Sin pruebas a cadáveres ni freno al COVID (Baja California)

Zeta Tijuana / Isabel Mercado.


Esperando a ser atendidas a las afueras de los hospitales de la ciudad. Foto: Alejandro Gutiérrez Mora/ZETA

Incumpliendo lineamientos federales, la Secretaría de Salud de Baja California no toma muestra para examen PCR a personas fallecidas en domicilio con sintomatología respiratoria para determinar si la causa de deceso se debió al coronavirus. Lejos de ello, el titular de la dependencia, Alonso Pérez Rico, indicó que será a finales de año cuando se lleven a cabo autopsias verbales para corroborar o descartar lo asentado en las actas de defunción que registran un incremento exponencial en número de muertos por padecimientos respiratorios. El funcionario dice estar ocupado cortando cadenas de trasmisión del virus, pero no revisa a las familias de los pacientes hospitalizados; menos aún les practica una prueba para descartar o confirmar si fueron contagiados

El tratamiento que se da en Baja California a los cuerpos de pacientes fallecidos con sintomatología asociada a coronavirus, incumple los lineamientos en el manejo general y masivo de cadáveres de personas que mueren fuera de hospital por causas respiratorias publicados el 21 de abril por el Gobierno de México, a través de la Secretaría de Salud

De acuerdo al documento, se estableció que de los decesos en casa u otros sitios -fuera de hospital- “en caso que se sospeche que la muerte ocurrió por enfermedad respiratoria, el equipo de respuesta que se presente en el domicilio deberá de seguir las precauciones de contacto y gotas, así como obtener las muestras procedentes y notificar a la autoridad sanitaria para su envío al Laboratorio Estatal de Salud Pública”.

Pero en Baja California no se toman muestras de los pacientes perecidos en casa, solo de aquellos que fenecieron en hospital.

En los certificados y actas de defunción, la mayoría de las muertes registradas durante el periodo de pandemia se asocian a coronavirus SARS-CoV-2, subregistro que la Secretaria de Salud no reconoce por no haberse practicado una prueba PCR que confirme la presencia del patógeno. Tan solo en Tijuana, del 1 de abril -fecha en que se registró el primer caso de muerte por coronavirus en esta ciudad- al 25 mayo, fueron inscritas 2 mil 983 defunciones, de las cuales mil 586 registraron como principal causa de muerte COVID-19, coronavirus, sospecha de coronavirus, neumonía, neumonía atípica, insuficiencia viral respiratoria aguda.

En cambio, la estadística de la Secretaría de Salud encabezada por Alonso Pérez Rico reconoció durante ese mismo periodo 469 decesos por COVID en Tijuana.

“Los números van a estar diferentes hasta que se cierre el año”, asentó al subrayar que “el Registro Civil lo único que puede es llevar la numeralia de pacientes que han fallecido de neumonías atípicas y por COVID, y tiene la obligación de reportarnos todas esas muertes que vengan en ese sentido para que la Secretaría de Salud ratifique o rectifique en el Anexo 8 -agregado que será incluido en las actas de defunción-. Les pido que en el contexto de COVID sean responsables con lo que dicen, porque la verdad de las cosas, asustan”, demandó a los funcionarios del Registro Civil, personal de Cruz Roja y académicos de la Universidad de California que han dado cuenta del subregistro de fallecimientos durante la pandemia.

Un día después de que ZETA diera a conocer esas cifras, el martes 26 de mayo el gobernador Jaime Bonilla Valdez ordenó a las oficinas de Registro Civil no facilitar información al respecto.

La orden la dio a través de la Secretaría de Gobierno, a cargo de Amador Rodríguez Lozano, quien el sábado 6 de junio señaló en trasmisión en vivo que el gobierno de BC da a conocer el reporte oficial de salud, “tenemos por desgracia, como siempre hay en estos casos, una oficial de Registro Civil, la 01 de Tijuana, que le gusta mucho declarar y que tiende a decir información, incluso hacer algunos comentarios subjetivos…”.


Foto: Alejandro Gutiérrez Mora/ZETA

AUTOPSIAS VERBALES POR EXAMEN PCR

De no haberse realizado una prueba PCR para determinar la presencia del virus que causa el padecimiento SARS-CoV-2, como es el caso de los pacientes que fallecieron en domicilios, la rectificación o confirmación del motivo del deceso asentado acta de defunción que tengan como referencia cualquier causa respiratoria, se efectuará mediante autopsias verbales que prevén realizar hasta finales de 2020.

