Agreden a corresponsal de “Proceso” durante la investigación sobre Sosa Castelán en Baja California

Proceso / Jesusa Cervantes


Cervantes y Corpus. Fotografiadas por Karina López.

ENSENADA, BC.– “Le estamos exigiendo y prohibimos que esté publicando cosas calumniosas, porque sí va a haber consecuencias…”, soltó Karina López, esposa de Eduardo Cota Osuna, representante de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) en Baja California.

La amenaza, dirigida a la reportera del diario Reforma, Aline Corpus y a la corresponsal de Proceso fue proferida el martes 1 al filo de las 15:00 horas, cuando salíamos del ejido Emiliano Zapata.

Habíamos acudido al predio 7, de Maricela Gutiérrez Manzo, quien nos acompañó a observar de cerca la construcción ubicada en la punta de un cerro y que figura en el Registro Agrario Nacional como propiedad de personas vinculadas a la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, a Gerardo Sosa Castelán y a la Coalición de Organizaciones Democráticas, Urbanas y Campesinas.

“Por donde caminamos es el acceso a la fracción mía”, dijo Gutiérrez Manzo, y justo ahí se le realizó una entrevista. Ella se identificó ante las reporteras como la comisariado ejidal con la credencial 8976 emitida por la Sedatu y el Registro Agrario Nacional, según la sentencia de la Primera Sala del Tribunal Superior de Justicia del estado, fechada el 12 de diciembre de 2002.

En el camino vecinal, tras abandonar el predio de Gutiérrez Manzo, fuimos cercadas por una veintena de personas, de las cuales sólo dos: Carlos Cota Osuna y Roberto Reyes Suárez, eran ejidatarios.

Desde que realizábamos una entrevista dentro del predio de Gutiérrez Manzo arribaron dos policías municipales a bordo de la patrulla 948, P-09, que se estacionó en el camino del ejido. También llegaron las personas que, al salir, nos interceptaron.

Me identifiqué con los policías como corresponsal de Proceso, luego con una pareja de los que nos cercaron a Corpus y a mí. Nos preguntaron el motivo de nuestra visita. Les respondimos que queríamos saber si la construcción contaba con los permisos o si ellos conocían al señor Sosa Castelán.

En ese momento el ejidatario Roberto Reyes Suárez pidió que le hablaran a Eduardo Cota Osuna, representante de la Sedatu. La reportera Aline Corpus les dijo que ya estaba marcando al celular del funcionario. Nunca respondió.

Quien sí se presentó en el lugar fue Karina López. Alterada, exigió a las reporteras borrar las fotografías, videos y la grabación pues, según ella, nadie nos había dado permiso de entrar a propiedad privada.

El segundo ejidatario, Carlos Cota Osuna, hermano del funcionario de la Sedatu y cuñado de Karina López, nos dijo a Corpus y a mí que, si éramos reporteras, debimos empezar por verificar si el terreno era ejidal o privado; nos dijo que, por ser ejidal, lo habíamos invadido.

Cuando se le contestó que el terreno es de Gutiérrez Manzo, quien cuenta con documentos que la acreditan como su propietaria, así como una credencial en la cual se le reconoce como la comisariado ejidal, Carlos Cota comenzó a descalificarla; dijo que el polígono es del ejido, no de ella. “Nada tiene que ver ella en ese polígono porque ella ya lo vendió”, dijo Cota.

Las reporteras pedimos entonces que nos dijeran qué pasaba con la construcción, para tener su versión; que nos mostraran los documentos que demostraran que ellos eran los dueños del ejido. No quisieron hablar.

El acoso

Habían pasado ya 15 minutos, tiempo en que no dejó de cuestionar el papel de la comisariado Gutiérrez Manzo, cuando Karina López soltó la amenaza:

“¡Borre el material, porque entró sin permisos! Esa señora no tiene nada que ver en el polígono, no representa absolutamente a nadie; no tiene por qué sorprender a un medio de comunicación… Y si tiene ética, ¡usted no tiene por qué estar publicando, ni estar publicando fotografías, que no le damos permiso!”

En una carta enviada a Proceso, uno de los dos ejidatarios que estuvieron en el lugar señala: “Sin presentarse o haber solicitado permiso o autorización alguna, las dos mujeres a bordo del vehículo, con actitud sospechosa, arbitraria e ilegal, tomaron fotografías de nuestras propiedades, de nuestro hogar, de nuestro rostro. Temerosos de la integridad de nuestras familias, les seguimos… fue que observamos que irrumpían propiedad privada brincándose el cerco de mi propiedad”.

La misiva añade que dieron parte a la policía y cuando los uniformados llegaron, “con engaños y en forma intimidante, la corresponsal Jesusa Cervantes y su acompañante (Aline Corpus) manifestaron que venían a la propiedad de Maricela Gutiérrez…”.

El quejoso alega que la propiedad no es de Gutiérrez Manzo, sino de él, no obstante que ella nos mostró documentos que la acreditan como propietaria e incluso levantó la cerca para que ingresáramos.

En el reporte de los dos uniformados que acudieron al llamado del ejidatario no se menciona la presunta invasión de propiedad privada, sólo destaca que las personas estaban inconformes con la presencia de las dos reporteras pero que, al final “optaron por retirarse del lugar para no tener ningún tipo de problema más con los ejidatarios”.

Al ingresar al ejido, desde el auto pudimos ver letreros donde se rechazaba a Gutiérrez Manzo como la comisariado ejidal. Los rotulados en serie fueron captados con el teléfono celular. Sin embargo, ante las intimidaciones de los dos ejidatarios y de la esposa del representante de la Sedatu, Corpus y yo optamos por no darlas a conocer.

Ante las amenazas de la señora Karina López y aprovechando la presencia de los dos uniformados, se le pidió que denunciara la supuesta invasión. No respondió.

Sin embargo, dos días después, la tarde del viernes 4, Karina López se comunicó a la Redacción de Proceso en la Ciudad de México para quejarse de que la reportera Jesusa Cervantes “invadió una propiedad privada”, acompañada de la señora Maricela Gutiérrez, quien es una prestanombres.

Aseguró que la reportera fue “muy prepotente y grosera”; sólo se identificó como tal cuando llegó la policía, dijo.

Desde que la veintena de personas nos cercaron, Corpus y yo nos identificamos. Luego exhibí mi credencial, que incluso fue subida a la cuenta que Karina López tiene en internet, junto con un par de fotografías donde aparece también la reportera Aline Corpus.

En ese sitio se nos acusa a ambas de irrumpir en propiedad privada, a la que llegamos como “bandidas, brincando cercos”.

https://www.proceso.com.mx/647076/agreden-a-corresponsal-de-proceso-durante-la-investigacion-sobre-sosa-castelan-bc