Baja California, sin atención oportuna a pacientes de COVID-19

Zeta Tijuana / Isabel Mercado.

El registro de las primeras muertes en BC por coronavirus no ha sido suficiente para que el gobernador Jaime Bonilla se abstenga de convocar a los ciudadanos a salir de sus casas para recibir una despensa de 100 pesos. A la par, continúa restringiendo la aplicación de pruebas al 90% de los pacientes sospechosos de contagio. En contraparte, esta semana cerró playas, centros comerciales e inició la reconversión de los Hospitales Generales a Centros de Atención COVID-19

La muerte de cuatro hombres a menos de cinco días de presentar síntomas de virus COVID-19 y el incremento de un 160% de los casos confirmados, coloca a Baja California en la curva ascendente de contagios por coronavirus, pandemia que continuará expandiéndose en la entidad por los menos las siguientes nueve semanas, advirtió el secretario de Salud, Alonso Pérez Rico.

Con 52 casos confirmados en la estadística oficial al jueves 2 de abril, de 20 positivos registrados el jueves 26 de marzo, al igual que el resto del país, BC se encamina a la Fase 3 de la contingencia sanitaria, la de mayor contagio y con un incremento exponencial de pacientes graves.

El tiempo para llegar a esa etapa epidémica depende de la dispersión comunitaria, del “toque de conciencia” que la población acate quedarse en casa para no acelerar el inminente arribo a la etapa de mayor peligro de la pandemia.

Pese a este panorama tan difundido, la población continúa concurriendo en lugares de uso común, participando en reuniones o concentrándose en centros comerciales.

En plena contingencia, la propia autoridad bajacaliforniana promueve eventos que conglomeraron a ciudadanos, como las Jornadas por la Paz y la Salud.

El programa, iniciado esta semana por el gobierno de Jaime Bonilla Valdez, reunió a centenares de personas en ocho puntos de la entidad para recibir una despensa con valor de 100 pesos, convirtiéndose en un foco para la propagación del virus, ya que los colonos no solo no guardaron la sana distancia, sino que se amontonaron para recibir los nueve artículos de la dádiva oficial.

La invitación del gobernador para que los ciudadanos salgan de sus casas a recibir la ayuda y la restricción en la aplicación de pruebas de COVID-19 al 90% de los pacientes sospechosos de estar contagiados, se contraponen a lo que el propio Bonilla dice buscar: la contención para evitar la expansión masiva de la pandemia.

“Esperar lo peor, es la única manera en la que un Estado se puede prevenir, pensar en lo que se puede salir de nuestras manos, sabemos que vamos a una etapa tres, ignorarla sería un gran error, por eso estamos todas las cabezas trabajando en tratar de superar este tsunami. Es tiempo de ponerle distancia, si nosotros no lo hacemos como estrategas, las consecuencias las va a pagar el pueblo, es la responsabilidad que tengo en mis hombros”, admitió el mandatario.


Foto: Alejandro Gutiérrez Mora / ZETA

UN TOQUE DE CONCIENCIA A QUEDARSE EN CASA

Autoridades municipales, elementos policiacos y paramédicos de grupos de ambulancias, han salido en los últimos días a exhortar a los ciudadanos que transitan por las calles de los cinco municipios a tomar conciencia de la gravedad de la contingencia sanitaria que se enfrenta, quedándose es sus hogares.

Ejemplo de ello es la campaña realizada el martes 31 de marzo por la Guardia Estatal de Seguridad e Investigación (GESI), a la que denominó Toque de Conciencia.

El objetivo es hacer conciencia en la población a resguardarse en sus casas si no existe una necesidad básica para salir a las calles, expuso José Antonio Cruz Medina, coordinador de la corporación.

A la par que se conminaba a los ciudadanos a no salir, los agentes les realizaron un sondeo para saber las causas por las que no se atendía la cuarentena del coronavirus. En la mayoría de los casos no hubo un propósito relevante que justificara que la personas no estuvieran protegiéndose del COVID-19 en sus hogares.

