Atiza enojo popular la termoeléctrica de Huexca (Morelos)

Jaime Luis Brito / Proceso

CUAUTLA, Mor. (proceso).- La termoeléctrica de Huexca ya está lista; lo mismo que el gasoducto que lleva gas natural a través de Tlaxcala, Puebla y el oriente de Morelos. No sucede lo mismo con el acueducto que traerá 2 mil 500 litros de agua por segundo para enfriar las turbinas de la termo, pues le faltan 150 metros de tubería para llegar a la planta tratadora de aguas residuales de Cuautla.
Esta obra no puede concluirse porque los lugareños levantaron dos campamentos e impiden que se termine la conexión. Se resisten al acueducto porque, dicen, pone en riesgo la sobrevivencia de 6 mil ejidatarios de los municipios Cuautla, Ayala, Tlaltizapán y Tlaquiltenango, quienes dependen del río Cuautla para subsistir.
En la zona se cultivan hortalizas, caña y otros productos que son transportados a los ingenios azucareros y a la Central de Abasto de la Ciudad de México. Los inconformes sentencian: “Somos campesinos y queremos seguir siendo campesinos”.
Los líderes de estas comunidades expresan su descontento con el gobierno federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador —”el del cambio verdadero”—, quien les ofreció una tarifa más baja a cambio de que permitieran el paso de la termoeléctrica por su territorio. Lo consideran un chantaje y lo comparan con el episodio protagonizado el siglo pasado por Francisco I. Madero, quien, según comentan, “quiso comprar” a Emiliano Zapata regalándole una hacienda.
El domingo 10 en el balneario El Almeal, frente a un nutrido grupo de pobladores, López Obrador se pronunció en favor de la termoeléctrica. Llamó a los opositores “radicales de izquierda”; los tildó de “conservadores”, y aseguró que eran pagados por empresas trasnacionales a cuyos directivos no les conviene la termoeléctrica.
Se le olvida promesa
Ese discurso contradice lo que él mismo pronunció en mayo de 2014 en un evento en Yecapixtla, cuando expresó: “sólo a un loco se le ocurriría construir una termoeléctrica en la tierra de Zapata. Es como si construyeran un basurero en Jerusalén”.
Hoy, López Obrador es un firme promotor de esa obra, lo que sorprende a los 6 mil campesinos de la región, muchos de los cuales lo acompañaron durante sus tres campañas electorales e incluso votaron por él.
Francisco García Campos, de la Asamblea Permanente de Pueblos de Morelos —un lopezobradorista desde 2006—, sostiene que ni él ni sus compañeros intentan abollar el proyecto; “nosotros estamos luchando en defensa del agua desde 2012”.
‘Peleamos por el agua’
Sentado en un tronco, al lado de su parcela, el activista rememora: “Cuando el presidente Madero gana la elección, como para calmarle los ánimos al general Emiliano Zapata le ofrece, entre otras cosas, una hacienda. La respuesta del general fue que él no venía a pelear por haciendas, sino porque se hiciera justicia a los campesinos”.
Y agrega: “Nosotros decimos que no peleamos para que nos bajen la tarifa de luz, por ejemplo; no peleamos para que se nos encasquillen los canales de agua —eso es una responsabilidad del Estado. Nosotros no estamos peleando beneficios ajenos a este recurso fundamental que es el agua. El Plan de Ayala del 28 de noviembre de 1911 señala incluso que la lucha es por los montes, las tierras y el agua”.
Para García Ramos, su postura es “irreductible”. “Sin agua —dice— no podemos hacer nada”. Con el crecimiento urbano y la planta de la Coca Cola en la colonia Manantiales de Cuautla —que “tiene sus propios pozos de agua”— ese recurso ha ido mermando. Hoy, con la termo, “la situación es ya de emergencia”.
