México: “Entre la violencia y la autodeterminación”

La comunidad indígena de Santa María Ostula, en Michoacán, ha pagado con sangre y muerte la defensa de su territorio que se disputan poderosos intereses. Los periodistas Marcela Turati y Heriberto Paredes hablaron con DW

La Guardia Comunal, creada en 2009 en Santa María Ostula, fue fracturada poco después por el cártel los Caballeros Templarios, pero la comunidad se reorganizó y derrotó al crimen organizado cinco años más tarde. Foto: Heriberto Paredes

Deustche Welle, 01 de julio de 2019.

El fotoperiodista mexicano Heriberto Paredes Coronel llegó a la comunidad nahua de Santa María Ostula hace diez años. A lo largo de ese tiempo ha documentado con su cámara la lucha sin tregua de los pobladores por su territorio y ha sido testigo de la confabulación de grandes proyectos extractivos con grupos criminales y políticos corruptos para doblegar a la comunidad. Las fotografías integran una exposición titulada “¿Por qué vivimos en el paraiso?”, que se exhibe en la sede de Reporteros sin Fronteras, en Berlín, con el respaldo de la fundación Rosa Luxemburgo.

La inauguración de la exposición tuvo lugar junto con una charla con Paredes Coronel y la periodista mexicana Marcela Turati. Ambos participaron previamente en un congreso realizado en Frankfurt titulado “Geografías de la violencia”. Turati, que ha abordado en su trabajo las consecuencias de la llamada guerra contra las drogas y el crimen organizado, comenzó en 2016 un proyecto periodístico titulado “A dónde van los desaparecidos”, que revela la maquinaria de impunidad que ha convertido al país latinoamericano en uno de los más violentos del mundo.

“La desaparición de personas en México es una emergencia de tal magnitud, que debiera ser un escándalo internacional. En 12 años tenemos a más de 40.000 personas desaparecidas y todos los días desaparece gente. Aunque el gobierno ha declarado que esa es su prioridad y que las víctimas son primero, vemos que eso no se ve reflejado a nivel presupuestal. Hay una Comisión Nacional de Búsqueda que tiene 43 empleados y sólo 13 de ellos van a ser asignados a buscar a personas desaparecidas”, afirma Turati.

La periodista mexicana Marcela Turati habló sobre su proyecto periodístico “A dónde van los desaparecidos”, que revela la maquinaria corrupta que hace de México uno de los países más violentos del mundo.Foto:DW

México es un gran cementerio

La periodista mexicana destaca que el mismo gobierno ha reconocido que México es un gran cementerio. “Hay por lo menos 26.000 cadáveres en las morgues sin identificar, más los que están en las fosas clandestinas que se buscan todos los días. Se necesita un mecanismo extraordinario forense que es lo que están pidiendo las organizaciones, que el gobierno ha aceptado”. Turati destaca que han llegado a México numerosos expertos forenses extranjeros. “Pero el nivel de desastre humanitario, de tantos cuerpos, en muchos casos de fragmentos de restos humanos, porque los cuerpos fueron calcinados o disueltos en ácido, hace que esto sea una tarea de la mayor prioridad para el gobierno, y aclararlo va a tardar mucho”.

La periodista, que ha acompañado a víctimas y familiares de desaparecidos durante los últimos años, se muestra escéptica. “No se investigan las desapariciones, no hay sanciones contra los que desaparecen personas y esto es una práctica común del crimen organizado, de funcionarios del Estado como policías, militares, policías federales y marinos, es como lo más económico para ellos”. Turati destaca que es necesaria una reingeniería real del Estado en la procuración de Justicia, pero hasta el momento no hay acciones gubernamentales en esa dirección. “En la nueva Fiscalía General de la República están los mismos funcionarios de siempre. No sabemos si ha sido sólo un cambio de nombre (antes se llamaba Procuraduría General de la República), porque no se ve que haya realmente un cambio de prácticas, de hábitos”.

El fotoperiodista Heriberto Paredes lleva diez años registrando con su cámara los acontecimientos en la comunidad de Santa María Ostula, en Michoacán. Foto: DW


El precio por vivir en el paraíso

En la comunidad de Santa María Ostula 34 personas han sido asesinadas, otras seis más fueron desaparecidas. La localidad se encuentra en uno de los territorios más ricos en recursos naturales, lo que explica que lleve más de cinco décadas en pie de lucha ante las ofensivas para robarles sus tierras ancestrales.

Heriberto Paredes llegó en 2009 a esa zona famosa por sus paradisíacas playas. “Cuando llegué me di cuenta de lo fuerte que era la organización de la comunidad, de cómo habían recuperado sus tierras, de cómo se mantenían organizados y unidos, todos en una misma línea”, dice Paredes Coronel, que quedó fascinado por la fuerza de esa comunidad indígena.

