Los hijos ausentes, presentes en Temaca

Por: Alejandra Guillén

09 de agosto 2015.- Cuando el pueblo de San Gaspar logró detener la construcción de la presa San Nicolás, en 2005, los hijos ausentes tuvieron un papel relevante en la defensa de su terruño. Lo mismo ha pasado con los migrantes de Temacapulín que viven en Guadalajara, California y Monterrey, y con distintos clubes de migrantes que se han organizado para participar en las movilizaciones contra la Presa El Zapotillo.

En el año 2008 se formó el Comité Salvemos Temacapulín, Acasico y Palmarejo y para el año siguiente ya se había formado un comité en Guadalajara que se encargaba de trámites, movilizaciones y todo lo que se requería hacer en la ciudad.

Marichuy, una mujer mayor, menudita, pero que no se deja de ningún funcionario y menos cuando sabe que le quieren dar atole con el dedo, recuerda que a ella la nombraron como presidenta del Comité en Guadalajara, “y a mí me daba risa, no pensaba que esta cosa iba a agarrar forma. Teníamos miedo porque pensábamos, ‘nos van a fregar’, pero pues como que sí tomamos el papel en serio y comenzaron las reuniones constantes. Poco a poco se acrecentó lo que ya existía y en 2010 creo que tuvimos mayor auge, porque hicimos una primera marcha aquí en Guadalajara”.

Ella recuerda que en un principio los diputados ni las volteaban a ver y que Enrique Alfaro, cuando era legislador, fue el primero que los recibió. Doña Marichuy le dijo que la gente de Temaca no quería esas casas “vale madre” a donde la Conagua los quiere desplazar para construir El Zapotillo. “¿Cuáles son esas, señora?” Le preguntó Alfaro. “Mire, pues váyase a los fraccionamientos como Santa Fe y esas son las casas vale madre: se echa una maroma y cae en casa ajena… cuando le dije eso no sabía que luego iba a ser alcalde de Tlajomulco”, cuenta a carcajadas doña Marichuy, que así como es de alegre y dicharachera es estricta en su posición con respecto a la presa: “Yo no voy a vender mi casa, si me sacan es porque me la robaron aquellos: de ahí yo no me muevo”.

El 2010 fue de muchas movilizaciones y también fue el inicio de tejerse con el Club Temaca, del sur de California, que para ese entonces comenzaban a integrarse a la lucha contra la presa El Zapotillo. “Los hijos ausentes de Monterrey, Guadalajara y California nos empezamos a contactar cuando nos dijeron que Temacapulín iba a ser sede del encuentro mundial del Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos (MAPDER). Hay que decir que los de California y Monterrey (en su mayoría tienen negocios de paleterías) son la parte fuerte en lo económico y los de Guadalajara somos los que estamos más en todo lo logístico”, relata la joven Emma Juárez.

De ahí comenzaron a movilizarse en conjunto y “empezamos a reconocernos los que teníamos años sin vernos. El encuentro de 2010 le dio la vuelta a la lucha; antes nos sentíamos los únicos afectados y vimos que era algo que pasaba a nivel mundial”.
Campaña, Los ojos del mundo están puestos en Temaca. Foto: Colectivo Ecologista de Jalisco/Flickr

Marichuy añade que cuando vio a otros pueblos que resistían, “dije, sí, sí podemos, ora sí estamos unidos y desde donde estamos sabemos que no estamos solos. Siempre haremos algo por lo nuestro”.

Es así que se lanzó la campaña “Los ojos del mundo están puestos en Temaca” y que “dijimos, somos ausentes pero no indiferentes, que a la distancia íbamos a actuar. En Estados Unidos les decía que tenían que alegarle a sus cónsules, porque dónde queda el programa bienvenido Paisano, si ya no van a tener ombligo a dónde llegar”, explica Emma.

Posteriormente, los hijos ausentes de Guadalajara comenzaron a hacer giras informativas en Estados Unidos, con otros federaciones de migrantes jaliscienses que radican en el sur y el norte de California.

Alejandro González, presidente del club Labor Vieja, cuenta vía telefónica que a partir de esos encuentros, “vimos que ese embalse no le beneficia en nada a Jalisco, como mexicanos no podemos permitir que un una empresa española quiera desaparecer a un pueblo y dejar a los Altos y a Guadalajara sin agua… Ahorita creo que hay mínimo unos 30 clubes en California que se oponen al proyecto”.

Es así que distintos clubes ya han protestado en el Consulado mexicano y en mayor del año pasado, durante una visita del gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval.

Marichuy describe que así como ella fue perdiendo el miedo, ve que la gente de los Altos de Jalisco, tanto los migrantes como quienes ahí siguen viviendo, ha ido abriendo los ojos “y se impactan cuando les explican que realmente nos vamos a quedar sin agua, que ya no hay más de donde sacar de los mantos freáticos. A nosotros nos van a sacar, pero a ellos los exterminarían totalmente”.

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