Apicultura maya, seriamente amenazada por las megagranjas

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Organizaciones certificadoras informaron a las apicultoras y a los apicultores de Yucatán que no podrán validar como productor de miel orgánica a ningún apiario que esté a menos de 3 kilómetros de distancia de alguno de estos sitios contaminantes.

Mérida, Yucatán, 2 de febrero de 2023.- Apicultoras y apicultores de Yucatán manifestaron que su actividad económica está seriamente amenazada por las megagranjas de cerdos en todo el territorio, al grado de que las organizaciones certificadoras les informaron que no podrán validar como productor de miel orgánica a ningún apiario que esté a menos de 3 kilómetros de distancia de alguna de esos sitios.

De hecho, la Alianza Maya por las Abejas de la Península de Yucatán Kaabnalo’on explicó que las mencionadas organizaciones verifican el cumplimiento de diversas normativas de producción orgánica, como la Ley de Producción Orgánica y sus reglamento y lineamientos, así como la norma CERTIMEX, que es equivalente a la norma europea.

Sin embargo, han retirado la certificación a apicultores en Maxcanú, y están recomendando a apicultores de todo el estado que muevan sus apiarios para que no pierdan la certificación. Para colmo, los requisitos de USDA-NOP son más estrictos, ya que establecen como obligatorio que haya 6 kilómetros de distancia entre apiarios orgánicos y posibles fuentes de contaminación, como las granjas.

En un pronunciamiento, la Alianza manifestó que la apicultura está siendo afectada por la presencia de granjas en la región, pues testimonios de apicultores de los municipios de Maxcanú y Kinchil muestran que los apiarios ubicados en áreas cercanas a las granjas (hasta a 2 km de distancia) presentan colmenas con poblaciones de abejas débiles y más bajas que los apiarios en otras zonas.

Además, el establecimiento de granjas porcícolas y avícolas fomenta la deforestación a gran escala y el deterioro de las selvas y cuerpos de agua a su alrededor, la gran mayoría de forma ilegal al no contar de manera previa con las correspondientes autorizaciones de cambio de uso de suelo en terrenos forestales y de impacto ambiental por parte de la SEMARNAT, lo cual afecta la apicultura establecida en la zona.

“El ejemplo más reciente es el de una granja de la empresa Crío en las afueras de Kinchil, en donde se han deforestado más de 200 hectáreas en una zona con presencia de apiarios. La apicultura no puede coexistir con sistemas de producción agroindustriales”, sostuvo.

Por tal razón, las y los apicultores manifestaron su indignación ante la deshonesta campaña de la empresa Kekén que pretende ocultar la destrucción de los recursos naturales del estado que realiza cotidianamente detrás de la fachada de promotora de la apicultura. Lamentó que presuma que la miel producida en apiarios ubicados dentro de la megagranja de Kinchil es de alta calidad, y hasta obtiene premios nacionales.

“Es lamentable que el apiario de la granja de Kekén en Kinchil, que se afirma ‘asegurará la sustentabilidad de la granja por varias generaciones, a través de prácticas innovadoras y amigables con el medio ambiente’, haya sido reconocido por Buenas Prácticas Pecuarias de Producción de Miel por la Coordinación General de Ganadería de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), a través de María del Refugio Medina Juárez, representante de esta instancia en Yucatán. Mientras que las normativas nacionales e internacionales para la apicultura orgánica y los organismos de certificación requieren que los apiarios deben ubicarse a más de 3 km de distancia de las granjas, la SADER premia a un apiario que se encuentra dentro de una granja”, criticó.

La Alianza Maya por las Abejas declaró que esta posición de la SADER entra en contradicción con el trabajo que ha hecho la SEMARNAT en Yucatán para frenar la contaminación y la operación ilegal de granjas porcícolas.

En ese contexto, señaló que la sociedad yucateca y las diferentes instancias de gobierno no deben cerrar los ojos ante los graves daños que Kekén y las granjas en general están provocando en el estado, afectando el agua, aire y la salud de la población.

“Exigimos a las autoridades federales, estatales y municipales de Yucatán que garanticen un estado de derecho y el respeto a los derechos humanos, a la salud, al medio ambiente sano, al agua, al territorio y a la vivienda digna, en favor de las y los apicultores y las comunidades que están siendo afectadas por la presencia de las granjas en el territorio”, finalizó.

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