Fosas de Santa Rosa: Exterminio impune (Colima)

Foto: Ilustrativa

Redacción / Diario Avanzada

En estos primeros días de febrero se cumplieron dos años del descubrimiento de las fosas clandestinas de Santa Rosa, en un predio ubicado en esa comunidad de Tecomán aledaña al municipio de Armería.

El impacto de ese hecho lo produjo el hallazgo de 73 cuerpos de personas que habían sido asesinadas y fueron sepultadas ahí de manera clandestina, con el propósito de desaparecerlas.

Pero a pesar de que ya pasaron dos años del descubrimiento de ese campo de exterminio, el crimen múltiple permanece prácticamente impune. Ninguna autoridad, de ningún nivel ha respondido por este hecho ignominioso, empezando por el gobernador, José Ignacio Peralta Sánchez; el fiscal general de Estado, Gabriel Verduzco Rodríguez, y las autoridades federales, cada una de ellas en el ámbito que les corresponde.

Con la indolencia que le ha caracterizado, el gobernador no ha mostrado interés en la situación de las víctimas de la violencia, a pesar de que fue su principal oferta de campaña; el fiscal se ha manejado entre el inmovilismo y la opacidad, pues ni siquiera es capaz de salir a dar la cara cuando han ocurrido situaciones graves en el estado, que desgraciadamente esto se da con mucha frecuencia; y las autoridades federales no muestran suficiente interés en Colima, pues sólo voltean a ver esta entidad cuando ocurren situaciones como la desaparición y asesinato de la diputada morenista Anel Bueno Sánchez o cuando fue asesinado el juez federal Uriel Villegas Ortiz junto con su esposa.

En el caso de las fosas clandestinas de Santa Rosa, habría que precisar que su hallazgo ni siquiera fue resultado de una investigación seria y profunda de la Fiscalía, en la que se hubiesen aplicado técnicas de inteligencia, sino que fue un hecho derivado de la casualidad, cuando dos individuos fueron detenidos en flagrancia cuando llevaban secuestrada a una mujer y su pequeña hija en la cajuela de un vehículo y esa fue la hebra que condujo a la localización del panteón clandestino.

Sin embargo, dos años después no se ha tenido noticia de la detención de alguna otra persona implicada en las muertes de las 73 personas, además de todos los delitos adyacentes. Es de pensarse que en torno a esa masacre debe encontrarse implicada una organización criminal formada por muchas personas.

Hasta ahora sólo se tiene conocimiento de la sentencia condenatoria a uno de los detenidos, a quien el juez sancionó a 33 años y cuatro meses de prisión, acusado del delito de secuestro de la mujer y su hija. Nada relacionado con los secuestros, desapariciones, asesinatos e inhumaciones ilegales de las 73 personas cuyos restos fueron localizados en Santa Rosa.

La impunidad sigue ahí, arraigada en el sistema político, sin que exista claridad si es resultado de la ineptitud y negligencia de las autoridades responsables de investigar, procurar y administrar la justicia, o por la complicidad y colusión con la delincuencia.

Cualquiera de las dos situaciones trae consigo un nivel de gravedad.

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