Lamenta que el gobierno federal le apueste a los “temas de rentabilidad empresarial” y no a los de “beneficio colectivo”. Explica que los ejidatarios cuentan con una concesión de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) que les permite ser usuarios del río Cuautla.
Eso incluye no sólo el líquido del caudal, sino el que se le inyecta desde la Planta Tratadora de Aguas Residuales de Cuautla, a la altura de la comunidad de Apatlaco, y que se denomina “agua de retorno”. De esta planta es de donde la Comisión Federal de Electricidad se quiere llevar el agua para la termo. De ahí la resistencia de los campesinos.
Afectación
Los ejidatarios de la zona cultivan calabacita, verdolagas, caña de azúcar y arroz. Parte de sus cosechas la venden en la Central de Abastos de la Ciudad de México, dice el viejo campesino al corresponsal.
Y expone: “La declaración de López Obrador (donde los tilda de conservadores) lo ubica como desinformado. Yo le reconozco algunos logros. Yo lo apoyé desde la primera vez. Yo no estoy pagado por empresas extranjeras para afectar al Estado mexicano. Nosotros votamos por López Obrador. Gran parte de ese voto que logró en Morelos fue del campesino. Está equivocado”.
Continúa: “Había esperanza. Uno de los eslóganes (de López Obrador) era: ‘Por el cambio verdadero’. Eso no se nos olvida”.
Él y sus compañeros han buscado, sin éxito, una interlocución con el gobierno federal. “No tenemos opción, vamos a continuar. No queremos su chantaje; no queremos su tarifa más baja. Nosotros somos campesinos y queremos seguir siendo campesinos”.
Jaime Domínguez Pérez, del Frente en Defensa de la Tierra y el Agua Morelos, Puebla y Tlaxcala, sostiene: “Esta lucha va a seguir con o sin consulta. Más bien la consulta —que será organizada por la Secretaría de Gobernación— es una cuestión mediática para justificar la termoeléctrica”.
Añade: “Si aun con una sola mano podemos noquear al oponente, el árbitro va a decir que no es cierto, que tú perdiste. Esto nos parece grave. No esperábamos esto del presidente. Tú lo tienes claro, los argumentos de Andrés Manuel son los mismos que usó Graco en su momento.”
Asegura que los contratos para la construcción del gasoducto y la termoeléctrica a las empresas españolas Elecnor y Abengoa, respectivamente, son producto de “un proceso de corrupción”, pues la licitación fue inducida. En una de sus conferencias López Obrador admitió incluso “que efectivamente hubo corrupción en el origen”, insiste.
Domínguez Pérez dice que el movimiento de resistencia a la planta tuvo conflictos internos a la hora de las elecciones de 2018. “Algunos no confiábamos ni siquiera en López Obrador. Tuvimos conflictos. Al final terminamos apoyándolo y el domingo (10 de febrero) ahí estábamos todos, aunque enojados porque nos está haciendo lo mismo que los otros (gobiernos)”.

Tlaxcala:
Longitud 48.190 Km
Municipios: Tlaxco, Hueyotlipan, Ixtacuixtla de Mariano Matamoros, Santa Ana Nopalucan, San Damián Texoloc, Nativitas y Santa Apolonia Teacalco.
Puebla:
Longitud 88.128 Km.
Municipios: Huejotzingo, San Pedro, Cholula, San Jerónimo Tecuanipan, Santa Isabel Cholula, Ocoyucan, Atlixco,Atzitzihuacan, Huaquechula, Acteopan, Cohuecan.
Morelos:
Longitud 23.490 Km.
Municipios: Cuatla, HuexCa, Yecapixtla, Jantetelco,

700
Millones
de dólares es el monto de la inversión del Proyecto Integral Morelos.
22
mil
millones de pesos el costo de la termoeléctrica.
440
millones
de dólares sería el costo de la venta de la privatización de la planta a la empresa Española Abengoa.

http://www.eldiariodecoahuila.com.mx/nacional/2019/2/17/atiza-enojo-popular-termoelectrica-huexca-793233.html