Nuevo rechazo a un plan. El Tren Maya, tema de jornada “Megaproyectos”

Joaquín Chan/Diario de Yucatán
El Tren Maya sigue sin convencer a los académicos sobre sus beneficios para las comunidades originarias y de nuevo recibió el rechazo, ahora de los asistentes a la Segunda Jornada “Megaproyectos” que realiza el Sindicato Nacional de Profesores de Investigación Científica y Docencia del INAH.

Hubo movimientos de cabeza en señal de desaprobación a la vasta información que proporcionó el coordinador del Tren Maya en Yucatán, Aarón Rosado Castillo; críticas a la falta de información clara y precisa sobre el trazo, sobre el costo del pasaje y el daño ambiental que generarán los polos turísticos que surgirán de este proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador, y la acusación de que los megaproyectos de inversión han generado desde la década de los años 90 especulación de tierras a manos de empresarios yucatecos y más recientemente de exfuncionarios del gobierno priista anterior.

“El Tren Maya es una falsa versión nacionalista porque su concepción procede más de planes internaciones que doblegan a la clase política y las economías locales para integrar riqueza regionales a las órbitas de intereses de capitales internacionales”, señaló el investigador y coordinador de Historia del INAH Yucatán, Iván Franco Cáceres, en su ponencia “El contexto global del Tren Maya” durante el foro.

“No se había visto mayor entusiasmo de clases empresariales en su conjunto por los megaproyectos, pese al malestar de algunos acaparadores de tierras, como se está viendo por las grandes inversiones que llegan al Estado”, subrayó. “Como organización académica, sugiero en este sentido que tenga claridad del papel del INAH frente al contexto agresivo contra el patrimonio cultural e histórico que ocasionan los megaproyectos. El INAH es una institución de origen nacionalista y de vocación educativa, pero desde mediados de los años 80 quedó secuestrada su estructura orgánica y administrativa por sectores liberales y nacionalistas autoritarias del PRI y eso ha desdibujado su trabajo protector del patrimonio”.

No tiene duda que los megaproyectos, como el Tren Maya generan megaingresos, pero éstos se los llevarán los inversionistas, no los habitantes de las comunidades por donde pasará el tren.

“Migajas”

Como siempre, dijo, las migajas lo recogerán como desde la época ferroviaria porfirista, los descendientes de los pueblos originarios. El Tren Maya tiene tintes parecidos a otros megatrenes extractivos como los que operan en Chile y Argentina que van por la riqueza mineral abundante”.

Iván Franco destacó que el megaproyecto del “tren antimaya” ya empezó a repartir los recursos a los grandes intereses trasnacionales, aunque el gobierno federal alegue que el reparto se realiza de manera democrática, porque se filtró que las primeras concesiones se dieron a siete poderosas empresas de países de tecnología de punta, el trazo de líneas, la construcción de rieles, la compra del ferrocarril de última generación, los desarrollos hoteleros y turísticos, las frecuencias de los viajes, entre otros trabajos. Esa información la filtró un dirigente empresarial yucateco y lo confirmó el titular del Fonatur, Rogelio Jiménez Pons.

El ponente afirmó que el bien más preciado por el capital son las tierras, principalmente las de grandes extensiones y por ello en Yucatán surgieron espirales especulativas y mercantiles desde años atrás. Los acaparadores y monopolistas se dedicaron a despojar de sus tierras a los ejidatarios y pequeños propietarios y se convirtieron en los amos de la especulación de tierras y las descongelaron cuando se intensificó las inversiones capitalistas en los centros comerciales, fraccionamientos de lujos, edificios verticales, y continúo la especulación con la creación de las zonas especiales económicas y los megaproyectos.

Otro investigador, el doctor en Ciencias Rodrigo Patiño Díaz, de la Unidad Mérida del Cinvestav, quien habló sobre la justicia ambiental y energética, señaló que la propuesta de desarrollo sustentable del sureste mexicano no es para generar riqueza para el pueblo, sino para los inversionistas. Además, afirmó que no se siguieron los lineamientos establecidos por la ley ambiental y territorial y criticó que el gobierno federal diga que el Tren Maya es un proyecto aceptado porque es un tema discutido cuando no consultó a las comunidades originarias desde la etapa previa del proyecto.

También puso como ejemplo cómo se benefician los grandes inversionistas en el caso del parque eólico de Tizimín, cuyo terreno donde está el parque es “ni más ni menos propiedad del exsenador priista Emilio Gamboa Patrón”.

En el foro también participó Aarón Rosado Castillo, coordinador del Tren Maya en Yucatán, quien de nuevo expuso con amplitud la información oficial del proyecto, pero ante las explicaciones varias investigadoras y académicos movieron la cabeza en una muestra de que no creen en el proyecto.

La consulta a los pueblos originarios todavía no se realiza, será una consulta informada y por ello cuando tengamos todos los detalles la organizaremos”, explicó. “Pueden cambiar algunas cosas, el proyecto del Tren Maya esta a consulta con los sectores, no está definido”.— Joaquín Chan Caamal

Rosado Castillo informó que prácticamente el precio del pasaje del tren será subsidiado porque será simbólico, pues el verdadero negocio estará en la carga que transportará en toda la ruta de los 1,500 kilómetros.

“El presidente quiere aplicar la justicia social y beneficiar a los más pobres de sureste”, dijo, pero rápidamente lo increparon.

“Por qué no defendió a los campesinos del despojo de sus tierras”, lo cuestionaron.

“Porque apenas tiene un año de presidente”, respondió Aarón Rosado.

El foro en el Centro INAH continúa hoy con otra larga jornada, que empieza a las 10 horas y termina a las 2 de la tarde.
Defensa

El coordinador del Tren Maya en Yucatán, Aarón Rosado Castillo, defendió el proyecto.
Precio simbólico

Rosado Castillo informó que el precio del pasaje del tren será simbólico, pues el verdadero negocio estará en la carga que transportará en toda la ruta de los 1,500 kilómetros. “El Presidente quiere aplicar la justicia social y beneficiar a los más pobres de sureste”, dijo, pero rápidamente lo increparon: “¿Por qué no defendió a los campesinos del despojo de sus tierras”. “Porque apenas tiene un año de Presidente”, respondió Aarón Rosado.

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