El gobierno de Jaime Bonilla Valdez decretó el lunes 30 de marzo el cierre indefinido de las playas de la entidad y los centros comerciales que carecen de supermercados, principalmente los ubicados en Mexicali, municipio con el mayor registro de pacientes contagiados de coronavirus.

Al mismo tiempo, advirtió que todo ciudadano que se encuentre deambulando por las calles será abordado por elementos de las diversas corporaciones policiacas, Ejército o Guardia Nacional, para cuestionarles por qué no están resguardados en sus viviendas.

Si se detecta que los sospechosos o positivos a coronavirus no atienden la cuarentena y rompen el autoaislamiento, estos “podrían ser sancionados de uno a cuatro años de prisión, no es un juego”, advirtió por su parte el secretario de Salud, Alonso Pérez Rico, quien subrayó que, al ser diagnosticados, los pacientes son advertidos de tal medida.

APLICACIÓN INSUFICIENTE DE PRUEBAS

Haber tenido contacto con un paciente que dio positivo a coronavirus, registrar fiebre arriba de los 38 grados y un fuerte dolor de huesos, fue suficiente para que a Pedro, de 52 años de edad, le fuera aplicada la prueba de reacción en cadena (PCR) con la que se diagnostica si una persona contrajo COVID-19.

Derechohabiente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), acudió el lunes 30 de marzo a la Clínica 27 en Tijuana, donde a dos metros de distancia una doctora le preguntó si tenía dificultad para respirar y tos seca, a lo que contestó que no.

El paciente pidió le hicieran la prueba del coronavirus pero le fue negada, ya que al medirle la presión de oxígeno se determinó que no tenía insuficiencia respiratoria, requisito básico para ser candidato a la prueba, de acuerdo al protocolo instruido a todos los hospitales del sector público por la Secretaría de Salud de Baja California, dependencia que por decreto lleva el control de la pandemia.

Siguiendo este protocolo, a Pedro se le despachó con la instrucción de que evitara salir de su casa. “No hay más casos porque no se hacen las pruebas suficientes, esa es la razón más importante, lo ideal sería que tuviéramos la capacidad de que a los sospechosos se les hiciera la prueba”, consideró el doctor Alberto Reyes Escamilla, director del Hospital General de Tijuana, reconvertido en Centro de Atención para pacientes con COVID-19.

Tanto en este nosocomio como en el resto del sector público, desde el viernes 27 de marzo se dispusieron filtros respiratorios en estacionamientos, salas de espera o en las áreas de ingreso a los hospitales, hacia donde se canaliza a todo paciente con enfermedades respiratorias.

En BC, solo al 10% de los ambulatorios -casos considerados sospechosos- se les tomará la muestra de COVID, “de los que se hospitalizan, se les toma la muestra a todos”, expresó Alonso Pérez Rico.

SE DESCOMPONE MÁQUINA PARA PRUEBA DE COVID

Pese a que para la atención de la contingencia sanitaria en Baja California se dispuso la primera remesa del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) correspondiente al primer trimestre de 2020, la cual fue del orden de los 2 mil 500 millones de pesos, la Secretaría de Salud solo cuenta con un termociclador para realizar la prueba del COVID-19, el cual se descompuso a dos semanas de estarse practicando esos estudios en la entidad.

“La gran mayoría de esos recursos se nos envió en pruebas y equipamiento personal para todo el Estado”, justificó el titular de Salud en la entidad.

Fue hasta el 11 de marzo cuando BC contó con el reactivo para la prueba PCR, avalada por el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica (INDRE), que en teoría permitiría contar con resultados en un lapso de seis a siete horas. Anteriormente las pruebas se enviaban al INDRE, tardando un día el resultado.

Sin embargo, el jueves 26 de marzo se tuvo que suspender la realización de pruebas por una avería registrada en la máquina, la cual se reparó hasta la tarde del viernes 27.

