“Nunca más una ciencia sin nosotras”: Asamblea de Mujeres Organizadas de la Facultad de Ciencias de la UNAM

– Las estudiantes tomaron su escuela en protesta por la violencia de género
– Durante cuatro días realizaron decenas de talleres, foros, pláticas y conversatorios
– “Lo aprobado por el Consejo Universitario no resuelve nuestras demandas”
– “La normalidad de las autoridades es la violencia cotidiana; nuestra lucha es por justicia”
– “A las mujeres que ven y padecen las injusticias, les decimos: vengan, porque podemos construir juntas”

Mural junto al Auditorio de la Facultad de Ciencias. Foto: Asamblea de Mujeres Organizadas de la Facultad de Ciencias.

Colectivo Grieta, 20 de febrero de 2020
Ciudad de México.- Entre los días 11 y 14 de Febrero, la Asamblea de Mujeres Organizadas de la Facultad de Ciencias de la UNAM realizó un paro contra la violencia de género que impera dentro de esta casa de estudios. Las estudiantes consideran que la rectoría no ha cumplido sus demandas, pues las reformas al Estatuto Universitario son insuficientes al no incluir sanciones ni procedimientos específicos contra los acosadores sexuales, tal como sí se contemplaron en las propuestas hechas por las mujeres organizadas de la UNAM, de quienes provino la iniciativa de reforma, y que no fueron tomadas en cuenta al momento de la modificación del estatuto.

Este paro es parte de un proceso organizativo que comenzó desde hace muchos meses . Espacios como el 2º Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan, realizado en territorio zapatista en diciembre de 2019, han permitido un proceso de aprendizaje que a decir de las estudiantes ha sido valioso para ellas, quienes resumen su lucha en una sola frase: “luchamos por justicia para las mujeres y por acabar con la violencia contra las mujeres”.

El pasado 18 de febrero entrevistamos a un grupo de estudiantas pertenecientes a la Asamblea de Mujeres Organizadas de la Facultad de Ciencias, quienes nos compartieron un pedazo de su proceso de organización y lucha. Este movimiento fue iniciado por estudiantes, quienes desde hace algunos semestres empezaron a movilizarse en protesta por la violencia cotidiana que viven como mujeres dentro de la universidad. Nos cuentan que ya había una colectiva organizada al interior de la facultad. Con esa colectiva y otros grupos de mujeres que quisieron organizarse, poco a poco se fueron encontrando y caminaron juntas hacia lo que están haciendo hoy.

Foto: Colectivo Grieta

Organizarse ha llevado tiempo, la lucha durará aún más

“Nuestra lucha es contra la violencia hacia las mujeres. Luchamos por el reconocimiento de la Asamblea de Mujeres como actor político. Luchamos por generar espacios de reconocimiento, encuentro, escucha; por generar espacios para nombrar las cosas que nos aquejan, para compartirlas y abordarlas de manera colectiva. Luchamos por cambiar las dinámicas de la Facultad de Ciencias. Estamos conscientes de que éste es un objetivo inmenso, que tiene un contexto histórico, que es un problema que va más allá de la facultad, y que tiene un proceso histórico muy importante”. Nos contó una estudianta, mientras otra más complementó: “Luchamos para visibilizarnos como mujeres científicas. Luchamos por apropiarnos de los espacios negados para las mujeres”.

Todo empezó más o menos al mismo tiempo que las movilizaciones contra los porros en septiembre de 2018. En ese entonces, varios grupos de mujeres estudiantas dentro de la universidad fueron platicando sobre la violencia de género. El contexto político las fue agrupando, las fue juntando. Luego vinieron los feminicidios en la UNAM, los casos de hombres que videograban a las alumnas en los baños de la facultad, los secuestros de mujeres afuera de las estaciones de metro, las violaciones por parte de los policías incluyendo violaciones contra estudiantas del CCH, los movimientos internacionales como el 8M, la despenalización del aborto en Argentina. Todo esto las hizo voltearse a ver como mujeres, se fueron encontrando en las movilizaciones citadinas, se fueron conociendo e integrando. Así fue como se organizaron primero como Mujeres Organizadas de la Facultad de Ciencias y ahora como Asamblea de Mujeres Organizadas de la Facultad de Ciencias.

Así en el curso de los meses, como Asamblea lograron visibilizar una serie de agresiones, de acoso sexual, de violaciones, de toda clase de violencias de género de las que han sido víctimas estudiantes por parte de académicos, de directivos y de sus propios compañeros de aula. Todo ello sin que los protocolos vigentes en la UNAM fuesen efectivos para detener una violencia que no solo es brutal, sino cotidiana, normalizada e impune. Además se encuentran inmersas en el patriarcado en las ciencias; una realidad cotidiana de desprecio y discriminación en espacios dominados tradicionalmente por hombres.
En este proceso, durante alguno de los paros de los últimos meses, las jóvenes pintaron los muros de su facultad con consignas contra la violencia machista. Una de esas pintas señalaba como Alberto Barajas Celis, cuyo nombre lleva el auditorio de la Facultad, decía en público que las matemáticas no eran una carrera adecuada para las mujeres, “salvo para las feas”. No faltó la autoridad y los académicos que se indignaron por las pintas, antes que por los hechos que denunciaban, “como secundando la posición del presidente, pidiendo respeto por las paredes, mientras las mujeres son violentadas, agredidas y asesinadas”.

