Trabajadores en Michoacán, mal pagados y sin seguridad social


Raúl López Téllez/ Revolución 3-0, 30 de abril de 2019
Con una pérdida del poder adquisitivo en el salario de un 66.6 por ciento a nivel nacional, y la falta de seguridad social en el estado en aumento a la par de la informalidad laboral que ubica en este sector a siete de cada diez trabajadores, con más de un millón de trabajadores cuyos ingresos no alcanzan a cubrir la canasta básica, el Día Internacional del Trabajo que se cumple este miércoles no tiene nada que celebrar para los asalariados, de acuerdo con las expectativas que plantea el Colegio de Economistas de Michoacán (CEEM).

En el estudio “Día del trabajo: saldos laborales en Michoacán”, el organismo indica que desde 1982, la clase trabajadora nacional enfrenta una “fuerte precarización económica”, donde se conjugan tanto “la creación de escaso empleo formal, alta presencia de la informalidad, bajos ingresos y un elevado monto de trabajadores remunerados sin prestaciones de ley”.

Heliodoro Gil Corona, responsable de Proyectos Estratégicos del CEEM, destacó que en el contexto latinoamericano, México tiene los salarios mínimos más bajos. Hasta 2018, los ingresos de los trabajadores mexicanos apenas si cubren el 34.8 por ciento del valor de la canasta básica, estimada en 7 mil 600 pesos mensuales.

El analista destacó que Michoacán se mantiene en el séptimo lugar en este contexto dentro de los diez estados con mayor informalidad laboral en el país, donde prevalecen además de los bajos salarios la ausencia de seguridad social, tendencia que se percibe desde los años 2015 hasta el 2018,lapso en el que la ocupación formal creció de 28.8 por ciento a 30.0 por ciento, en tanto la ocupación informal disminuyó de 71.2 por ciento a 70.0 por ciento, aunque destacó el investigador, “en valores absolutos la informalidad laboral experimenta un incremento de 32 mil 985 puestos de trabajo, cuyo nivel pasa de un millón 354 mil 4445 a un millón 387 mil 430 de 2015 a 2018”.

Señaló que en contra de que lo hiciera el gobierno, la propuesta de aumento salarial ha sido impulsada y respaldada por la iniciativa privada, en concreto por la Confederación Patronal de República Mexicana (Coparmex), aunque no lo hace como una concesión gratuita, ya que con ello va implícito el interés por la recuperación del poder adquisitivo y así equilibrar los niveles de consumo que impidan el aumento de la inflación.

A su juicio, la recuperación salarial “ha tomado dirección, pero aún queda tramo para que dicho ingreso alcance para comprar la canasta básica”” y en donde, insistió, “los retos laborales de México son estructurales: Michoacán es un buen ejemplo”, donde refirió mientras el salario mínimo en el país, “a precios actuales bajó 264.5 pesos diarios en 1981, a 88.4 pesos diarios al cierre de 2018”, por las condiciones laborales a la baja que experimenta el estado, aquí el salario diario promedio debería ser de 186 pesos diarios.

De los trabajadores dependientes de un ingreso, “subordinados a un patrón”, tanto el formal como el informal manifiestan precariedad salarial, “más acentuado en los informales” y que además no tienen seguridad social; del 2015 al 2018, la tasa de ingresos creció hasta en más de un salario mínimo, 2.5 a 3.8 por ciento, un aumento de 9 mil 42 personas que se integraron a este nivel de ingresos, por lo que “la informalidad laboral representa el principal boquete del mercado de trabajo, que ni aporta ingresos a la hacienda estatal y cuyos trabajadores no gozan de prerrogativas de seguridad social como servicio médico, primas de antigüedad, vacaciones remuneradas, aguinaldos, crédito para vivienda y fondos para el retiro”.

En Michoacán, recordó, hasta el 2018 se registró una tendencia en el aumento del empleo formal de 30.1 por ciento, en tanto que la informalidad laboral participó con un 69.9 por ciento de la población ocupada, que representa un millón 387 mil 430 trabajadores, por lo que el primero sólo generó 596 mil 667 trabajos productivos, con una incorporación a la informalidad del 2015 al 2018 de 32 mil 985 trabajadores.

Citando la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), el analista consideró que desde el 2008, en el estado tanto los salarios de trabajadores formales e informales “son excesivamente precarios, aunque con un deterioro más acentuado del ingreso en el empleo informal”.

En 2018, los trabajadores en la formalidad laboral con un ingreso de más de un salario y hasta dos salarios mínimos, con ingresos que no superan los 5 mil 282 pesos mensuales, concentró el 29.0 por ciento con 172 mil 902 trabajadores de la población ocupada estatal, mientras que los informales en el mismo intervalo de salario ubican al 61.3 por ciento, con 850 mil 979 trabajadores y que, en suma, son un millón 023 mil 881 trabajadores formales e informales “que su salario no alcanza para adquirir la canasta básica, cuyo costo estimado en 2018 fue de 7 mil 700 pesos mensuales”, señaló.

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