Hasta entonces, el laboratorio de la Secretaría de Salud ubicado en Mexicali era el único autorizado en Baja California para realizar dicho análisis, pero después de no tenerse resultados de pruebas de COVID-19 por más de 24 horas, la Secretaría de Salud se abocó a apoyar a los laboratorios interesados en certificarse en pruebas PCR.

Al cierre de esta edición, la dependencia ya había autorizado y firmado convenios con dos laboratorios en Mexicali y Ensenada, preparándose para asignar otros dos en los días posteriores, porque en estos también se están efectuando las pruebas que se realizan en los hospitales del IMSS, las cuales tardan semanas en entregarse, al centralizarse en Ciudad de México, informó el secretario Pérez Rico.

Con mil 500 pruebas disponibles en la entidad y 3 mil más pendientes de entregar por la Federación, solo se han aplicado 534 pruebas de COVID-19 en BC.

DIAGNOSTICAN INFLUENZA EN CASO DE CORONAVIRUS

La restricción en las pruebas ha derivado en la emisión de diagnósticos equivocados como el de una mujer de 49 años, internada en la Unidad de Cuidados Intensivos del Issstecali el 20 de marzo por neumonía atípica.

A pesar de presentar insuficiencia respiratoria, primero fue diagnosticada como caso de influenza, negándole las autoridades de la Jurisdicción de Salud la toma de muestra de coronavirus a petición del personal médico del nosocomio.

La paciente había retornado de Oaxaca el 13 de marzo, registrando síntomas dos días después, por lo que el epidemiólogo de la Jurisdicción de Salud, Jorge Luis Arellano Estrada, la descartó como caso de COVID-19, ya que a esa fecha no había una declaratoria de trasmisión comunitaria en aquella entidad federativa, por lo que determinó que solo se le practicaran estudios epidemiológicos de influenza.

Cuestionado al respecto, el secretario de Salud en Baja California, Alonso Pérez Rico, dijo no estar enterado del caso, “la co-infección es algo rarísimo, no va por ahí, seguramente el diagnóstico por influencia fue un diagnóstico clínico prematuro que todavía no revelaba el estudio de laboratorio, si salió positivo a COVID-19, ese debió ser el diagnóstico real”, anotó, al tiempo que se comprometió a investigarlo.

NO SE APLICARÁN PRUEBAS DE COVID-19 EN CASOS DE INFLUENZA

Aun cuando los 140 pacientes diagnosticados en Baja California como positivo a influenza AH1N1 están siendo monitoreados, “no se les hace la prueba del COVID-19 porque son casos acumulados del periodo invernal, de octubre a la fecha”, dijo el secretario de Salud estatal.

“Influenza tiene vacuna y cura, COVID-19 no tiene ninguna de las dos”, aclaró y, sin detallar en qué porcentaje, comparativamente a 2019, los casos de influenza son menores este año “porque estamos vacunando mucho”.

El viernes 27 de marzo, el gobernador Jaime Bonilla advirtió sobre un repunte de pacientes con neumonía e “inició el arribo de personas con neumonías atípicas”, al reportar once casos.

Entonces anunció que se comenzaría la aplicación de pruebas de coronavirus al 100% de estos pacientes, ya que “si tienen neumonía atípica, aumenta considerablemente el riesgo (a registrar el virus)”, indicó Alonso Pérez Rico.

El funcionario garantizó que los casos de COVID-19 no serán disfrazados de neumonía atípica, “si el paciente fallece, de todas maneras, se va a muestrear para saber si murió de COVID, y si muere de COVID lo vamos a reportar como COVID, no lo vamos a esconder; los pacientes que se hospitalicen por enfermedad respiratoria los vamos a muestrear al 100%”, adelantó.

Al miércoles 1 de abril, en Baja California se contabilizaban ocho casos de neumonía atípica, cuatro de estos en estado grave.

PRIMERAS VÍCTIMAS MORTALES EN BC

A dos semanas del registro del primer caso de COVID-19 en BC, el lunes 30 de marzo, José Manuel Hurtado Montaño, de 70 años, fue la primera persona en fallecer a causa del coronavirus en la Capital del Estado.