De acuerdo a la declaración del secretario de Salud de la entidad, la autopsia verbal se obtiene mediante entrevista a “las familias o el amigo… la persona que vio al paciente por última vez”, y será aplicada en casos en que no exista una prueba PCR que confirme el contagio de coronavirus.

Aunque ese tipo de consultas fueron realizadas por el médico que atendió al paciente en domicilio, o por los médicos legistas de las funerarias cuyo resultado derivó la causa de muerte asentado primero en certificado médico y posteriormente en acta de defunción, el doctor Pérez Rico consideró necesario realizar una nueva evaluación para modificar o ratificar la causa de muerte determinada en el documento.

A decir del funcionario, las entrevistas las realizará un grupo colegiado integrado por los Comités Jurisdiccionales de Vigilancia Epidemiológica (Cojuve) y el Centro Estatal de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades (Cevece) de Baja California, el cual, pese a lo avanzado de la contingencia de salud y que el número de decesos derivados por causas respiratorias en BC se contabilizan por miles, quienes revalorarán las actas de defunción para obtener un número final que dimensione la letalidad de la pandemia no han sesionado.

A decir por el doctor Pérez, el argumento para no hacerlo es que “todos los temas en el contexto de una pandemia se tienen que priorizar, y en este momento es el corte de las cadenas de trasmisión, en este sentido estamos trabajando. Tenemos que dar la prioridad dar la atención hospitalaria y hacer acciones encaminadas de que nuestra población disminuya la movilidad”, insistió.

Sin embargo, la dependencia a su cargo ni lleva un control puntual del manejo de cadáveres, ni conoce el número de muertos fuera de hospital por enfermedades respiratorias asociadas a coronavirus, como tampoco da seguimiento puntual a familiares de los pacientes hospitalizados para frenar la propagación del virus.

Peor aún, en las clínicas de fiebre recetan tratamiento para tos y resfriado a pacientes con síntomas de COVID-19 y no canalizan a hospitales ni aplican la prueba PCR en personas que llegan con insuficiencia respiratoria.


Foto: Alejandro Gutiérrez Mora/ZETA

EN PANDEMIA, PACIENTES MUEREN POR MIEDO: PEREZ RICO

Esta semana, Alonso Pérez Rico admitió el incremento exponencial en el número de muertes registradas durante el periodo de pandemia, pero “no necesariamente es por COVID”, sino por otras patologías que las personas no se atienden “por miedo” de acudir a los hospitales durante la pandemia.

“El miedo inherente de las personas que padecen de otra patología compromete su vida; les limita por miedo, transporte u alguno otro factor el ir a las unidades hospitalarias, eso lo estamos viendo ahorita, nuestros metabólicos están descompensando, fallecen en su casa”, comentó.

Para disminuir los decesos por miedo, en BC se abrieron las clínicas de fiebre en la entidad, en su mayoría habilitadas en los Centros de Salud ya establecidos para consulta médica.

“Nos acercamos a la gente si tiene miedo de acudir a un hospital, les pedimos acudir a tu clínica de fiebre”, dijo el funcionario, y en forma adicional, “tenemos las llamadas del gobernador”, en referencia a una grabación de Jaime Bonilla que se transmite por llamada telefónica, en la que se invita al interlocutor a contestar una breve encuesta que en apariencia, busca detectar posibles casos de contagio por coronavirus.

“Hola, te llama Jaime Bonilla, gobernador de Baja California. Estamos pasando los días más difíciles de coronavirus, vamos a superarlo, pero no podemos bajar la guardia”, inicia la llamada más de promoción de imagen que de atención a la salud de la población.

Muestra de ello fue el ejercicio efectuado por ZETA, en el que, desde varios números telefónicos, se respondió el cuestionario, confirmando el registro de síntomas asociados al patógeno de SARS-CoV-2 sin que hasta el momento se haya devuelto la llamada a ninguno de los números registrados para un seguimiento de posible caso de COVID-19.


