Matan a madre e hijo en zona crítica de Chihuahua para defensores del bosque

Patricia Mayorga/ PROCESO

CIUDAD DE MÉXICO (apro). – Sujetos armados asesinaron a Otilia Martínez Cruz, de 60 años, y a su hijo, Gregorio Chaparro Cruz, de 20, en una ranchería ubicada en el municipio de Guadalupe y Calvo, Chihuahua, uno de los puntos del Triángulo Dorado donde han perdido la vida activistas indígenas por el sólo hecho de defender sus tierras.

De acuerdo con un testigo presencial que ya declaró ante los elementos de la Agencia Estatal de Investigación de la Fiscalía Zona Sur, tres hombres armados de un grupo conocido como ‘Los Chorohuis’, llegaron a la casa de las víctimas y les dispararon en el exterior.

Uno de los homicidas responde al nombre de Ramón Muela Loera.

El doble asesinato se registró en la ranchería de El Chapote de la comunidad Coloradas de la Virgen, de la sección de Baborigame, municipio de Guadalupe y Calvo.

Los cuerpos tenían varias lesiones ocasionadas por armas de fuego en distintas partes y fueron trasladados a la cabecera municipal de Guadalupe y Calvo, para practicarles la necropsia.

En el lugar, embalaron seis casquillos percutidos de armas con calibre 7.62 × 39 y uno más percutido, calibre .223.

En Coloradas de la Virgen y en la comunidad hermana de Choréachi del mismo municipio, han asesinado a por lo menos diez defensores del bosque y del territorio a partir de 2013, pero la lucha que han sostenido tiene más de tres décadas. El primer líder que asesinaron fue Julio Baldenegro en 1986 y 30 años después, mataron también a su hijo Isidro Baldenegro López, el 15 de enero de 2017. A Isidro le entregaron el premio Goldman 2005, por defender su tierra.

Las dos comunidades, Coloradas de la Virgen y Choréachi, tienen medidas cautelares, esta última, ordenada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y aun así el 1 de febrero de 2017 asesinaron a Juan Ontiveros, otro líder indígena de esa comunidad.

El último líder indígena asesinado en Coloradas de la Virgen fue Julián Carrillo Martínez, el 24 de octubre del año pasado. Él tenía medidas cautelares del Mecanismo federal de protección a periodistas y derechohumanistas.

Como consecuencia de los homicidios, desde 2013, han huido de esa tierra decenas de familias, por amenazas. Hasta ahora no han podido regresar quienes han sido desplazados de manera forzada.

La Fiscalía General del Estado ha llevado a tres personas como presuntos homicidas de Juan Ontiveros, Isidro Baldenegro y de Julián Carrillo, respectivamente.

En el caso del homicida de Isidro Baldenegro, Juan Javier Cornejo Páez, éste fue sentenciado a 11 años de prisión el pasado 21 de febrero.

El 1 de febrero detuvieron a Feliciano R.M. como presunto asesino de Julián Carrillo, el proceso penal continúa y el mes pasado, aprehendieron a Rosalío Joel M.P. como autor de la muerte de Juan Ontiveros, pero fue liberado por una jueza de Control en la audiencia de vinculación a proceso.

La asociación Alianza Sierra Madre, quien acompaña y asesora a Coloradas de la Virgen y a Choréachi en las denuncias penales y agrarias, advirtió el riesgo que corre la comunidad de Choréachi con la liberación del presunto homicida.

La misma organización derechohumanista ha advertido que no basta con detener a un autor material, ya que hay elementos suficientes y declaraciones de pobladores, que evidencian que las comunidades completas son víctimas por la defensa ambiental y como tal, se deben investigar esos homicidios para dar con otros autores materiales y sobre todo, con los intelectuales, así como autoridades que han solapado y generado los índices de impunidad.

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