Dos días después, miércoles 1 de abril, se registraron dos decesos más, de hombres de 63 y 53 años, el primero en Tijuana y otro en Mexicali. El jueves 2 de abril las autoridades el deceso de otra persona del sexo masculino, quien falleció en Tijuana a siete días de haber sido hospitalizado.

“Lo que llama poderosamente la atención es la velocidad en que la enfermedad transita el cuerpo y afecta las vías respiratorias, al grado que lleva insuficiencia respiratoria y muerte; los tres decesos han sido de hombres, y han fallecido de tres a cinco días después de iniciar síntomas”, detalló Pérez Rico.

En los tres casos, los pacientes registraron morbilidades como obesidad e hipertensión, y en uno se sumó la diabetes. “Estos pacientes se sometieron a entubación endotraqueal y tuvieron un ventilador artificial, desafortunadamente no fue suficiente”, reconoció el secretario.

EMBARAZADA, DA POSITIVO

Entre los 52 casos que han dado positivo al COVID-19, se encuentra una mujer con siete meses de embarazo a quien se le inducirá la cesárea si presenta dificultad para respirar.

La paciente, residente de Mexicali, tuvo contacto con un familiar adulto mayor, quien también dio positivo a coronavirus.

En los 176 casos registrados como sospechosos, esta semana se ubicó a dos menores, de diez y dos meses, descartándose el de mayor edad, quedando pendiente el resultado del bebé de dos meses.

Hasta el momento ningún paciente positivo al coronavirus ha sido dado de alta, aunque en la semana que concluye, dos cumplen 14 días de haber sido diagnosticados en BC.

Uno es Ildefonso Lara, vocalista de Grupo Yndio, de 71 años, quien el 19 de marzo fue el primer caso diagnosticado con coronavirus en Tijuana.

Entonces sostuvo sentirse bien y no presentar malestar alguno, condición asintomática que prevaleció durante el periodo de cuarentena que guardó. “Nunca tuve síntoma alguno, por lo que no tomé ningún medicamento, solo me mantuve aislado, solo”, compartió a ZETA.

El cantante se declaró preparado para el nuevo análisis de coronavirus, que, de salir negativo, le daría de alta.

Una mujer que reside en Mexicali es otro de los casos que podrían ser dados de alta en próximos días.

RECONVERSIÓN DE HOSPITALES

Los hospitales generales de Tijuana, Mexicali y Ensenada serán la matriz donde se concentrará a los pacientes de coronavirus, para ello, desde el jueves 26 de marzo se comenzó con el traslado de pacientes a los hospitales del ISSSTE e Issstecali.

En el caso de Tijuana, de 297 camas se han desocupado 230, quedando aún 67 pacientes por ubicar a los hospitales de Rosarito o Tecate.

Para la reconversión fue necesario suspender cirugías de todo tipo, mientras que los casos no complicados de ginecología, parto o cesárea normal, se trasladarán al Hospital Materno Infantil; los casos complicados de embarazo se canalizan a Tecate o Rosarito.

Los pacientes de oncología pediátrica y adultos, son atendidos en la Unidad de Especialidades Médicas.

Actualmente el nosocomio alberga siete de los 21 casos registrados como positivos de COVID-19 en Tijuana, cuatro de los cuales se encuentran en estado grave.

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Después de que el personal de alto riesgo fue retirado de laborar para evitar el contagio, el Hospital General puede cubrir todos sus turnos con 210 doctores, 16 internistas, 368 enfermeras y 60 trabajadores de limpieza, a los que se suman 90 residentes y 40 internos.

“El personal que se quedó tiene bien puesta la camiseta, que lo único que pide es protección, no quieren otra cosa más que sentirse seguros de que están protegidos con equipo adecuado para poder trabajar, el clamor general es la protección”, externó el director del Hospital General de Tijuana, Alberto Reyes Escamilla.

Agradeció el apoyo del personal que se quedó a laborar ante la contingencia, el cual consideró como suficiente, al contar con pocos pacientes de COVID-19, “pero si el hospital estuviera lleno, sería insuficiente”, por lo que convocó: “Si hay médico y personal de limpieza que quieran apoyar, ¡bienvenidos!”.

