Colectivos exigen foros ciudadanos y parlamento abierto sobre El Batán (Querétaro)
Fotografía: David Álvarez
Publicado el 24 de Junio del 2025.
David Álvarez / Proyecto Saltapatrás
El proyecto Sistema El Batán se presentó en enero de 2024 como una apuesta de largo plazo para el abasto de agua en Querétaro. Se habló de mezclar agua de lluvia y tratada en la presa, de potabilizarla y llevarla a los hogares. Pero durante meses, no hubo detalles. Ni foros, ni explicaciones públicas, ni documentos disponibles.
Cuando en mayo de 2025 se anunció la llamada “consulta ciudadana”, hubo quienes pensaron que finalmente se abriría el diálogo. Pero el proceso duró apenas seis días: una encuesta digital con preguntas cerradas, un sitio web con datos promocionales y un foro con acceso limitado. La cifra oficial fue de 15 mil 392 personas “consultadas”. Para muchos, la cifra no representa participación, sino registro.
Desde entonces, el desconcierto se convirtió en organización. El 9 de junio, la colectiva Vocer@s de la Madre Tierra pidió por escrito a la Legislatura convocar a un Parlamento Abierto. No hubo respuesta. Luego vinieron nuevos pasos: información directa a las y los diputados, una demanda de amparo por falta de consulta, una queja ante la Defensoría de Derechos Humanos por riesgos a la salud pública, y una campaña para recolectar firmas y activar la figura de audiencia pública conforme a la nueva Ley de Participación Ciudadana.
La presión creció en paralelo al avance del proyecto dentro del Congreso. La iniciativa de asociación público-privada fue enviada el 3 de junio, con 54 anexos que empezaron a circular entre personas técnicas, académicas y organizaciones sociales. El documento detalla condiciones, plazos y esquemas financieros. También despierta dudas: quién operará el sistema, qué calidad de agua garantiza, cómo se distribuirán los costos y si habrá mecanismos de supervisión externa.
Al día de hoy, no se ha concedido ni el Parlamento Abierto ni la Audiencia Pública. Lo único programado es el foro ciudadano del 10 de julio, convocado desde la sociedad civil. Será el primer espacio amplio para hablar sobre el proyecto, pero no tiene carácter vinculante. La apuesta es que sirva de punto de partida para abrir canales formales de deliberación.
La exigencia de fondo sigue siendo la misma: discutir con información técnica, analizar riesgos, comparar alternativas, preguntar sin ser etiquetados. El Acuerdo de Escazú, firmado por México, exige garantizar el acceso a la información y la participación pública en asuntos ambientales. Lo que piden los colectivos no es otra cosa que eso.
Mientras la iniciativa camina en el Congreso y se acumulan firmas en físico para formalizar la solicitud de audiencia, en la calle sigue abierta una pregunta: ¿cuándo y dónde se va a discutir, de verdad, el proyecto del Sistema El Batán?