Xcaret, con un negro historial ambiental (Quintana Roo)

Texto: Ricardo Hernández / Fotos: Michelle Raponi / Pixabay, / Pie de Página

Organizaciones presentaron una denuncia por daños ambientales en contra de la famosa empresa turística Xcaret, en Quintana Roo. Este grupo empresarial inicia obras sin permisos, consigue autorizaciones pese a daños ambientales o a terrenos nacionales, a cambio de multas que le resultan modestas

QUINTANA ROO.- La empresa turística Xcaret, con un largo historial de irregularidades e impactos ambientales en el caribe mexicano, ahora enfrenta una nueva denuncia por daños en su nuevo proyecto, un puerto en Playa del Carmen.

Una decena de organizaciones detectaron que la empresa no cumplió con los ordenamientos ecológicos, programa de manejo de área natural protegida y la ley de protección al ambiente, los cuales establecen evitar la instalación de infraestructura que obstruya o modifique la marea, los procesos costeros o impacte el ecosistema.

La construcción de un puerto en Playa del Carmen, Quintana Roo, por parte de Xcaret tendrá impactos negativos en la forma rocosa natural de la zona federal marítimo terrestre -la franja de 20 metros de ancho de tierra firme, transitable y contigua a la playa- , en la dinámica costera y en el tránsito de tortugas marinas en peligro de extinción. Así lo denunciaron organizaciones civiles ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).

Tras el análisis detallado del proyecto, las organizaciones demandantes identificaron que el desarrollador incumplió los programas de Ordenamiento Ecológico Marino y Regional del Golfo de México y Mar Caribe (POEMRGMC) y de Ordenamiento Ecológico Local de Solidaridad (POELS), el Decreto y Programa de Manejo de la referida área natural protegida y de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA).

La denuncia fue presentada el 5 de octubre por una decena de organizaciones que exigen a la Profepa analizar el caso y, de confirmar los impactos e irregularidades, cancelar la autorización del proyecto del magnate Miguel Quintana Pali, dueño de Grupo Xcaret.

Xcaret es una empresa conformada por siete parques de diversiones, la mayoría acuáticos, y por varios hoteles.

El nuevo puerto estaría ubicado sobre el área de influencia del Área Natural Protegida Reserva de la Biósfera Caribe Mexicano.

Los demandantes también critican la omisión de la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental de la Semarnat, por haber aprobado el proyecto.

El proyecto de recinto portuario –próximo a uno de los hoteles y parques acuáticos de Xcaret–, contempla, a grandes rasgos, la construcción de diques de escollera de dos brazos, con una longitud de 65 y 190 metros, a modo de rompeolas, sobre una superficie de 5.8 metros cuadrados; muros de contención perimetral y de concreto armado; un andador; el dragado de 67.6 metros cúbicos; muelles flotantes con sistema de atraque con capacidad de atraque para 15 embarcaciones de hasta cuatro metros de eslora.

El puerto, señalan las organizaciones, también afectará a dos sitios arrecifales y provocará la retención de sedimentos y la erosión de la playa sobre la que se proyecta.

La Semarnat aprobó en agosto de 2019 el proyecto, y lo hizo a pesar de que el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) advirtió en su opinión técnica que una parte la marina se encuentra al interior del Área Natural Protegida del Caribe Mexicano –lo cual el promovente omitió mencionar– y sobre la probable interrupción y desviación de flujos hídricos, según se lee en el resolutivo.

“Es menester precisar que esa Procuraduría Federal de Protección al Ambiente cuenta con las atribuciones legales suficientes y necesarias para realizar un análisis de los proyectos que hayan sido autorizados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, abarcando desde la propia autorización hasta la forma en que se ejecuta el proyecto que se trate”, se lee en la denuncia.

“La Procuraduría tiene el deber de ordenar las medidas de seguridad, de urgente aplicación y correctivas, así como a sancionar y, en su caso, solicitar, por conducto de la Subprocuraduría Jurídica, la revocación o suspensión de autorizaciones emitidas por la Semarnat”, añaden.

Las organizaciones demandantes son Moce Yax Cuxtal, Red de Formadores Socioambientales, Sindicato de Buzos, La Fuerza de Minerva, Eleonora Mendoza, Sociedad Cooperativa Turística Playa del Carmen, Grupo Gema del Mayab, Sociedad Cooperativa Pesquera Xaman Ha, Pasión por Playa y Círculo Espeleológico del Mayab.


Especial.

Crece Xcaret con vicios y daños

En su autobiografía, Miguel Quintana Pali, director de Grupo Xcaret, narra el ascenso meteórico de su carrera empresarial: un joven tendero que trabajó duro hasta adquirir un terreno en el Caribe mexicano sobre el que luego erigió un parque ecoturístico que atrae a un millón de turistas al año, el primero de siete que ahora posee y que ha podido echar a andar gracias a su visión de hombre de negocios.

Lo que no aparece en aquel libro, “Xueños”, publicado en 2019, son las omisiones y vicios en los procesos constructivos ni los impactos al ecosistema generados por las obras de los siete parques de entretenimiento –Xcaret, Xel Há, Xplor, Xplor Fuego, Xoximilco, Xenses y Xenotes–, así como de mega hoteles de miles de habitaciones en Quintana Roo.