Acta de defunción Dr. Ricardo Ramos Hernández

PACIENTE FALLECE POR DESATENCIÓN EN CLÍNICA DE FIEBRE DE TIJUANA

Ramón Ricardo Ramos Hernández, doctor de profesión, registró dificultad para respirar -entre otros síntomas propios de coronavirus-, por lo que el martes 28 de abril acudió a la clínica de fiebre ubicada en la colonia Mariano Matamoros, asentamiento en el que laboraba por las tardes como médico de un consultorio de Farmacias Similares.

Fue acompañado de su esposa y sus dos hijos, ante la sospecha de que por lo menos dos integrantes de su familia podían estar contagiados del virus.

Un médico le tomó temperatura y nivel de oxigenación, pero a pesar de que su saturación de oxígeno resultó de 84, un nivel muy bajo, no le hicieron la prueba PCR de COVID, aun cuando refirió haber atendido a cinco pacientes sospechosos de coronavirus en días anteriores. Tampoco fue canalizado a un hospital para un tratamiento adecuado.

Lo despacharon a su casa con una receta con tratamiento para “bronquitis mal tratada”.

Ramos Hernández decidió realizarse ese día el examen en un laboratorio particular; sin embargo, sin que les fueran entregados los resultados, esa misma noche la familia optó por internarlo en el Hospital General Regional Número 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

A las 5:40 am del jueves 30 de abril, el doctor Ramón Ricardo falleció, asentándose en el certificado de defunción del Seguro Social y acta de defunción, coronavirus como causa de enfermedad.

El lunes 4 de mayo, al número celular del doctor Ramos llamó el médico que lo había atendido en la clínica de fiebre, para preguntar cómo seguía de la “bronquitis mal tratada”. La señora Iriley Solís compartió con este Semanario que en tono molesto le respondió: “Con la atención y tratamiento recibido mi esposo está muy bien, el sábado lo dejé en el panteón”.


Foto: Alejandro Gutiérrez Mora/ZETA

Entonces le preguntó si entonces ya era candidata para que le hicieran la prueba de COVID, a lo que el médico le indicó que sí, que acudiera junto con sus hijos.

Sin embargo, al llegar a la clínica de fiebre no le permiten pasar, al ser identificada como la esposa del médico que falleció, la intercepta una doctora que le advirtió: “No hay pruebas, señora, eso se le hace solamente al 10% de la población, es la orden que tenemos”.

Finalmente, Solís optó por atenderse en el Hospital Ángeles, donde le hicieron una tomografía que dio como resultado neumonía atípica, por lo que recibió tratamiento para coronavirus.

“Ha muerto mucha gente por una mala práctica médica, mal diagnosticados, mal tratados, no hay un seguimiento ni una responsabilidad”, lamentó la viuda del médico. Hizo un llamado a través de este medio para contactar con los familiares de otros doctores que atendiendo en consultorios de Fundación Best de Farmacias Similares, han enfermado o fallecido por coronavirus.

“Mi esposo laboró diez años con ellos, sin prestación médica ni nada, y ni siquiera una indemnización o ayuda recibimos cuando murió, tuvimos que pasar la charola en los colegios médicos para solventar los gastos”, anotó.

El presidente del Colegio Médico de Tijuana, Abraham Sánchez Frehem, señaló que por lo menos cuatro médicos generales que atendían en consultorios de farmacias de Tijuana fallecieron por COVID-19 y un número similar padece síntomas por la misma causa.

Cuestionado al respecto, el doctor Alonso Pérez Rico dijo no tener registro de algún deceso de personal médico de consultorio de farmacias por coronavirus, y acusó de falsa la aseveración del doctor Sánchez.

El caso del doctor Ramón Ricardo Ramos Hernández, documentado por ZETA, da la razón al presidente del Colegio Médico de Tijuana.


En Clínica de Fiebre dan receta de bronquitis, paciente fallece por coronavirus dos días después.

CORONAVIRUS DESINTEGRA FAMILIA

Amelia Ibarra falleció por COVID-19 el 30 de abril en el Hospital Regional Número 20 del IMSS, donde permaneció internada por un día.

Llegó tarde a requerir la atención hospitalaria porque la doctora que la atendió en el consultorio de la empresa SmithMedical, donde laboró por 13 años, le indicó que su malestar se trataba de “un resfriado común”.

