Calakmul: El acueducto inconcluso de la Sedena y 439 millones de pesos por comprobar (Campeche)

Mathieu Tourliere / Revista Proceso

La Conagua, responsable de instalar 96.71 kilómetros de tubería, delegó sus responsabilidades a la Sedena mediante un “convenio de colaboración”. La obra debía entregarse el 31 de diciembre de 2022, se destinaron 956.3 mdp, pero la Sedena solo ha comprobado la ejecución de 526 mdp, señaló la ASF.

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Además de entregar a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) el Tren Maya, varios aeropuertos, hoteles, las aduanas terrestres y la seguridad pública del país, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador dio a la institución castrense un paquete de 965 millones 387 mil pesos para rehabilitar un acueducto de 97 kilómetros que pretende llevar agua a la zona selvática de Calakmul, en Campeche, donde pasará el Tren Maya.

De este monto, la Sedena dejó pendientes de comprobar 439 millones 76 mil pesos el año pasado y se atrasó mucho en la obra, según documentó la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en la segunda entrega de informes relativos a la Cuenta Pública 2022. Según el órgano fiscalizador, la Conagua entregó los 965 millones de pesos a la Sedena, que solo comprobó la ejecución de trabajos por 526 millones de pesos.

Desde que se dio a conocer el trazo del Tren Maya, las comunidades organizadas cercanas a la zona arqueológica de Calakmul, especialmente en Xpujil, han levantado la voz para expresar sus temores sobre los efectos que tendría la llegada masiva de turistas en su región, que ya padece escasez de agua. Para resolver este problema, el gobierno de López Obrador encargó a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) la “rehabilitación integral y modernización del acueducto López Mateos-Xpujil”.

Sin embargo, la Conagua, responsable del megaproyecto, delegó sus responsabilidades a la Sedena mediante un “convenio de colaboración” que dejó al Ejército la instalación de los 96.71 kilómetros de tubería, con un plazo de entrega para el 31 de diciembre de 2022.

La obra busca extraer agua potable de cinco pozos del acuífero Península de Yucatán –a la altura del municipio de Escárcega– y canalizar 230 litros por segundo hasta una planta de distribución en la selva de Calakmul a través de una tubería de 20 pulgadas, con la ayuda de estaciones de rebombeo. El proyecto recibió luz verde de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en enero de 2022.

El acueducto sigue un trazo paralelo al del Tramo 7 del Tren Maya, a cargo de la Sedena. Esa ruta atraviesa la selva entre Escárcega y Chetumal, en Quintana Roo, y las obras tienen un avance de apenas 30%, según informó Gustavo Ricardo Vallejo Suárez en la conferencia matutina de López Obrador el pasado 7 de agosto.

Al igual que el Tren Maya, tanto la Conagua como la institución castrense incumplieron con los plazos del acueducto: a finales del año pasado, la Sedena apenas reportaba un avance del 45.5%. Según la ASF, las autoridades “realizaron una deficiente planeación y programación de los trabajos”, y la Sedena “tuvo que enfrentar diferentes situaciones que impidieron cumplir la ejecución de los trabajos programados”.

En julio pasado, el delegado de la Conagua en Campeche, Víctor Manuel Guillermo y Maldonado, aseveró que el presidente López Obrador inauguraría el acueducto de Xpujil a finales de 2023, y sostuvo que las obras iban “en tiempo y forma”, lo cual era falso, pues la Sedena debió entregar el trabajo final en diciembre de 2022.

De acuerdo con la ASF, la Sedena, institución más favorecida por el presidente López Obrador durante su sexenio –además de duplicarle su presupuesto, le entregó la construcción y administración de varios de sus megaproyectos, como el Tren Maya o el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA)–, no pudo conseguir la tubería requerida y solo fue capaz de instalar 37.75 kilómetros. Aparte, la Sedena no siguió los planes de las obras, pues según la ASF “la ejecución de los trabajos de relleno y acarreo de las excavaciones para alojar la tubería no se llevaron a cabo como lo indicado en las especificaciones técnicas” del proyecto.

Entre sus observaciones, la ASF culpó a la Conagua por unos pagos en exceso en la contratación de consultores y servicios de laboratorio, y por gastos anexos. En respuesta, la dependencia echó la responsabilidad a la Sedena, pues aseveró que dichos trabajos “fueron ejecutados por administración directa” por el Ejército.

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