Cherán resiste: ataque armado rompe 14 años de paz en la comunidad purépecha (Michoacán)
Texto y fotos: Heriberto Paredes / Fabrica de periodismo
Rondas comunitarias de Cherán, Michoacán, repelen ataque armado del CJNG: hay un muerto y un herido; responsabilizan al Estado por omisión.
La comunidad de Cherán K’eri, localizada en el corazón de la Meseta P’urhépecha, Michoacán, sufrió un ataque la mañana de este 2 de julio, al parecer por integrantes del CJNG –Cártel Jalisco Nueva Generación– “que intentaron ingresar por los parajes de Rancho del Pino y Cerrito del Aire”.
Así lo informó la propia comunidad a través de un comunicado emitido después de los acontecimientos: “En respuesta, nuestra Ronda Comunitaria (organismo de seguridad autónomo establecido por nuestro sistema de autogobierno) resistió la agresión y activó las barricadas para proteger a la población. Hasta el momento, se reporta un asesinado y un herido, integrantes de la Ronda, hecho que nos llena de indignación, tristeza y rabia”.
Desde 2011 no sucedía algo así. Ese año Cherán logró expulsar de su territorio a la Familia Michoacana, organización criminal que durante tres años taló ilegal e intensivamente los bosques de la comunidad. Junto a los talamontes, la comunidad expulsó también a los partidos políticos, al gobierno municipal en turno y a su policía por guardar vínculos con la organización criminal.

A partir de entonces, Cherán logró establecer una forma de gobierno autónoma, basada en sus usos y costumbres. Su modelo de gobierno ha sido reconocido legalmente y se ha multiplicado en otros municipios indígenas de Michoacán y, desde entonces, la población de Cherán ha luchado por mantener su territorio libre de violencia, partidos políticos y organizaciones criminales. No ha sido un camino fácil y liso, sin embargo es hasta el ataque de esta mañana que se vuelve a presentar una situación de alerta máxima.
En un primer boletín emitido, las autoridades comunales informaron a la población que “debido a los recientes acontecimientos que han alterado la paz y la seguridad dentro de nuestro territorio, se ha tomado la determinación de suspender de manera inmediata y hasta nuevo aviso todas las actividades de clausura escolar, eventos sociales, culturales, deportivos y cualquier otro tipo de concentración pública”.
Además, solicitaron a la comunidad resguardarse en sus casas, mantener la calma y no difundir rumores o noticias sin verificar.
Ofensiva criminal en Michoacán
Este ataque no es una situación aislada en la región ni en el estado. En las últimas semanas, se han intensificado las agresiones en diversas comunidades, varias de ellas ubicadas en la Meseta P’urhépecha, donde pueblos como Nahuatzen, Arantepacua, Capacuaro y Santa Fe de la Laguna también han sufrido amenazas, incursiones armadas y despojos territoriales.
La tendencia ha ido en aumento desde los últimos cuatro años: los episodios en que comunidades indígenas han sido atacadas por grupos criminales, lo cual ha interrumpido la vida comunitaria que en sitios que durante años fueron violentados y cuya paz ha costado restablecer y reconstruir.
Una muestra de esta escalada de violencia se encuentra en los más recientes ataques con drones y el uso de armas de grueso calibre contra la comunidad nahua de Santa María Ostula, en la Sierra-Costa, la cual ha resistido distintos ataques del CJNG, organización que ha intentado en numerosas ocasiones ingresar a su territorio para tomar el control del puerto.

También se han registrado ataques con minas explosivas en la región de Tierra Caliente, en comunidades del municipio de Apatzingán y de las que el Observatorio de Seguridad Humana ha llevado un registro puntual al mismo tiempo que denuncia la falta de actuación de las autoridades estatales para prevenir estos escenarios violentos.
En el caso de la Meseta P’urhépecha, han sido las propias comunidades quienes han documentado y denunciado la presencia del CJNG en los alrededores y es por eso que el ataque a Cherán se atribuye a este grupo delictivo. El objetivo parece ser ingresar a los territorios que mantienen un autogobierno para imponer un control criminal por encima de los esfuerzos que tratan de consolidar gobiernos comunales y proyectos de vida para las personas que habitan en estas comunidades, con una marcada defensa de los recursos naturales.
Todo esto ocurre, además, en un momento en que el gobierno estatal ha aumentado la presencia de elementos de la Guardia Civil, de la Guardia Nacional, del Ejército y de la Marina lo cual no se ha traducido en la reducción de la capacidad de actuación y fuego de las organizaciones criminales, como Cárteles Unidos y CJNG, entre otros.
El gobierno michoacano, además, ha intentado sumarse a los modelos de autogobierno con acciones contradictorias que han derivado en la división y enfrentamiento de las comunidades indígenas, como la creación de cuerpos de seguridad supuestamente comunitarios que no siempre están respaldados por las asambleas comunitarias.
Cherán señala claramente su descontento con la actuación de los distintos niveles de gobierno a través de su comunicado:
“Responsabilizamos al Estado mexicano, y en particular a los gobiernos federal y estatal, por su omisión, complicidad y silencio ante esta nueva agresión. ¿Dónde están los mecanismos de protección para los pueblos indígenas? ¿Dónde está el compromiso real con la paz? Mientras desde el gobierno federal se exalta un Plan de Justicia para los pueblos indígenas que no se construyó con nosotros ni responde a nuestras realidades, en nuestros territorios se impone la violencia. Mientras se anuncian reformas constitucionales en materia de justicia y seguridad, los pueblos seguimos desprotegidos, expuestos a la muerte, al despojo y a la impunidad. ¿De qué justicia hablamos si nuestras formas propias de organización y defensa no son garantizadas ni respetadas?”.
Pueblos indígenas en la primera línea de resistencia para defender el territorio
Además de la comunidad p’urhépecha de Cherán, o como la comunidad de Ostula, a fines de junio de 2025, al menos otras 10 comunidades pertenecientes a los pueblos warijó y pima denunciaron ataques con drones en la Sierra Tarahumara, por parte del grupo Los Salazar, perteneciente al Cártel de Sinaloa, según documentó el medio chihuahuense Raíchali.
Ataques con drones, minas explosivas, incursiones armadas, y amenazas: estos ingredientes conforman una ofensiva contra los pueblos indígenas que han intentado organizarse para defender de manera autónoma sus territorios y sus formas de organización política. A estos debe añadirse la impunidad en cada uno de los casos, además de la complicidad de distintos nieles de gobierno.

“Nos pronunciamos para denunciar estos hechos de violencia que buscan sembrar el miedo, fragmentar a la comunidad y desarticular los procesos de defensa territorial que con tanto esfuerzo hemos sostenido. No es casual que seamos atacados cuando defendemos el bosque, el agua y la vida. Los intereses extractivos, criminales y políticos convergen para agredir a los pueblos que no se someten”, señala enérgica la comunidad de Cherán tras el ataque armado.