Buscar en compañía, en terreno y en comunidad (Guerrero)

Daniela Rea / Pie de Página

La Cuarta Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas arrancó este sábado 19 de enero en Huitzuco, Guerrero. Alrededor de 150 familiares y personas solidarias de distintas partes del país caminan cerros tras los pasos de sus ausentes.

Huitzuco, Guerrero.- Las personas desaparecidas se buscan en el terreno y en la comunidad. Es el principio con el que las familias de personas ausentes salen dos semanas a recorrer la región central de Guerrero para encontrar a alguna de las mil 688 personas que han sido desaparecidas en esta entidad desde el año 2007.

A diferencia de las brigadas anteriores, que se concentraban en la búsqueda en terreno, esta brigada está compuesta de tres ejes: la búsqueda de fosas clandestinas o campamentos en el terreno, la búsqueda en las comunidades eclesiales y la búsqueda en escuelas, plazas públicas de Huitzuco, Taxco, Iguala y Chilpancingo.

Estas dos formas de búsqueda, a través de las iglesias y las comunidades, tiene el objetivo de irrumpir el espacio público con el mensaje de “localizar e identificar a personas desaparecidas” para que la brigada tenga legitimidad social y a partir de esto, la gente sepa que puede acercarse de manera segura a compartir información para la búsqueda.

“Si no entramos con la comunidad, así tengamos a la Marina y al Ejército con helicópteros acompañándonos, no podremos entrar. Si nos vemos como humanos nos vamos a poder entender”, dijo Juan Carlos Trujillo, que busca a cuatro hermanos desaparecidos, al explicar por qué es importante que el mensaje de la brigada permee en la comunidad de búsqueda. Esta cercanía no solo tiene como objetivo que la gente se acerque a dar datos sobre posibles lugares de búsqueda, sino también para cobijar y dar seguridad a los buscadores.

Entre las estrategias para lograr esa comunicación con la comunidad están los talleres en escuelas que la Brigada comenzó a dar en Huitzuco desde el año pasado.

Además está el volanteo a través de los comités de colonias y escuelas, carteles, asistencia a la radio, dijo Lamberto Castro de la Cruz, maestro de Chilpancingo, quien, a partir de la desaparición de 43 normalistas, realiza brigadas de concientización con estudiantes, confiando que ellos transmitirán el mensaje en sus casas. Esta es la primera vez que harán volanteo y que acompañan a la brigada.

“Hemos visto que a la sociedad que no le ha tocado, se muestra indiferente. Esta difusión que queremos hacer es para que la gente se concientice, de que nuestro trabajo es para que esa gente que no ha sido tocada no use nuestros zapatos”, dijo Castro de la Cruz.

María Argüello Vázquez busca a su padre Francisco Argüello, desaparecido en Tecpan en 1974, también a su marido desaparecido el mismo año. Camina junto a ella Tita Radilla en el patio durante el recreo, ella es hija de Rosendo Radilla, desaparecido por militares durante el periodo de la Guerra Sucia, crimen por el cual el Estado mexicano fue condenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

“Para mi es muy importante buscar a mi papá y a mi marido. Yo tenía 16 años y me puse de novia el 5 de abril y el 7 de agosto él fue desaparecido. Para mi es importante también que la gente sepa que hay desaparecidos, que son muchos, que tenemos muchos años de personas desaparecidas, que a la gente le importe. Para mi es importante esta aquí porque me siento más abrigada, más fuerte, más valiente para buscar, como si no estuviera buscándolos yo sola”, dijo María Argüello.

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Virginia Garay Cázares, madre de Bryan Eduardo, de 20 años, que está desaparecido, llegó desde Tepic para aprender de la experiencia de los colectivos que aquí se reunirán y volver a su estado a compartir ese conocimiento y seguir con la búsqueda en terreno que les ha permitido encontrar más de 60 cuerpos.

“A nadie nos gusta estar aquí, pero tenemos necesidad de encontrarlos, de salir y caminar. Yo busco a mi hijo en vida, en penales o en centros de rehabilitación, pero estoy aquí con la esperanza de encontrar al hijo de alguien más”, dijo la mujer de 46 años que antes de la desaparición de su hijo se dedicaba a la cosmetología y ahora rasca la tierra para recuperar tesoros. Virginia ha aprendido que las ondulaciones de la tierra o las variaciones de color o textura son un indicio de una fosa clandestina.

La Brigada arrancó el día viernes 18 de enero. El fin de semana las actividades fueron afinar la logística y talleres de seguridad y búsqueda forense. Las búsquedas en terreno arrancan este lunes 21 de enero en las zonas aledañas a Huitzuco, para terminar el día 1 de febrero.

Entre los brigadistas hay familiares oriundos de Guerrero, otros vienen de estados como Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Michoacán, Veracruz, Estado de México; además del colectivo Marabunta, estudiantes y solidarios.

Además de antropólogas del Grupo de Investigación en Antropología Social y Forense, que dieron un taller sobre búsqueda forense, en el que hablaron sobre la importancia de entender la búsqueda como un proceso integral que implica entender el contexto, trabajar y cuidarse en colectivo.

Miguel Trujillo, buscó a sus cuatro hermanos desaparecidos –es hermano de Juan Carlos Trujillo e hijo de María Herrera– en expedientes, papeles, burocracia. Y se dio cuenta que ahí nunca los encontraría. Comenzó a hacer búsqueda en terreno en el año 2015, cuando conoció a Simón Carranza y Mario Vergara. De ellos aprendió a “leer la tierra” y a su vez él ha enseñado a otros familiares a hacerlo.

“No nos va a bastar la vida para encontrarlos, ni siquiera para rastrear todo un estado. Por eso entendimos que nuestro trabajo es compartir lo que hemos aprendido, como esparcir una semilla, muchas semillas que crezcan en otros lugares hasta encontrarlos”.

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