Una revisión a los documentos de 14 proyectos realizados por Promotora Xcaret, emitidos por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), dio cuenta de un “modus operandi”, consistente en iniciar obras sin autorización hasta que la autoridad inspectora las identifica y multa, ante lo cual la empresa paga y procede a elaborar las Manifestaciones de Impacto Ambiental que luego son aprobadas pese a los posibles daños advertidos en las opiniones técnicas de distintos organismos gubernamentales.

En 1994 la entonces Dirección General de Normatividad Ambiental de la Semarnat aprobó en materia de impacto ambiental el proyecto Parque Ecoarqueológico Xcaret y en 1996 aprobó la solicitud de construcción de una escollera y un nuevo río subterráneo.

En los 14 años posteriores, la empresa realizó 13 obras de ampliación al interior –muros de contención y perimetrales en la Zona Federal Marítimo y Terrestre, palapas, un tobogán, regaderas, pozas y un canal– sin permiso alguno.

No fue sino hasta que la Procuraduría de Protección al Ambiente (Profepa) realizó inspecciones, instauró procedimientos administrativos en contra de la empresa y le impuso una multa de 688 mil 348 pesos, en 2010, que se le obligó a presentar los permisos correspondientes, aprobados luego sin retrasos.

En el caso del proyecto de hotel “Roca de Selva”, de mil habitaciones, con centro de convenciones, zona comercial, canal artificial y área de infraestructura, colindante a Xcaret, la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA) estableció que la empresa realizó obras y afectación de bienes nacionales sin las autorizaciones correspondientes. El proyecto, sin embargo, fue aprobado por la Semarnat en enero de 2015, meses después de haberlo presentado.

De acuerdo con una solicitud de información, de 2008 a 2015 la Profepa inició 13 procedimientos administrativos contra la empresa Promotora Xcaret, que junto con Promotora Xel Há manejan los parques y hoteles en la entidad, así como los que ya se proyectan sobre Yucatán.
Aprueban proyectos pese a impactos

Xcaret ha conseguido la autorización de varios proyectos, pese a la amenaza de impactos y daños. En 2015, la DGIRA advirtió de la presencia de especies enlistadas en la NOM-059 como el ocelote y jaguar en el predio sobre el que se planeaba construir el hotel Roca Selva, cuyos hábitos y reproducción se verían comprometidos con las obras, sin embargo, el proyecto finalmente se aprobó.

El predio de Xoximilco, el proyecto de canales artificiales donde se ofrece paseo en trajineras, ubicado en Cancún, se traslapa con regiones de importancia para la biodiversidad como los humedales costeros y Arrecife Puerto Morelos, sitios de manglar con relevancia biológica y con necesidades de rehabilitación ecológica Nichupté y Puerto Morelos, así como con el Área de Importancia para la Conservación de las Aves, lo cual no fue suficiente para rechazarlo.

En la consulta pública del proyecto Ya Ax UJ-Luna Verde, el mega hotel de 4 mil 514 cuartos colindante al referido puerto, se advirtió de la presencia significativa de monos araña, especie protegida por la NOM-059, lo cual tampoco bastó para frenarlo.


Especial.

Critican modelo y apropiación cultural

El antropólogo Gilberto Avilez Tax acuñó el término “xcaret-ización” para referirse a la cosificación de lo maya promovida por la empresa de Miguel Quintana Pali, donde la cultura se mercantiliza y los rituales milenarios tornan en simples espectáculos para el regodeo del turista.

Y es que uno de los atractivos más promocionados por Xacaret son las actividades culturales, las danzas y espectáculos mayas, que no es otra cosa para Avilez que la reificación, el proceso de cosificación de una cultura que deviene en fetiche, “en una mercancía más ofertada por el turismo global”.

“Al caer el sol vas a escuchar el sonido del caracol a través de la selva. Sigue su llamado y transpórtate al mundo antiguo de México ante un escenario bajo la ceiba sagrada, rodeado por el río subterráneo y la selva. Admira a los danzantes mayas moverse al ritmo de poderosos tambores entre el humo y el aroma del copal”, se lee en la promoción de las danzas prehispánicas en Xcaret, un show de 25 minutos de casi 2 mil 500 pesos el boleto de entrada.

Si los europeos sedujeron a los indios con espejos, vidrio y birretes colorados, ahora son los trabajadores del parque de diversiones, revestidos de adornos indios, los que seducen al extranjero, se podría resumir.

Juan Antonio Córdoba Ordoñez, investigador de la Universidad Complutense de Madrid, ha dedicado buena parte de su trabajo al estudio del turismo y el ocio en el Caribe mexicano; a analizar la mercantilización de la cultura maya y al consumo de espacios, objetos y emociones en los parques de Quintana Pali.

Córdoba expone en entrevista que el modelo de Xcaret está basado en el de Disney, donde el lucro con las emociones del “espectador” y la venta de “experiencias”, en este caso del “regreso a la historia”, se encuentran en la base del negocio.

El problema, comenta, es la artificialidad y los resabios coloniales, de dominación y aniquilación cultural de aquello, pues teatraliza lo que para los indígenas es una forma de vida, una que incomoda cuando se practica por los verdaderos indígenas en la región.

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