Kekén atenta contra la salud de pobladores de Sitilpech; instala red de desagüe (Yucatán)

Rubén Dario Hau Fotos: Martín Zertina / Por Esto!

La mega empresa Kekén estaría atentado de nuevo contra la comunidad de Sitilpech, en Izamal, al construir una extensa red de tuberías que parten de su planta principal y que se extiende hacia un terreno aledaño, con la intención de deshacerse de los desechos tóxicos que generan cerca de 48 mil crías de cerdo.

POR ESTO! constató que las tuberías tienen varias bifurcaciones a lo largo de un terreno de aproximadamente 300 hectáreas, y que en cada terminal instaló un aspersor de agua por donde saldrían los líquidos que la empresa no puede contener en sus cinco piscinas de “tratamiento” de las 12 naves que tiene en Sitilpech.

Durante más de media hora, Por Esto! caminó las brechas que empleados de Kekén abrieron para instalar los conductos que terminarían, según se sospecha, en una “sascabera” que hay dentro de la zona. Por lo pronto, la obra está en proceso, pero se pueden observar largas brechas que se han abierto bajo la selva.

Ayer dimos a conocer que la comunidad organizada de esta comisaría de Izamal, cuyo movimiento llaman “La Esperanza de Sitilpech”, realizó un cierre simbólico de la planta de Kekén (Kancabchén II) porque detectó alta concentración de bacterias coliformes en el agua, reciben malos olores de los cerdos, también les han detectado enfermedades de la piel en niños y adultos, así como daños en la agricultura.

Durante la manifestación pidieron que la empresa cierre la planta porque constituye una fuente de contaminación. Ellos reciben asesoría de la asociación civil Kanán, quienes han promovido un recurso ante un juzgado federal para pedir la suspensión de actividades de Kekén en esa comunidad. Sin embargo, se han enfrentado “contra la pared”.

Guillermo Euán Moo, un campesino de 72 años de edad, que en ese momento estaba llevando leña a su hogar, dijo que la empresa está utilizando el terreno aledaño a la planta para tirar “agua caliente de los cerdos”, con lo que matará toda la vegetación del monte.

Dijo que el terreno tiene aproximadamente 300 hectáreas, que perteneció a una persona de nombre Santiago Bobadilla, de la comunidad de Yodzonot, quien le vendió a Kekén, sin que nadie del pueblo se enterara.

Explicó que él pasa todos los días el sacbé que está en los linderos de la planta y por eso se dio cuenta que la empresa empezó a instalar tuberías desde hace un mes. “Kekén nos va a chingar como siempre. Va a utilizar la sascabera que hay allá para tirar toda el agua mala”.

Otro leñador, Chava Uicab, que conducía su triciclo y que llevaba a sus perros “Petaca” y “Dulce”, dijo que está sorprendido por la rapidez con que están instalando las tuberías. Según se observó, en los alrededores de la sascabera sólo hay basura y cerca de ahí se ubica un rancho que cría ganado.

Verónica, una integrante de “La Esperanza de Sitilpech”, dijo que el pueblo nunca se enteró cuando la empresa compró el terreno donde hoy están instalando la red de tuberías para tirar el agua contaminada, a través del sistema de aspersión.

Hay sospechas fundadas de que utilizarán la “sascabera” para tirar los líquidos contaminados. “Con esa intención están sacando el agua sucia de la planta”.

“La Esperanza de Sitilpech” está planeando llevar su caso ante otras autoridades, principalmente a los responsables de cuidar el agua y cuidar el medio ambiente, porque hay casos de niños enfermos cuyos padres, por temor a represalias, no se atreven a hablar.

Dijo que la gente tiene miedo porque sabe que se está enfrentando a una empresa poderosa, que tiene mucho dinero y que en cualquier momento puede reaccionar para dañar a quienes han dado la cara en el movimiento.

Por lo que hemos visto en otros casos, como el de Homún, dijo, Kekén puede tomar represalias y por eso tenemos que cuidarnos, pero la lucha sigue y no se detendrá.

El temor también radica en que las altas concentraciones de químicos derivados de la orina y defecación de los cerdos pueda a afectar a los niños con el “síndrome del bebé azul”, que es un término usado en la medicina por el color que pueden llegar a tener los niños afectados por cianosis.

De hecho, Kekén no revela qué tipo de alimentación proporciona a sus cerdos para que tengan un rápido crecimiento. La fórmula sigue siendo secreta y se desconoce qué químicos inyecta a los animales para hacerlos crecer y mantenerlos saludables para generar la “calidad” de carne que requiere el mercado.

Se sabe que esa empresa exporta a China y recientemente embarcó contenedores hacia Angola, de modo que ya cubre mercados en África, Asia y América.

El poderío industrial de Kekén proviene de sus plantas procesadoras de Yucatán y Guanajuato. La de la entidad proceden principalmente de los municipios de Umán y Sahé, en Tixpéhual, y otras filiales como la de Izamal.

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