello, quien “dos o tres días” antes de irse de Palacio de Gobierno ordenó que la granja comience a operar.
Pero la lucha de los pueblos se fortalece cada día.
LOS MENONITAS, LOS OTROS HOMBRES BLANCOS
Nuestra luchas, las violaciones a nuestros derechos que cometen gobiernos e instituciones contra nuestro territorio han sido escuchadas en La Haya, señaló el representante de los Chenes. En Hopelchén la brutal agroindustria de los “sak máako’ob” (los hombres blancos, menonitas) han puesto en peligro los cultivos.
Un estudio exhaustivo en curso ha revelado la gravedad de la contaminación de las aguas de los pozos a causa del glisofato, un agroquímico que los menonitas esparcen con avionetas.
En la sangre de niños y mujeres han sido detectados residuos de glisofato.
Y todo esto ocurre con la anuencia de las autoridades que apoyan al “empresariado” y dejan que la población pague el precio en términos de salud, denunciaron voceros en Dziuché.
En la clausura del evento, Pedro Uc Be dejó en claro que lo más importante de esta nueva esperanza y lucha que se vive en los pueblos es que es una decisión soberana, nacida de la voluntad firme de defender su cultura.– MP.– Diciembre de 2018.