La tribu yaqui consume agua con plomo y arsénico, como castigo a la oposición del Acueducto Independencia en Sonora.

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By Taykauraki junio 23, 2015 Geografía, México, Noticias

La presencia de metales como el arsénico y plomo en aguas subterráneas, obedece normalmente a concentraciones propias naturales de la zona, no obstante el consumo en grandes cantidades en los humanos es altamente tóxico. En la comunidad yaqui de Pótan, en el municipio de Guaymas, Sonora, se presentaron grandes cantidades de estos metales en el agua que consumen, debido a la perforación del pozo que los surte del líquido vital.

Desde hace aproximadamente 15 años se conoció que había arsénico en la zona, y según las normas el pozo no estaba bien ubicado e incumplía, desde su construcción con las normas, informó el investigador Rodrigo Gonzales Enríquez, del departamento de Ciencias del Agua del Instituto Tecnológico de Sonora (Itson) y quien da asesoramiento académico a la tribu yaqui.

Según estudios realizados por el Itson, el río Yaqui presentó altos niveles de arsénico y plomo, hasta cien veces más altos en el agua que consume la población de Pótan, Guaymas, respecto a la información de la evaluación de riesgo a la salud de las comunidades por la operación de Acueducto Independencia realizada por la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris), informó el investigador Gonzales Enríquez.

El Acueducto Independencia, fue una de las obras más ambiciosas del gobernador panista Guillermo Padrés Elías, y quien desde hace cuatro años enfrenta la resistencia de la tribu yaqui, a quien la justicia le ha dado la razón. Para el investigar, la presencia de estos metales en el agua que consume la comunidad de Pótan, es un castigo del gobierno por la oposición a este proyecto.

La Comisión Estatal del Agua (CEA), es la responsable de abastecer a las poblaciones rurales, especialmente a las comunidades indígenas, pero es la misma dependencia que opera y que construyó el acueducto. La solución para el problema de aguas contaminadas es sencilla, explicó Rodrigo Gonzales, se debe cancelar la fuente de abastecimiento y conectar la tubería nueva que está a menos de cinco kilómetros, que se terminó de construir el año pasado pero que no fue conectada, porque esta comunidad se opone al acueducto.

La obra costó más de seis millones de pesos, pero por castigo no se conectó, ahora esta es solución para que no sigan muriendo más niños y otros más se intoxiquen por la presencia de estos metales; la conexión que es lo que falta para que la tubería funcione, señaló el académico, no les costará ni 10 mil pesos.

“Yo creo que no es justo que a una comunidad se le castigue de una manera criminal, que en cualquier parte del mundo sería un crimen y además de que no pase nada, el problema siga sin resolverse cuando la solución está”, manifestó Gonzales Enríquez.

Esta obra se empezó a construir en el 2010, para llevar las aguas, que por derecho ancestral le pertenece a la tribu, hacia Hermosillo, capital de Sonora, para nutrir a las industrias, con la justificación de un desabasto del agua potable. La obra, que está a punto de ser concluida, tiene una longitud de 175 kilómetros con un volumen de 75 millones de metros cúbicos que terminará de secar el río Yaqui, que desde hace casi veinte años palidece por las tres presas construidas, una río arriba y dos abajo.

“Se argumentó que Hermosillo no tenía agua y que la falta de agua potable generaba condiciones de insalubridad a la población, sobre eso se planteó que se pudiera llevar el agua del río yaqui. Acá se trata de demostrar que tampoco en el río yaqui, especialmente en las comunidades indígenas, se tiene agua potable como para resolver el problema a la capital sonorense; si el problema no se ha resuelto en cuenca propia para las comunidades marginadas como las indígenas, como es posible que estén planteando llevar agua limpia a otra región que agotó sus recursos porque no los supo administrar, porque además tienen agua para irrigación que podrían usarla para abastecimiento de la ciudad, pero quieren el agua de la tribu yaqui”, refirió el investigador.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), validó la operación del Acueducto Independencia y reconoció el derecho del gobierno del uso del agua de las cuencas del Río Yaqui y Sonora, a pesar de que el acueducto es una obra totalmente ilegal desde su construcción, sus derechos de agua, de operación hasta el manifiesto de impacto ambiental, no hubo consulta a los pueblos, sin embargo está operando y ha manejado más de 30 millones de metros cúbicos de agua, ahora está cobrando la vida de los indígenas por el consumo del agua contaminada y a pesar de esto, el gobierno se empeña en defenderla, a pesar de que la justicia dio la razón a la tribu yaqui.

http://desinformemonos.org.mx/2015/06/la-tribu-yaqui-consume-agua-con-plomo-y-arsenico-como-castigo-a-la-oposicion-del-acueducto-independencia-en-sonora