Jornaleros, olvidados por el estado (Zacatecas)

Foto: NTR Zacatecas

SILVIA ALVARADO | NTRZACATECAS.COM, 11 de julio de 2019

Zacatecas.- Autoridades estatales son omisas en la elaboración de un censo de jornaleros agrícolas e ignoraron los derechos de los trabajadores e infantes que pasan hasta 11 once horas en las cosechas, siendo Fresnillo y Villa de Cos donde se concentra el 85 por ciento de ellos.

De acuerdo con el último estudio realizado en 2011 por la Unidad Académica de Economía de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ), e incluido en el Plan Estatal de Desarrollo 2017–021, entre ambos municipios había seis mil 200 jornaleros en la temporada que va de abril a agosto.

Dicho análisis realizado hace ocho años, reflejó que Río Florido, San José de Lourdes, San Gabriel y el Salto, en Fresnillo, así como Bañón y Chaparrosa, Villa de Cos, tienen a más de 80 por ciento de familias nucleares (padre, madre e hijos) y extensas (tíos, primos y abuelos).

El resto se ubica en Cuauhtémoc, Ojocaliente, Luis Moya, Calera de Víctor Rosales, Noria de Ángeles, Loreto, Villa Hidalgo y Ojocaliente.

Provenientes de Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Sinaloa y Jalisco, son en su mayoría de etnia huicholes y Tepehuana, quienes desde los ocho hasta los 41 años se dedican a la pizca de chile, tomatillo, ajo, lechuga, zanahoria, cebolla y uva.

Fueron los propios peones quienes evidenciaron ser víctimas de abusos, sin que haya intervención de autoridades que constanten las condiciones de trabajo y los doten de servicios de salud, educación y alimentación.

Relataron que la labor inicia desde las siete de la mañana hasta pasadas las 17 horas, por lo que se ven obligados a hacer aproximadamente de 22 a 60 botes (19 litros) que les son pagados desde tres hasta cuatro pesos, incluyendo el arrastre.

La “tarea” a cumplir es llenar un camión de 15 toneladas por el que se establece un salario y, con suerte, realizar entre los jornaleros de dos a tres tareas por día.

Desde bodegas hasta corrales son adaptados por sus patrones como cuartos donde permanecen hasta 10 familias desde abril hasta septiembre, algunos de ellos con servicios básicos como luz y agua.

Señalaron a los llamados enganchadores como quienes actúan de manera desfavorable, “desinformándolos” sobre las condiciones de vivienda y el trabajo a desempeñar

Los niños, aunque aseguran, son del total desinterés para sus jefes, para ellos como familia representan un ingreso más, por lo que no es opción mandarlos a la escuela.