Trabajadores, las primeras víctimas del caos en la carretera Colima–Manzanillo

Imagen: tomadas de la red social de Elías Castillo Jiménez

Redacción / Diario Avanzada

Colima, México, Avanzada (08/08/2025).- La publicación en Facebook de Elías Castillo Jiménez, trabajador del IMSS en Manzanillo, expuso crudamente lo que cientos de empleados viven cada día para llegar a sus centros de trabajo desde la capital del estado: horas perdidas en una carretera saturada, retrasos inevitables, desgaste físico y emocional, y una ausencia casi total de respaldo institucional.

Castillo relató que, pese a salir con dos horas y media de anticipación para su turno nocturno en el Hospital General de Zona 10, llegó tarde debido a un embotellamiento que, asegura, “no perdona” ni a quienes prevén el retraso. La respuesta que recibió al llegar —“salte más temprano para que no te descuenten”— refleja, según él, la falta de empatía y de cobertura legal ante incidentes fuera del tiempo de traslado reconocido por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. “Si algo me pasa antes de checar, no hay respaldo, no hay protección, no hay voz”, escribió en su perfil.

El testimonio no es un hecho aislado. Apenas el 16 de junio, trece docentes resultaron lesionados en un accidente ocurrido al regresar de sus centros de trabajo en Manzanillo hacia Colima y Villa de Álvarez. Además de enfrentar un hospital del ISSSTE sin recursos suficientes, los afectados debieron costear insumos médicos y pelear porque el incidente fuera reconocido como riesgo laboral.

Estos casos se desarrollan en un contexto de colapso vial que, lejos de resolverse, se ha prolongado por más de dos meses y medio. Las causas van desde la saturación del puerto, el exceso de tráileres en la carretera y fallas estructurales en las vialidades, hasta problemas de coordinación entre autoridades federales, estatales y municipales. Mientras la Presidencia de la República ha negado que exista un colapso en la aduana de Manzanillo, reportes del Consejo Mexicano de Comercio Exterior, la CANACAR y cámaras empresariales locales documentan retrasos de hasta ocho días en la liberación de mercancías, pérdidas millonarias y afectaciones en la economía regional.

El caos vial no solo golpea al comercio exterior: empresarios turísticos y restauranteros han advertido que el congestionamiento ahuyenta visitantes y pone en riesgo la temporada vacacional más importante del año. Docentes y transportistas señalan también el peligro de transitar por una carretera donde conviven maquinaria pesada, desvíos mal señalizados y camiones de carga a exceso de velocidad.

A pesar de las múltiples denuncias y testimonios, las soluciones concretas no llegan. La gobernadora Indira Vizcaíno y la alcaldesa de Manzanillo, Rosa María Bayardo, han ofrecido explicaciones y promesas, pero el malestar social crece entre quienes —como Elías Castillo— sienten que cada día se les exige más entrega, mientras se les deja solos frente a un problema que compromete su tiempo, su seguridad y su salud.

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