No le dio incapacidad, por lo que Amelia continuó trabajando con los síntomas del virus que casi la hacían desfallecer, “hasta que el 29 de abril ya no aguantó, no podía respirar, por lo que la llevamos al hospital”, narró a ZETA su esposo Conrado Aguilar Robles.

En ningún momento las autoridades de Salud, IMSS o de la unidad médica donde fue atendida Amelia, hicieron prueba a la familia para determinar si eran portadores del virus.

Días después, Fabiola, hija de Amelia y Conrado, cayó en cama por insuficiencia respiratoria y fue trasladada a la misma clínica del IMSS donde habían atendido a su madre. Fabiola falleció el 7 de mayo.

Dos muertes en la misma familia tampoco fueron suficientes para que las autoridades de Salud atendieran al resto de sus integrantes para detener la cadena de transmisión del virus SARS-CoV-2.

A mediados de mayo, David Aguilar Ibarra, de 30 años, hijo de Amelia y Conrado, enfermó.

Devastado con la pérdida de sus dos seres queridos, Conrado se negó a internarlo en la clínica del IMSS o algún otro nosocomio público. “No lo quise llevar, era mi responsabilidad, pero me arriesgué, lo sacamos adelante… lo salvamos”, compartió el señor Aguilar.

Decidió atenderlo en la casa, con un médico particular que le dio seguimiento por teléfono. “Renté oxígeno, gasté más de 30 mil pesos, pero salvé la vida de mi hijo”, reiteró.

Al mismo tiempo que su hijo, Conrado salió positivo a COVID-19, aunque con síntomas menos severos que el resto de su familia. David pasó el estado crítico de la enfermedad y actualmente sigue en recuperación.


Foto: Alejandro Gutiérrez Mora/ZETA

FAMILIARES DE PACIENTES SIN SEGUIMIENTO

En un sondeo realizado por ZETA, se pudo corroborar que, contrario a lo afirmado por el secretario de Salud de Baja California, no hay seguimiento alguno a las familias de pacientes hospitalizados como una medida que frene la cadena de trasmisión de contagios por coronavirus.

Los familiares de personas hospitalizadas en los hospitales reconvertidos a COVID-19 en Tijuana, refirieron no haber tenido algún tipo de atención médica tras haber internado a sus enfermos.

Fernando López, taxista de la ruta Dorado-Blanco, falleció la tarde del domingo 7 de junio, después de un mes de estar internado en el Hospital General de Tijuana, sin que a la fecha se valorara el estado de salud de su familia, como lo refirió su esposa Carmen Lara.

Similar situación atraviesan los hijos de la señora María del Carmen Sánchez Bernal, internada hace dos semanas en el mismo nosocomio, al faltarle la respiración y disparársele los niveles de azúcar.

El jueves 4 de junio, con síntomas de neumonía, Porfiria Quintero, de 77 años, fue transferida de la clínica del ISSSTE al Hospital General de Tijuana. A ningún familiar le han practicado prueba de COVID ni han sido consultados si presentan alguna sintomatología.

El joven Víctor, de 26 años, fue internado el martes 2 de junio por falta de respiración, tos seca, calentura y debilidad; aunque le hicieron un examen PCR, no tenían el resultado porque no había médico que lo validara, “nos dijeron que como faltaba personal, no había quien lo firmara”, expuso Ernesto Flores, tío del paciente, quien anotó que los integrantes de su familia optaron por pagar mil 600 pesos cada uno para practicarse la prueba en un laboratorio particular.

AUTOAISLAMIENTO, ÚNICO TRATAMIENTO A FAMILIAS DE CONTAGIADOS

Cuestionado sobre la falta de seguimiento a las familias y el amplio número de familiares de pacientes hospitalizados que han enfermado por falta de seguimiento, el secretario Alonso Pérez Rico reconoció: “Sí, la verdad de las cosas, COVID es una enfermedad difícil de entender”.

Y ejemplificó:

“Un paciente puede estar bien ahorita y en un par de horas estar desaturando menor de 60, tampoco quiero decirte que vamos a hospitalizar a todos, porque es contraproducente. Por ejemplo, si no tienes una carga viral alta, ibas a desarrollar la enfermedad leve, te hospitalizo y convives con 20, 30 pacientes que tienen COVID o neumonía, entonces es un balance que tenemos que ver y tratar de evitar el patrón, qué tan seguro es que te vayas a tu casa o sabes que ni modo, pásale, eso es el tema”.