Foto: Asamblea de Mujeres Organizadas de la Facultad de Ciencias de la UNAM
Foto: Asamblea de Mujeres Organizadas de la Facultad de Ciencias de la UNAM
Foto: Asamblea de Mujeres Organizadas de la Facultad de Ciencias de la UNAM.

En su organización forman mesas y comisiones encargadas de cumplir el pliego petitorio, y de organizar acciones autogestivas; de manera local, se han sumado a esas comisiones algunas profesoras, como acompañantes. La Asamblea de Mujeres de la Facultad, es, en su origen, un movimiento de base estudiantil. Aún así, en su caminar, en sus acciones, otras mujeres –académicas, administrativas, trabajadoras– se han reflejado en ese espejo y se han sumado a la lucha desde sus propios contextos: “la intención es que tanto ellas como profesoras, como nosotras como estudiantas, podamos detonar procesos organizativos paralelos en nuestras respectivas esferas, que eventualmente hacen intersección”. Algunas participantes  en esta asamblea relatan que han aprendido a articularse con otras facultades y planteles de la UNAM. Se organizan para que tres mujeres asistan a otras asambleas, y esta comisión es rotativa. “Todas las comisiones seguirán trabajando aunque la facultad no esté en paro, pues ese es el trabajo de base. Ahorita toda la movilización es separatista, no sabemos si siempre seguirá siendo así o no, pero por ahorita lo que nos interesa y es más importante, es afianzar nuestros lazos de mujeres.”

Aunque no ha sido fácil, en su organización quieren mantener la horizontalidad. Cuentan que se han dado cuenta de que ellas mismas reproducen ciertas dinámicas y ven la necesidad de aprender sobre la marcha, es decir, en la práctica:

“A veces se idealiza mucho la movilización de las mujeres, pero nadie considera que fue a costa de nosotras mismas, de un rompimiento con nuestros propios esquemas, que se levantó todo este movimiento. No fue fácil, hemos tenido que discutir muchísimo, y discutir necesidades como individuas es muy complicado.”

Las estudiantas ubican dentro de su propia organización diferentes vertientes: las que exigen a la autoridad, y las que trabajan con la autoridad. Algunas identifican la autogestión como la única vía para seguir avanzando, y ven a las autoridades institucionales con cautela cuando no con desconfianza. Expresan que su preocupación es que la institución las coopte, que se monte en su lucha para cumplir sus propios intereses, su propia agenda. Por eso una de ellas concluye: “Aunque el paro se levante, debemos seguir adelante con el proceso de lucha y organización”.

Sobre el momento actual del movimiento de las estudiantas feministas dentro de la UNAM, comentaron que su horizonte sigue siendo el cumplimiento de su pliego petitorio, donde ocupa un lugar central una reforma radical a los estatutos de la UNAM para que haya sanciones claras y concretas a la violencia de género. También contaron que es muy importante para ellas la articulación con otros planteles, como Filosofía y Letras, Ciencias Políticas y las escuelas de Bachillerato donde las estudiantas han impulsado el movimiento.

“Aunque se resuelvan las demandas, debemos seguir. Si se generaron estos espacios, hay que agarrarse de ellos. No hay que dejar que las dinámicas cotidianas de la vida académica nos quiten este espacio. Hay que consolidar el movimiento, seguir hasta acabar definitivamente con la violencia hacia las mujeres, aprovechando las bases que ya construimos”, nos dicenexpresan.

Pliego de exigencias de las estudiantas de la Facultad de Ciencias.

Los acuerdos del Consejo Universitario no resuelven
Explican por qué no se ha resuelto su principal demanda. Cuentan que en la Asamblea de Mujeres de Filosofía y Letras se redactó una propuesta para cambiar 3 artículos del Estatuto General. Luego, sin consultar a esa Asamblea, el Consejo Técnico de la propia Facultad hizo su propuesta de modificaciones a los artículos y todavía la Comisión de Legislación modificó de nuevo la propuesta. Al final, las autoridades modificaron unilateralmente solo dos de los tres artículos que ellas pedían, dejando de lado la modificación al artículo 98, donde se establecerían sanciones y procedimientos contra los actos de violencia de género.

Nos dijeron que por eso les enoja profundamente que los medios y la Rectoría quieran presentar estas reformas como un acto heroico y victorioso de la administración de Enrique Graue, dejando de lado que lo que ha impulsado esos cambios ha sido la movilización de las mujeres. Para las estudiantes de Ciencias la modificación fue  una maniobra política más. Mientras siga el vacío jurídico sigue habiendo espacio para la impunidad.

