Alertan de un desastre: No toda la costa yucateca es apta para casas; dice un experto

ST / Yucatán a la Mano

En Yucatán hay territorios costeros con alto riesgo de erosión. Construir casas en ellos significa construir vulnerabilidad al desastre, alerta Francisco Bautista Zúñiga, investigador del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El doctor en Ciencias señala que las ciénagas, las lagunas costeras y los pantanos pueden saturarse de agua y, sin embargo, son puntos que están siendo rellenados con escombro para construir casas.

Además, con nuevas ciudades y nuevos fraccionamientos, la planicie kárstica que siempre estuvo deshabitada ahora es el filón de oro de los “lotes de inversión” en el norte de Mérida, abunda. Son zonas que se encuentran a diez, ocho, seis, cuatro o dos metros sobre el nivel del mar y están expuestas a inundaciones, vientos huracanados y aumento del nivel del mar. Hay que tener presentes las inundaciones en el norte de Mérida (en 2020).

El investigador, presidente fundador de la Asociación Mexicana de Estudios sobre el Karst (AMEK), plantea este escenario en un análisis titulado “El mal uso del territorio en la Península de Yucatán: echando a aprender se aprende”.

¿Y el ordenamiento?

Entre otras cosas, expone que los programas de ordenamiento ecológico del territorio son prácticamente norma muerta, a pesar de que en su elaboración participaron expertos altamente calificados, y advierte de los peligros que aflorarán si las autoridades no regulan el uso del territorio kársticode la Península.

En el caso específico de los “lotes de inversión”, el doctor Bautista Zúñiga señala que a la vulnerabilidad de las zonas donde se ubican esos terrenos hay que agregar que los nuevos fraccionamientos o ciudades necesitarán agua potable.

“Tienen mucha agua a pocos metros de profundidad, pero es agua salina, no potable”, subraya. “Necesitarán reservas hidrológicas que no existen o vivirán del agua de lluvia. ¿Esto lo sabrán los vendedores y compradores de los lotes de inversión?”

“Se aducirá que los dueños de la tierra pueden hacer lo que ellos quieran. Sin embargo, existen reglas para el uso de la tierra, como las manifestaciones de impacto ambiental que ojalá se estén haciendo”.

“No aprendemos”

El especialista, quien ha desarrollado varios proyectos y estudios sobre agua, ambiente y suelos en la Península de Yucatán, también detalla lo siguiente:

—Echando a perder se aprende, reza el refrán popular. Esta frase se refiere a una forma de aprender, el empirismo, al aprender haciendo, el aprender de ensayo y error. El refrán viene a cuento porque no aprendemos en territorio ajeno, no aprendemos de lo sucedido en Acapulco con el huracán “Otis”, no aprendemos del ascenso en el nivel del mar en Tabasco, no aprendemos de las inundaciones en Mérida, no aprendemos a vivir en las planicies kársticas (roca caliza y poco suelo), planicies fluviales (confluencia de ríos y pantanos), planicies palustres (pantanos, lagunas costeras, ciénagas) y planicies costeras (cordones litorales) de la Península de Yucatán.

—No hemos aprendido nada o no nos importa. Los que administran el territorio, o ignoran los peligros, o son omisos o corruptos. Todos estos territorios están en riesgo.

—El calentamiento global con su consecuente ascenso en el nivel del mar, aumento de temperatura y aumento en la frecuencia e intensidad de los huracanes, es algo que ya está ocurriendo en el mundo, no solo en nuestro país.

—No aprendemos en territorio ajeno, pero le podemos sumar una premisa falsa desde la abducción, lo cual ya lleva a cometer errores de todo tipo. Por ejemplo, “todos los territorios de México son habitables”, “La península de Yucatán es un territorio mexicano”, “Los territorios de la península de Yucatán son habitables”.

—La premisa y la conjetura son falsas. No todos los territorios de México son habitables y tampoco todos tienen el mismo factor de riesgo al habitarlo.

Terrenos en la costa con riesgo de erosión

—Me explico: existen territorios costeros con alto riesgo de erosión (norte del estado de Yucatán), lo que conlleva a que los sitios erosionados por el mar pierdan suelo y la marea destruya las casas allí construidas y las carreteras también.

—Por allí transitan los huracanes año con año, de manera que existe alto riesgo de desastres ambientales por viento (derribo del tendido eléctrico, casas, edificios, destrucción de carreteras) y exceso de lluvia (inundaciones, marea alta). Construir casas en esas zonas costeras significa que están construyendo la vulnerabilidad al desastre, y cuando ocurra se oirán voces que pedirán que el gobierno se haga cargo. Y ni que hablar de la biodiversidad, que ya está en etapa de pérdida.

—Los programas de ordenamiento ecológico del territorio (POET), el estatal de 2005-2006 y el costero algunos años después, así como el nuevo POET estatal han servido para que el gobierno se limpie la cara y se lave las manos. Esos programas ocuparon mucho tiempo de investigadores altamente calificados (principalmente los dos primeros) y no se han operado.

¿Quién puede salvar?

—La población peninsular no puede esperar a que sus gobiernos estatales y municipales los salven. Solo ella, la población, se puede salvar y prevenir de la gran vulnerabilidad ambiental que se está construyendo mediante el desorden en el uso del territorio.

—Cuando no hay planeación sobre el uso del territorio y la ocupación del mismo se deja en las manos del mercado inmobiliario, se construye la vulnerabilidad y posterior desastre socio-ambiental. Si los dueños de la tierra pudieran hacer lo que ellos quieran, entonces ¿nos quedaríamos callados cuando construyan una gasolinería a un lado de una escuela? ¿No habría protestas si frente a mi casa pusieran una granja de cerdos o de pollos? ¿No diría nada si frente a mi casa pusieran un sitio de recolección de basura? La propiedad de un terreno no le confiere al dueño la autoridad de hacer lo que él quiera a su libre albedrío.

—Ya imagino las declaraciones de los gobernadores y presidentes municipales: “Este desastre es por el cambio climático”. Los que construyen en la costa sobre los cordones litorales (suelos arenosos) dirán que los gobiernos no apoyan en la reconstrucción, los que construyen sobre las ciénagas dirán que la culpa es del gobierno.

Los que vendieron y compraron los “lotes de inversión” echarán la culpa a los gobiernos. Unos y otros buscarán echar la culpa a quien se deje, pero la verdad es que con el desorden inmobiliario ganan unos empresarios al amparo de las actuales autoridades y perderán los compradores.

—Ojalá y me equivoque, pero esto pasará si las autoridades no regulan el uso del precioso territorio kárstico de la Península de Yucatán.

Fuente: Diario de Yucatán/Angel Noh Estrada

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