El funcionario estatal considera prácticamente inevitable el contagio en los núcleos familiares, a razón que “el infectado convive con sus hijos, hay comunidades donde está muy pegada la gente, interactúan muchas personas, al presentar los síntomas estoy al lado de mi esposa y mis hijos y enfermo a todos”.

Respecto al número de pruebas, insistió que al aplicarse el método Centinela a nivel nacional, solo el 10% de los pacientes ambulatorios son muestreados, por lo que la recomendación para los familiares es el autoaislamiento.

Aumentan 41% muertes de COVID-19

Mexicali, uno de los municipios más golpeados por la pandemia originada por la propagación del coronavirus, registró un incremento de decesos del 41% en solo seis días, luego que el jueves 4 de junio, reportara una cifra de 320 muertes, en comparación con lo registrado el miércoles 10 de junio, cuando se contabilizaron 539.

Además, la cifra de contagios durante el mismo periodo reportó un incremento del 19%, ya que pasó de 2 mil 742 a 3 mil 353 casos, lo cual confirma que la pandemia continúa en un incremento acelerado.

Con este escenario, se reafirma que la Capital del Estado mantiene uno de los primeros lugares a nivel nacional en materia de incidencia, lo que desdibuja las posibilidades de una pronta nueva normalidad.

Dentro de las principales incidencias que se han reportado en la semana que concluye, enfermeras del Hospital General de Mexicali denunciaron las condiciones adversas en que trabajan y un poco de los protocolos con los que están laborando, al grado que -según Carmen Vargas, enfermera del nosocomio- ya están aplicando una especie de “selección natural”, pues, sin decirlo, están dando prioridad de atención a jóvenes y enviando al área de Tanatología, en el último piso, a personas de la tercera edad o con alguna comorbilidad, donde reciben cuidados paliativos.

Al respecto, el secretario de Salud, Alonso Pérez Rico, confirmó que las personas mayores son enviadas a esa área, pero rechazó que no se les brinde atención, y para refutar las acusaciones, dijo que hay personas intubadas en esta área.

La enfermera, que formaba parte de un grupo que se manifestó a las afueras del nosocomio, también reclamó que no se les brinda suficiente equipo y están trabajando turnos de doce horas en las áreas COVID-19, lo que resulta sumamente complicado por el equipo que cargan y no pueden quitarse durante el turno. Además, denunció que no cuentan con suficiente equipo.

Pérez Rico confirmó estos señalamientos, pero aclaró, se está trabajando para reestructurar las jornadas laborales y ordenó liberar 3 mil cubre bocas con los que cuenta la dependencia.

Esta semana iniciaron los trabajos formales para la construcción del Hospital Móvil del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el fraccionamiento Las Lomas, al Sur de Mexicali, cuya capacidad será de 38 camas y estará listo para iniciar labores a mediados de julio.

Sin embargo, personal del IMSS ha encontrado resistencia por parte de vecinos de comunidades aledañas, quienes consideran, una clínica de esta naturaleza será un foco de infección para la zona. Algunos colonos entrevistados incluso denunciaron que -según han escuchado- el inmueble es un crematorio para cadáveres de COVID-19, por lo que han emprendido acciones como juntar firmas para buscar que reubiquen la construcción de 720 metros cuadrados, y que será convertido en un centro de terapia respiratoria.

Además de ello, la situación de los policías continúa agravándose, puesto que solo en esta semana -los días lunes 8 y miércoles 10 de junio- fallecieron dos custodios del Centro de Reinserción Social de Mexicali (de nombres Francisco Delgado y Manuel Arce Huerta). Fuentes de la misma institución refieren que por lo menos ocho agentes han fenecido durante el periodo de pandemia solo en ese penal.

Por su parte, policías municipales ya registran 441 agentes que forman parte del plan de contingencia, 238 sospechosos en espera de prueba, 189 casos confirmados de COVID-19 y, curiosamente, solo 77 elementos han resultado negativos a la enfermedad. Eduardo Villa Lugo

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