TEJIENDO RESISTENCIAS GLOBALES: CONVERSATORIO LUCHAS DE PUEBLOS DEL MUNDO EN CONTRA DEL DESPOJO CAPITALISTA. JORNADAS EN DEFENSA DEL TERRITORIO Y LA MADRE TIERRA “SAMIR SOMOS TODAS Y TODOS”.

Colectivo Grieta
16 marzo 2020

“A esa flor le arrancaron los pétalos/ pero está viva/ Ese corazón en desgracia se mantuvo firme/ Esa estrella cayó/pero con un rastro de luz en el bosque/ como quien sabe morir con una sonrisa/ cuando extiende sus alas el viento de las tierras altas y de las montañas/ Las llevo siempre conmigo / son la imagen de nunca rendirse.      Hejar, Esa flor, poesía kurda, sec. XX.

 

El pasado jueves 28 de febrero en el auditorio Narciso Bassols de la Facultad de Economía de la UNAM, se realizó un conversatorio, en el marco de las Jornadas en Defensa del Territorio y la Madre Tierra: Samir Somos Todas y Todos, en el que participaron: Istmo de Tehuantepec. Resistencia Frente a los Parques Eólicos y Corredor Interoceánico, el Movimiento de Liberación de Mujeres del Kurdistán en América Latina, Movimiento en Contra del Gasoducto Trans Adriático, la Plataforma Ciudadana para una Transición Ecológica Justa (Estado español),  la Amassada Resitencia Contra las Eólicas de Électricité de France (sur de Francia), un integrante de los 12 Pueblos de Tecámac y una representante del pueblo sami de Noruega. Los participantes en esta mesa compartieron sus experiencias de resistencia -en especial contra los megaproyectos-, denunciaron al capital que con la máscara de las “energías renovables” están despojando a nivel internacional a distintos pueblos de sus territorios y recordaron a Samir Flores Soberanes y muchos otros defensores de la tierra y el agua que han caído asesinados por defender a la madre tierra.
Los primeros en tomar la palabra fueron los integrantes del Movimiento en Contra del Gasoducto Trans Adriático -también conocido comoMovimiento no TAP (Trans Adriatic Pipeline)-, para denunciar que el gasoducto para el transporte de gas natural en Europa forma parte de un proyecto más amplio llamado Corredor de Gas del Su(Southern Gas Corridor). El TAP -explicaron- se desarrolla como un proyecto de despojo a lo largo de 878 kms entre Grecia, Albania e Italia. A su paso por el fondo del mar Adriático daña el medio ambiente, además de impactar negativamente la economía local de estostres países al favorecer a grandes corporaciones extractivistas como la italiana Snam (Società Nazionale Metanadotti/Sociedad Nacional de Oleoductos) -dedicada a la infraestructura energética- y la británica British Petroleum. El movimiento en contra del Trans Adriático ha articulado muchas organizaciones sociales que luchan contra la apropiación privada del territorio en esa región, esfuerzos organizativos que-denuncian- han sido violentamente reprimidos en varias ocasiones. Por eso comentan que “nuestra lucha es contra el extractivismo y por eso nos duele el asesinato del compañero Samir. Su lucha es la misma que la nuestra”.
La siguiente en hablar fue una compañera del Movimiento de Liberación de Mujeres del Kurdistán en América Latina. Mediante una exposición en la que presentó la larga historia de resistencia del pueblo kurdo, cuya existencia se remonta a los antiguos medas 30 siglos atráresaltó  el lugar central que han tenido las mujeres en su actual organización. Esta “revolución social de mujeres”y la organización a través de la autogestión –dice la compañera-, no nació ayer y dejó en claro que la resistencia y la rebeldía kurda por medio de la “auto-organización confederada” tiene una densidad histórica profunda y se expresa de muchas formas: a través de la cultura, la política, la economía y la ecología. Como lo dijo, “es la gran convivencia desde la unidad de la diferencia lo que nos ha hecho fuertes.“La compañera relató que las alianzas más allá de las fronteras impuestas han sido una constante en la historia del pueblo kurdo, así como también lo ha sido la lucha contra los poderes patriarcales del capital. Estas son algunas de las causas por las que este pueblo sigue en pie de lucha a pesar de los planes geopolíticos que tiene las potencias mundiales  sobre su territorio. La compañera muestra que la región kurda de Rojava -enclavada en el norte de Siria- es la síntesis de la resistencia kurda, “donde se lucha, no por un cambio de gobierno sino por la libertad…porque no podemos dejar que nuestra libertad sea subsumida por las fuerzas del capital” y debemos “anteponer el trabajo comunal al capitalismo patriarcal”. Y concluyó: “La libertad es algo que tenemosque construir cada día juntos y juntas”, pues “esta vez nuestros destinos no van a ser decididos por los poderosos”.