A la fecha, el secretario de Salud estatal, Alonso Pérez Rico, carece de un censo del personal especializado y equipo de apoyo del que se podrá disponer para los días críticos de la pandemia.

ESCASEZ DE VENTILADORES, PRINCIPAL PREOCUPACIÓN

Ante la insuficiencia de respiradores, que personal médico pelee por este equipo es algo común en los nosocomios, como sucedió el martes 31 de marzo en el área de Medicina Interna de la Clínica 1 del IMSS, donde dos enfermeras se arrebataban una a la otra un ventilador para atender al paciente que tenían a cargo.

En BC, el sector público de salud cuenta con 112 ventiladores, 38 de estos en el Hospital General del Tijuana, reconvertido en Centro de Atención para Pacientes de COVID-19, equipo al que se suma 80 respiradores ubicados en el sector privado de salud.

El titular de la Secretaría de Salud del Estado, Alonso Pérez Rico, afirmó que, del total, “tenemos 140 ventiladores disponibles”, y reiteró que aun “si tuviéramos el triple de ventiladores, no nos alcanzaría si la población no se queda en su casa”.

PROTECCIÓN POR CUENTA PROPIA

A ocho semanas de iniciada la contingencia en Baja California, hasta el lunes 30 de marzo fueron distribuidos los equipos de protección para personal médico.

Adelantándose a las autoridades, el personal médico adquirió por cuenta propia trajes desechables y cubre bocas, principalmente, y en el caso del Hospital General de Tijuana, hasta diseñaron sus propios trajes tipo Tyvek, con batas quirúrgicas y material disponible en el nosocomio. Lograron armar 750 equipos, utilizándolos casi todos, al registrar dos semanas atrás el ingreso de los primeros sospechosos de COVID-19, sin que la autoridad les dotara de equipo de protección.

En tanto, personal médico de la Clínica 1 del IMSS continúa adquiriendo cubre bocas, a razón de que se ha impuesto un doble filtro para que les sea entregado uno de baja seguridad, ya que los N95 se han reservado para una limitada cantidad de médicos y enfermeras.

Respecto al material provisto por la Secretaría de Salud, su titular no precisó cantidad, pero confió, será suficiente para un mes. Para ello lo concentró en los almacenes de los hospitales, prohibiendo su distribución en los diferentes servicios de los nosocomios “porque se acaban rápidamente, el que ocupe se le va a dar el 100% de su equipo de protección personal”.

El material consiste en máscaras N95, cubre bocas quirúrgicos, goggles, guantes, batas desechables, cubre botas y trajes tipo Tyvek que serán distribuidos de acuerdo al nivel de contacto que los trabajadores tengan con el paciente infectado.

Burocracia impide agilidad en aplicación de pruebas

En Tijuana realizan 60 pruebas diarias; en San Diego, mil

En Tijuana se realizan alrededor de 60 pruebas PCR Tiempo Real diariamente, pero fácilmente podrían ser hasta 180, al igual que en el resto del Estado si no se centralizara la información.

Las pruebas PCR Tiempo Real tardan de seis a ocho horas en procesarse, explicó Alonso Pérez Rico, secretario de Salud en el Estado, pero el proceso no inicia inmediatamente después de que se toma la muestra del paciente, ya que se deben enviar al laboratorio estatal, el único autorizado por el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (INDRE).

“Se podrían procesar el triple de las muestras. Isesalud e Issstecali están mandando todo al laboratorio estatal, pero para procesar la muestra se deben poner todos los datos del paciente: nombre, apellido, género, edad, ciudad, morbilidades, todo lo que va en la base de datos, pero el coordinador de Vigilancia Epidemiológica (Óscar Efrén Zazueta) decidió que solamente ellos van a capturar los datos”, comentó un médico a ZETA.

Esto implica que solo ese departamento captura las muestras que envían en cada municipio, y por eso en Mexicali se han registrado más casos, por la cercanía con el laboratorio en la Capital del Estado.