Las estudiantas lo nombran así: “¿Cómo definimos la justicia o hablamos de justicia mientras sigue un sistema de opresión? ¿Cómo voy a volver a la normalidad, si no hay normalidad para nosotras? ¿La normalidad es la violencia que vivimos todos los días? ¿Esa es la normalidad para las autoridades?”.

Cartel explicativo del Paro Separatista. Imagen: Asamblea de Mujeres Organizadas de la Facultad de Ciencias de la UNAM

El 2º Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan nos dio fuerza y coraje
Algunas de las estudiantas que participan en la Asamblea de Mujeres Organizadas de la Facultad de Ciencias pudieron asistir al encuentro convocado por las mujeres zapatistas y realizado en Chiapas en el Caracol “Torbellino de Nuestra Palabra”.

“El encuentro de mujeres que luchan fue un encuentro seguro, precioso, de lucha y de organización. Nos dio fuerza y coraje para seguir acá. Nos contagió y empapó de esperanza. Nos impresionó que ellas nos dieran la tarea de lograr que los feminicidios y la violencia de género bajen a cero. Nos pareció muy fuerte que ellas, las compañeras, las zapatistas, dieran su parte de que, en sus comunidades, este año no hubieron asesinatos ni feminicidios. Lograr eso, acá, nos pareció un objetivo muy lejano, pero no imposible”, comenta en entrevistauna de las estudiantes con la mirada llena de ánimo.

“Al ver otras mujeres organizadas, eso te hace voltear a ver cómo te organizas. Los días del encuentro de mujeres fueron días de cuestionarse mucho, sin idealizar a las compañeras, sin idealizar al zapatismo, sólo pensando en nuestra tarea, en cómo combatir las dinámicas violentas del día a día.”

En sus testimonios expresan que el encuentro fue un espacio de sanación para muchas. Les dio energía para levantar su movimiento. La lucecita que les regalaron las compas les dio ánimos, energía a partir de compartir entre todas y hacerlo dentro de un espacio construido con la lucha y el trabajo de miles de mujeres rebeldes.
“Un impacto más concreto del encuentro fue que las compañeras les otorgaron a todas las mujeres un espacio para organizarse. Ellas (las zapatistas) cedieron su lugar y su tiempo para que nosotras estemos aquí hoy. La lucecita de las compañeras fue una luz de esperanza,  fue una luz de energía, y fue una luz de responsabilidad. Nosotras sentimos que tenemos una tarea que cumplir: organizar la lucha en defensa de la vida, y a partir de eso, construir nuestra vida colectiva”… Y se muestran muy animadas para hacerlo.

Foto: Asamblea de Mujeres Organizadas de la Facultad de Ciencias de la UNAM.


Seguir encontrándose

Las mujeres de Ciencias tienen un objetivo en común con las estudiantes organizadas en otros planteles: acabar con la violencia hacia la mujer. Y por eso ven importante tender vínculos y hacer trabajo de base:

“Nuestras historias son diferentes; es diferente lo que pasa aquí de lo que pasa en Filos, o en Políticas, o en las prepas. Nos sorprende la solidaridad de otras colectivas de mujeres en la UNAM, nos sorprende cómo se organizan. Nos sorprende, y maravilla, que las compañeras de Políticas estén sosteniendo un paro en su facultad principalmente por solidaridad con las de Filos, pero también como un acto político contundente.”

También  aclaran que no ven el movimiento como algo de su propiedad o cerrado a la participación de otras estudiantas, de otras mujeres, de otras universitarias:

“A las otras mujeres que no se han acercado todavía, les decimos: son bienvenidas, las esperamos. Aunque parezca que esta situación de opresión, dominación y violencia no tiene fin y no acaba, aunque parezca difícil de lograr, nuestra lucha es por todas, y luchamos todo el tiempo, no solo ahora, no solo en el paro. Tenemos un correo que es mujeresorganizadasfciencias@gmail.com
A las estudiantes que ven y padecen las injusticias: vengan, porque podemos construir juntas otras formas de ser, y porque para todas hay lugar. Todas sus luchas pueden caber aquí. Las diferencias no nos imposibilitan, nos permiten construir a partir de ellas. Las diferencias merecen ser respetadas y valoradas. ”

Las estudiantas pintan paredes, escriben mensajes, hacen murales, organizan foros, conversan, difunden. Ese es el ánimo que se vivió en la “Semana Feminista” que, a la par del paro, las diferentes colectivas y espacias organizaron del 10 al 14 de febrero. Uno de sus vitromurales resume contundentemente sus objetivos y sueños: “Nuestra Lucha es por la vida”, mientras el costado del muro del auditorio anuncia los tiempos que ya construyen las jóvenes: “Nunca más una ciencia sin nosotras”.

Foto: Colectivo Grieta.

 

Foto: Colectivo Grieta

 

Foto: Colectivo Grieta