En la mesa también estuvo presente una compañera del pueblo sami, pueblo cuyo territorio quedó dentro de las fronteras de Noruega,Suecia, Finladia y Rusia. El pueblo sami que habita en estos cuatro países del norte de Europa habla 9 lenguas.  El pueblo sami -explica la compañera proveniente del norte de Noruega- se ha dedicado ancestralmente al pastoreo del reno, práctica colectiva fundamental en su cultura, además de ser un elemento importante de su identidad y de su forma de vida. Este pueblo se ha enfrentado históricamente a un “proceso de colonización interna” desarrollado a partir de políticas de educación y de tenencia de la tierra que buscan asimilar a los sami a la cultura imperante: “antiguamente, para poseer la tierra, nuestros antepasados tenían que cambiar de nombre”, es decir, renunciar a parte esencial de su identidad. En la actualidad, los sami del sur, comunidad a la que pertenece la compañera, son una comunidad de 2 mil personas, la mitad de los cuales continuan hablando su lengua. El “genocidio cultural” padecido históricamente por este pueblo, ha tenido el rostro de la minería, las hidroeléctricas, el turismo y la construcción de carreteras, lo que ha fragmentado su territorio. Por esta razón los sami han luchado históricamente contra la colonización y apropiación de sus tierras: “nuestra lucha es contra las políticas de asimilación y contra la ideología racista que nos ve como inferiores”. En su presentación, la joven mujer sami explicó que los antecedentes más inmediatos de su resistencia se ubican en la década de los años 70 del siglo pasado, contra la instalación de una hidroeléctrica en el norte de Noruega. En la actualidad, el tema de la defensa de su territorio es la piedra angular de la resistencia de los sami, que se enfrentan a una nueva cara del despojo que son los megaproyectos ligados a la “economía verde”. Explica que el “colonialismo verde”, amparado en el discurso del cambio climático, impulsa nuevas hidroeléctricas y pretende impu
lsar la industria eólica en su región, proyectos gigantescos que, de llevarse a cabo, implicarían un mayor fraccionmiento de su territorios.
Para concluir denunció que ante los logros jurídicos en la defensa de los territorios del pueblo sami en la Corte Suprema sueca y en instancias internacionales, la respuesta de parte de la sociedad en éste y otros países escandinavos ha sido agresiva-no algrado que se da en México, aclara-, pero sí ha implicado el ataque a las manadas de renos y, en algunos casos, la ejecución de éstos por parte de vecinos no sami. 
También participó una compañera del Istmo de Tehuantepec, quien resaltó la falacia del capitalismo verde y el despojo que ha significado la extensión de la industria eólica en esta región de Oaxaca, el corredor eólico más grande de Latinoamérica desarrollado en el marco de una crisis energética mundialY se pregunta, criticando el desperdicio energético de los países más ricos: ¿qué tipo de mundo es el que necesita tanta energía? ¿Por qué el 10% de la población consume el 50% de la energía que se produce, en tanto gran parte de la población mundial no tiene acceso al consumo indispensable de energéticos? ¿Transición energética para qué o para beneficiar a quiénes? Y responde: estos privilegiados son los que ahora nos despojan en nombre de las energías renovables, “limpias”. 