Una vez con los resultados, estos deben enviarse al INDRE para que los certifique, y reenviarse de nuevo a la Secretaría de Salud, ya aprobados.

Las pruebas están listas en seis horas, pero si no está el registro en la base de datos, no se continúa con el proceso, y puede tomar hasta una semana emitir el diagnóstico, tal vez más. “Hay resultados que han llegado cuando el paciente ya murió o ya se alivió”, afirmó el entrevistado a este Semanario.

En el IMSS, la situación es más tardada aún, pues sus muestras deben ser enviadas al hospital La Raza en Ciudad de México, quienes traen un desfase de 15 días, aproximadamente;, es decir, el paciente obtiene su resultado cuando ya pasó su cuarentena, confesó un empleado de la institución.

Además, no les hacen la prueba a todos los pacientes que llegan con la sintomatología de fiebre, dolor de cabeza y malestar en cuerpo y articulaciones, “de cada 10 pacientes que llegan con los síntomas, a uno le hacen la prueba, o sea que si en el día hicieron cinco pruebas, en total fueron como 50 personas que pudieron tener COVID-19”, detalló un médico a ZETA.

El miércoles 1 de abril, San Diego, California llegó a 849 casos desde el 14 de febrero, cuando registraron a la primera persona con COVID-19, la mayoría entre los 30 y 49 años, y el número sube considerablemente cada día.

La diferencia es que el vecino Condado procesa alrededor de mil pruebas diarias, tanto en el sector público como en el privado, declaró José Álvarez, vocero del Departamento de Salud de la ciudad.

“Tenemos más capacidad para realizar pruebas, ahora las podemos hacer en el laboratorio de Salud Pública del Condado, varios de los hospitales locales las realizan, y tres laboratorios privados”, confirmó.

Tan solo el 30 de marzo realizaron mil 238 pruebas y 989 el día 31, y aunque no tenían la cifra del 1 de abril, el total de pruebas realizadas desde el 14 de febrero es de 11 mil 200 test PCR Tiempo Real. Ángela Torres Lozano

Hospitales aún no están listos; persiste desabasto de equipo

El 24 de marzo, con el inicio de la Fase 2 del virus SARS-CoV-2 en México y Baja California, se anunció la reconversión de hospitales generales en el Estado, como centros especializados en COVID-19, pero a poco más de una semana, no cuentan con los suministros ni el personal médico suficiente para enfrentar la pandemia.

Como se documentó en la edición 2399 de ZETA (“COVID-19 en BC: hospitales rezagados”), médicos de todas las instituciones denunciaron la falta de suministros y equipos personales de protección por parte de las autoridades, por lo que estaban indefensos en la contingencia.

En su momento, el secretario de Salud, Alonso Pérez Rico, declaró que sí se tenían los suministros, aunque solo serían entregados a personal médico de primera línea, es decir, aquellos en contacto directo con pacientes con enfermedades respiratorias. El resto trabajaría con equipo normal.

Asimismo, el 30 de marzo anunció que ya estaba habilitado el Hospital General de Tijuana, con 120 camas censables disponibles por el momento, pero subirían a 150, además de que desde el 29 de marzo había llegado el suministro.

Sin embargo, fue un poco tarde, ya que el geriatra Clemente Zúñiga Gil, ex director del nosocomio, fue confirmado con COVID-19 durante el fin de semana, por lo que todo su equipo médico cercano, incluyendo un neumólogo de Hospital General, fueron puestos en cuarentena en sus hogares, en espera de sus resultados.

Además, la sociedad civil se ha organizado a través de redes sociales para elaborar y donar máscaras protectoras para los médicos de todas las instituciones que están enfrentando la contingencia, ante la negación de los suministros para todo el personal.

En los filtros colocados a la entrada del nosocomio no cuentan siquiera con termómetros láser, los cuales no necesitan hacer contacto directo con la persona para obtener la temperatura.

