Enfrenta la Monraz el asedio de desarrollos (Jalisco)

Dario Pereira / El Diario NTR

Al igual que muchas colonias del poniente de la ciudad, el fraccionamiento Monraz comenzó a ser urbanizado a mediados del siglo 20 en el sitio donde anteriormente se encontraba una hacienda del mismo nombre.

Desde entonces, junto con colonias como Chapalita, Ladrón de Guevara, Lomas Altas o Providencia, se ha convertido en una de las zonas de mayor plusvalía de la ciudad.

En el contexto del boom inmobiliario que se ha dado en Guadalajara y su zona metropolitana durante los últimos años –entre 2012 y 2018 al menos 46 desarrollos verticales fueron levantados tan solo en la capital del estado, según recoge la investigadora Leticia Galindo en la Revista Iberoamericana de Ciencias Biológicas y Agropecuarias–, el alto valor de los terrenos ha derivado en que el fraccionamiento Monraz y otras zonas aledañas se hayan convertido en puntos ampliamente codiciados por los desarrolladores.

Prueba de ello es que, en algunos nuevos desarrollos verticales de la colonia, el valor comercial de un metro cuadrado ronda los 40 mil pesos; los departamentos promedio tienen un precio de alrededor de 4 millones de pesos.

Pero mientras las inmobiliarias ganan, muchos habitantes salen perdiendo.

DENSIDAD Y EL NUEVO CONSULADO

Apenas a finales de mayo El Diario NTR publicó el caso específico de una torre que se levanta en Manuel Acuña 3144. Debido a las excavaciones profundas de esta construcción que actualmente se encuentra clausurada, las banquetas a su alrededor fueron levantadas y las raíces de los árboles que se encuentran en ellas han sufrido cortes importantes.

“He sabido que la gente que vive por aquí se queja porque les afecta su patrimonio (…) A mí, lo único es que a veces me tengo que bajar por las calles y con los coches estacionados y los carros que van pasando, pues sí es incómodo, luego los clausuran y duran meses tapados y las obras no avanzan y uno…”, expone Rubén, trabajador de un bar de la zona que transita cotidianamente por el lugar.

Un integrante de la mesa directiva del fraccionamiento indicó entonces que existe tolerancia de las autoridades a esta construcción de la que los vecinos no conocen los detalles.

“Obras Públicas les pidió permisos, licencias, todo, no tenían ni un solo papel para mostrarles, entonces les dieron cinco días para que entregaran todo, también a nosotros, los edificios vecinos. Se dio la fecha de la reunión y no pudieron entregarnos un solo permiso, ni papel ni nada, Obras Públicas no quería clausurar, empezamos a hacer presión y clausuraron de forma parcial”, manifestó.

La laxitud de las autoridades, consideraron, tiene relación con que la empresa que hace las excavaciones -Sandstorm GAM, SA de CV, es propiedad del Gabriel Martínez Ramírez, hermano de la ex pareja de Enrique Alfaro Ramírez.

El problema no es nuevo. Fue precisamente Alfaro Ramírez quien, en 2016 –entonces presidente municipal de Guadalajara– se reunió con los colonos del lugar y prometió “defender” a la colonia de construcciones irregulares.

“No habrá en mi administración una sola obra o desarrollo inmobiliario que violente la ley. Vamos además a combatir legalmente los que ya están construidos de manera irregular (…) Hablamos también sobre el cambio de sede del Consulado de Estados Unidos en Guadalajara a esta zona. Vamos a garantizar que éste sea un proyecto que les deje un aporte positivo”, expuso entonces.

Las promesas parecen haber quedado en eso, pues, a la fecha, los habitantes de la zona siguen mostrando preocupación por las implicaciones que tiene en la zona el incremento de la densidad poblacional.

En principio, el ambulantaje y los congestionamientos viales son los temores que tienen los vecinos respecto a la nueva sede de la representación estadounidense, pero, a decir de las autoridades, se promoverá el respeto al entorno urbano una vez que el consulado entre en operaciones, lo que se espera que suceda el próximo año.

¿Y LOS SERVICIOS?

La calidad de los servicios públicos que se tienen es otra de las preocupaciones por los desarrollos verticales, más cuando una de las particularidades de la colonia Monraz es que su asociación de colonos se encarga de la administración, manejo y planeación del uso de sus recursos hídricos.

“La colonia cuenta con dos pozos de extracción de agua potable concesionados por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para el uso de los habitantes de esta zona, ubicados en la glorieta de la avenida Manuel Acuña con su cruce con la avenida Aztecas y, el otro, en la calle Toltecas. En las últimas décadas se han visto afectados los niveles friáticos por lo que la extracción de agua es cada vez a niveles más profundos, en los estudios realizados por la asociación (vecinal) se detecta que el nivel estático en el pozo de Manuel Acuña ha bajado de 38 metros a 56 metros y su extracción se ha visto mermada de 16 litros por segundo a 8 litros por segundo; en el caso del pozo de la calle Toltecas su nivel estático ha descendido de 39 a 52 metros de profundidad y su gasto de 18 litros por segundo a 15 litros por segundo registrados desde 1980 a 2014”, se expone en el proyecto titulado Propuesta de mejora para la gestión de aguas para la Asociación de Colonos en el Fraccionamiento Monraz de Guadalajara, Jalisco, realizado por el maestro Héctor Valadez Sánchez.

En el mismo documento se señala que, el consumo promedio per cápita de agua al día es de mil 325 litros, mismo “que se considera elevado con referencia en la media nacional de 380 litros por habitante al día”. El fenómeno, se explica, “podría deberse” a fugas no detectadas, toda vez que la infraestructura hidráulica de la colonia se mantiene sin cambios desde hace más de cinco décadas.

https://www.ntrguadalajara.com/post.php?id_nota=128075