Mencionó que en el Istmo, gran parte de las inversiones provienen de grandes corporaciones españolas, holandesas, italianas y francesas que se están apropiando del territorio para aumentar sus ganancias y privatizando las tierras comunales y ejidales. La política actual de energías renovables y de la transición energética -reiteró- se inscribe en la lógica del despojo. Así la viven los pueblos de del Istmo oaxaqueño, a los que la instalación de estos aerogeneradores por parte de empresas ha significado perder el dominio sobre sus territorios y la generación de conflictos comunitarios. Menciona que en particular- los pueblos de la laguna del Pacífico enclavados en la región istmeña, han resistido con determinación esta embestida. En particular el pueblo ikoot (huave), ha construidojunto con otros pueblos indígenas un corredor de resistencias basadas en la comunalidad que no ha permitido que sigan creciendo los parques eólicos, aunque ahora se enfrenten con un gobierno que busca legitimar estas inversiones extranjeras por medio de supuestas consultas “que no están respondiendo a los pueblos y más bien están agudizando la violencia”. Son consultas -denuncia- que “no han sido previas, ni libres ni informadas”, como lo establece la legislación internacional. Por ello concluye que la suya es “una lucha contra el exterminio de una forma de existencia cuya base material es la tierra”. 
También participaron miembros de a Amassada (Asamblea en occitano) Resitencia Contra las Eólicas de Électricité de France (EDF) que han sido afectados por la expansión de la corporación RTE, filial de EDF. Coincidieron con los demás expositores en afirmar que la industria eólica es un negocio capitalista que está destruyendo tanto como el petróleo y el carbón.  Mostraron que, como en México, estas grandes corporaciones realizan consultas a modo de las empresas y gobiernos para legitimar sus megaproyectos, por lo cual el movimiento de inconformes en el sur de Francia decidió bloquearlas. Como respuesta el gobierno los reprimió en 2019, enjuiciando a varios luchadores. 
En la mesa también participó un miembro de los 12 Pueblos de Tecámac que se encuentran en resistencia contra el Aeropuerto Internacional de Santa Lucia (AISL). Mencionó que este megaproyecto afecta a los pueblos originarios y campesinos de la cuenca del valle de México. “Hemos luchado contra el uso monopólico de los recursos y por eso luchamos contra el aeropuerto, porque es un megaproyecto que se ha impuesto por medio del terror y por medio de la violencia de grupos criminales” y que de realizarse generaría un proceso de urbanización desbordadoque modificaría profundamente la forma de vida de las comunidades de la región.
El evento cerró con la participación de un miembro de la Plataforma Ciudadana para Una Transición Ecológica Justa quien comenzó agradeciendo a México el haber acogido hace ochenta años a los exiliados republicanos que huían de la guerra. El compañero mostró, mediante un análisis de la crisis ecológica. la inviabilidad de sustituir de manera significativa los combustibles fósiles (petróleo, gas) por las llamadas “energías renovables”.Recalcó que la llamada transición energética es una mentira porque el capitalismo se sigue basando en energía fósil y que la implementación de proyectos “energéticos verdes” sólo ha servido para arrebatarle territorio a los pueblos orignarios en el mundo. La Plataforma aglutina diferentes organizaciones de la Península ibérica y lucha contra los megaproyectos de producción energética que sólo están sirviendo para generar mayor concentración de capital en las grandes corporaciones, concentración de capital que hace imposible una transición energética justa, que responda a las necesidades del pueblo y no de las empresasTambién, el compañero hizo especial énfasis en que la lucha en contra de estoss megaproyectos es en defensa de los suelos fértiles utilizados para la producción de alimentos, puesta en riesgo por eólicas y fotovoltáicas.
Para terminar, se recordó al compañero Samir Flores, asesinado hace un año por oponerse al Proyecto Integral Morelos, y a todos los caídos en la lucha por la defensa de la madre tierra y se hizo un llamado a resistir mediante la comunalidad y la cultura, respetando los modos de cadapueblo y colectivo, a esta nueva faceta del capitalismo que ahora se pinta de verde con el objetivo de que una minoría privilegiada mantenga un estilo de vida depredador.