“Si alguien de aquí (Hospital General) llega a tener un termómetro láser, es porque lo compró con su propio dinero, porque aquí no hay”, aseveró uno de los médicos, destacando que dicha herramienta tiene un costo de mil 800 pesos.

El 1 de abril, el Ejército en coordinación con Secretaría de Salud y Protección Civil, habilitaron la Facultad de Medicina de Mexicali, ubicada a un costado del Hospital General en el Centro Cívico, para brindar atención de personas en caso de suscitarse una emergencia.

Esta acción no ocurrió en el resto de los municipios y existe cierta desinformación respecto a quien autorizó dicha orden. La Universidad Autónoma de Baja California dio a conocer que las camas se utilizarían exclusivamente para atender a personas próximas a ser dadas de alta, que ya no representen un riesgo.

Esto es parte del protocolo de Protección Civil en caso de contingencias, no obstante, autoridades de Salud del Estado no han informado oficialmente sobre los criterios que se tomaron para llevar a cabo esta acción coordinada entre los tres niveles de gobierno.

En Ensenada ni siquiera han iniciado la reconversión, ya que médicos del Hospital General del Puerto señalaron a ZETA que se les avisó que el nosocomio sufriría una reconversión, pero es todo. No hay suministros ni movimientos para acondicionarlo. Ángela Torres Lozano

Comercios continúan operando pese a acuerdo por emergencia sanitaria

El lunes 30 de marzo, el Gobierno de México emitió un acuerdo declarando emergencia sanitaria en todo México por el COVID-19, solicitando el cierre de establecimientos no esenciales en los sectores público, privado y social. A la par, el gobernador de Baja California, Jaime Bonilla Valdez, anunció el cierre de playas y centros comerciales.

ZETA pudo observar en recorridos realizados los días siguientes, que esta petición tuvo una repuesta limitada por parte del sector comercial que siguió con puertas abiertas, y la población, incluso de la tercera edad, continuaron en la calle, aunque en menor porcentaje. El Ayuntamiento de Tijuana reportó hasta un 60% de afluencia vehicular y un 50% de peatones en las principales vialidades entre el miércoles 1 y jueves 2 de abril.

Entre los comercios que siguen operando pese a la restricción, hay papelerías, cafés internet, casas de cambio y empeño, agencias de viajes, tiendas de ventas de ropa y uniformes, así como el tianguis Mercado de Todos.

El comercio ambulante también continúa con actividades normales, los puntos principales son sobre Bulevar Díaz Ordaz, desde Las Brisas hasta el crucero “5 y 10”.

Los restaurantes y taquerías sí se sumaron a las medidas aplicadas, instalando a la entrada de sus establecimientos, mensajes informando que la comida es solo para llevar. Pero en la turística Avenida Revolución, la mayoría de locales comerciales, restaurantes y bares se mantienen cerrados desde hace aproximadamente quince días. No así los locales que, dedicados a la venta de recuerdos y curiosidades, pese a que no hay afluencia de turistas.

En la Zona Centro, la situación cambia en la Avenida Constitución y Niños Héroes, donde los vendedores ambulantes y diversos comercios, como botánicas, el mercado El Popo y tiendas de ropa siguen operando con normalidad. Entre los lugares cerrados está Plaza de la Tecnología y algunos consultorios.

Supermercados e instituciones bancarias, continúan registrando la mayor concentración de personas, a pesar que los bancos están permitiendo el acceso de hasta diez personas y, en las filas de espera, la distancia social es mínima.

De acuerdo a la instrucción de los gobiernos, solo pueden estar funcionando empresas privadas relacionadas con en funcionamiento y abasto del sistema de salud, del servicio e industria de alimentos y bebidas no alcohólicas; gaseras y gasolineras, servicios de transporte, ferreterías, mensajerías, bancos y aquellas relacionadas con la limpieza; telecomunicaciones, medios de información, servicios de emergencia, funerarias, puertos y aeropuertos.

En el gobierno, el Sector Salud, Seguridad Pública, organismos de procuración de justicia y de actividad legislativa, así como de recaudación tributaria y venta de energéticos.

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