Soldados y policías se habrían coordinado para matanza en Tamaulipas

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Redacción / Zócalo

Nuevo Laredo, Tamps.- Ante la matanza del jueves 5 de septiembre en Nuevo Laredo, Tamaulipas, en la que murieron ocho personas, el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo documentó que militares y policías estatales realizaron un operativo criminal que intentaron disfrazar de enfrentamiento con narcos.

Mediante el testimonio de vecinos y familiares de las víctimas, la organización civil reconstruyó la detención arbitraria de personas, la tortura a que las sometieron para vestirlas con ropas de camuflaje y su posterior asesinato a la luz del día. Ahora mucha gente está en peligro por denunciar o corroborar los hechos.

La muerte de las ocho personas y el montaje de un supuesto enfrentamiento entre policías y narcos a plena luz del día, se atribuye a efectivos del Centro de Análisis, Información y Estudios de Tamaulipas (Caiet), el cuerpo élite de la policía estatal, con la participación de miembros de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Las muertes, que el Gobierno tamaulipeco presentó como el resultado de un enfrentamiento entre policías estatales e integrantes del Cártel del Noreste (CDN), fueron denunciadas como ejecuciones extrajudiciales por el presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, Raymundo Ramos Vázquez.

El miércoles 11 de septiembre, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitió medidas cautelares para al menos 30 personas, pero el temor persiste, por lo que se pidió a los medios de comunicación mantener en reserva los nombres completos de las víctimas, sus familiares y testigos.

¿QUIÉNES ERAN?

Severiano Treviño Hernández, era el dueño de la casa donde ocurrió el supuesto enfrentamiento, ahí también vivía su hija Kassandra con su bebé de 2 años.

Ella asegura que su padre trabajaba en una empresa refresquera y que esa madrugada los uniformados ingresaron a su domicilio y se lo llevaron.

Luego, relata su hija, los agentes vistieron de militar a su padre.

Severiano apareció asesinado con el uniforme apócrifo. A ella, dice, le perdonaron la vida porque llevaba a su hijo en brazos. Sin embargo, Severiano era apodado como “Nano” Treviño y se presume que su hermana, señalada como Cecilia, funge como “halcón” del CDN.

Luis Fernando Hernández, de apenas 19 años, es otro de los que presuntamente fueron “levantados” de su domicilio en la colonia Buenavista.

Apodado como “El Wicho Bachas”, presumía en redes sociales armas de fuego y uniformes apócrifos con la leyenda del cártel en mención. En sus “acontecimientos importantes”, Luis Fernando, presume haber “iniciado estudios” en el cártel del Noreste en septiembre del 2016.

Juana Yetzel, de apenas 20 años, era sexoservidora, tenía dos hijas y acababa de llegar a Nuevo Laredo proveniente de Frontera, Coahuila.
Finalmente, Jennifer, de 21, de quien se sabe era estudiante del Estado de México y recién había llegado a Nuevo Laredo con su novio.

Por el momento, fueron suspendidos los elementos de la Policía Estatal que habrían participado en dicha ejecución extrajudicial.

Con información de Proceso

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