Colima: menos empleo, más precariedad
Imagen: Diario Avanzada
Heidi de León Gutiérrez / Diario Avanzada
Colima, México, Avanzada (28/05/2025).- De acuerdo con los resultados más recientes de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI y en comparación con el mismo periodo del año anterior, la entidad registró una disminución de 12 mil personas en su población ocupada, lo que refleja una baja importante en el dinamismo del mercado laboral local.
Uno de los sectores más afectados fue el primario, que incluye actividades como la agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca. Ahí, el número de personas ocupadas disminuyó en 4 mil, mientras que en los servicios diversos y sociales se reportaron reducciones de 3 mil y 4 mil personas, respectivamente.
Además, aumentó el número de personas desocupadas en Colima, alcanzando las 9 mil, lo que representa una tasa de desempleo del 2.4 % de la Población Económicamente Activa (PEA), una cifra mayor a la del mismo periodo del 2024. A pesar de que la población subocupada —aquella que trabaja menos horas de las que necesita— bajó del 5.0 % al 3.8 %, la calidad del empleo también se vio afectada. La tasa de condiciones críticas de ocupación —que mide a quienes ganan poco o trabajan en situaciones precarias— subió del 22.5 % al 24.1 %.
Otro dato relevante es que la tasa de informalidad laboral se ubicó en 44.6 %, apenas por debajo del 45.0 % del año anterior. Esto indica que casi la mitad de los trabajadores en Colima siguen sin acceso a prestaciones, seguridad social o contratos formales. Mientras tanto, la tasa de participación laboral —es decir, cuántas personas en edad de trabajar efectivamente lo hacen— también disminuyó: en 2024 era de 67.2 %, y en 2025 bajó a 66.0 %. La caída fue más notable entre las mujeres, cuya participación se redujo en 12 mil personas.
En promedio, los colimenses trabajaron 41.3 horas a la semana en el periodo enero-marzo. La mayoría (48.4 %) laboró entre 35 y 48 horas, aunque un 21.5 % lo hizo por más de 48 horas semanales, lo que habla de la necesidad de muchos por generar ingresos extra ante la difícil situación económica.
En el sector no agropecuario, la ocupación disminuyó en 13 mil personas. El mayor golpe fue para los pequeños establecimientos, que perdieron 9 mil empleos. En contraste, los grandes negocios aumentaron su número de trabajadores en 6 mil, lo que puede indicar una concentración de oportunidades en pocas empresas con mayor capacidad económica.