Apenas llegado a la comunidad, Paredes Coronel fue testigo de la brutal ofensiva del poderoso cártel de Los Caballeros Templarios, surgido en Michoacán. “Después de que habían recuperado sus tierras vino una etapa de violencia durísima contra ellos. Los Caballeros Templarios empezaron a secuestrar y a matar a gente específica que había coordinado la recuperación de tierras. Los más afortunados fueron balaceados, pero a muchos los quemaron, los atropellaron, fue una violencia y saña con un mensaje de odio para las familias de la comunidad”.

La comunidad fue víctima de un desplazamiento forzoso. “En 2014 volvió mucha gente, pero organizada y armada. Regresaron y recuperaron casas, tierras, todo”, afirma Paredes Coronel, que volvió a la comunidad ese año junto con los pobladores. Desde entonces la comunidad sigue en pie de lucha.

Don Apolinar Santos sostiene la fotografía de su hijo, Teódulo Santos, asesinado en 2012, uno de los mayores impulsores de la lucha por la recuperación de las tierras. La comunidad de Santa María Ostula es la que registra el mayor número de asesinatos a activistas medioambientales. Foto: Heriberto Paredes

Asesinatos a periodistas a niveles récord

Ambos periodistas coinciden en que la colusión de autoridades de las fuerzas de seguridad del Estado con la criminalidad organizada se traduce en impunidad y en que los crímenes no se investiguen. “Cambió el gobierno pero la violencia sigue, son las mismas dinámicas”, afirma Marcela Turati, al preguntársele por la violencia contra los periodistas en México. “La impunidad continúa, los asesinatos, las desapariciones y las amenazas contra periodistas siguen sin ser investigados, y es la mejor invitación para seguir haciéndolo porque nadie va a pagar por ello”. La periodista señala que otra cuestión preocupante es el mensaje que envía el presidente Andrés Manuel López Obrador mismo. “En sus conferencias diarias, cuando se le cuestiona sobre corrupción o investigaciones periodísticas, lo primero que hace es acusar a los periodistas de mentirosos y corruptos, todas las semanas hay ataques, que son transmitidos en televisión, y que todo mundo ve”.

Según la organización Reporteros sin Fronteras, México es el país sin guerra más letal para periodistas. “Según las últimas estadísticas, dependiendo de la organización que se consulte, hay entre 7 y 14 periodistas asesinados desde que comenzó su gestión Andrés Manuel López Obrador, el 1° de diciembre pasado. Esto, más el nivel de impunidad y con el presidente atacando en televisión a la prensa, es una combinación perfecta para seguir atacando a periodistas”, concluye Turati.

Defensa del territorio
¿Porqué vivimos en el paraíso?
El fotoperiodista mexicano Heriberto Paredes retrató a la comunidad nahua de Santa María Ostula, en Michoacán. Se encuentra en la zona costera del Pacífico mexicano, y es posiblemente una de las regiones más ricas en recursos naturales de la entidad. La comunidad lleva décadas en pie de lucha por la defensa de sus territorio, de unas 1.250 hectáreas. Foto: Heriberto Paredes.
Defensa del territorio
Violencia en México
México es considerado uno de los países más violentos del mundo y símbolo de ello es esta cacha de pistola, en donde se ve el emblema nacional, él águila y la serpiente. Los pobladores de Santa María Ostula han vivido años de violencia acosados por fuertes intereses que buscan despojarlos de sus tierras, entre ellos, proyectos extractivos, crimen organizado y políticos corruptos.
Defensa del territorio
Unidos somos más fuertes
En 2015, un gran movimiento de autodefensas, policías y guardias comunales logró en meses lo que nunca había podido la policía municipal en décadas: erradicar la violencia y dotar a la población de una certidumbre de seguridad. Para los pobladores la defensa del territorio supone preservar su identidad y su medio de subsistencia, que es la agricultura. Foto: Heriberto Paredes.
Defensa del territorio
Bloqueo de vías
Una de las estrategias de la comunidad para defender su territorio es el bloqueo de la carretera federal 200 que serpentea por la costa del Pacífico mexicano y cruza la comunidad. Se trata del paso de millones de camiones de carga entre el puerto de Manzanillo, Colima, y el más importante del país, el puerto de Lázaro Cárdenas, en Michoacán. Foto: Heriberto Paredes
Defensa del territorio
Las mujeres de Ostula
A principios de 2015 hubo un proceso de reparto agrario, un largo anhelo de la comunidad tras la lucha por la recuperación de la tierra. Las mujeres lideraron el proceso que culminó con la asignación de tierras a 52 familias. Cada una recibió 2 hectáreas. Las primeras 25 representantes fueron mujeres que prometieron cultivar la tierra y no enajenarla, rentarla o venderla. Foto: Heriberto Paredes
Defensa del territorio
Socorro, siempre con una sonrisa
Socorro es ejemplo de las mujeres que han permanecido firmes en la lucha. Ha asumido importantes cargos en la organización de la comunidad. “El día que le tomé esta fotografía me dijo: ‘Compañero, cómo ve, a ver si nos ayuda a traer materiales para empezar a discutir la autonomía en la comunidad, para que no se pierda la idea'”, recuerda el fotógrafo Heriberto Paredes
Defensa del territorio
Socorro, siempre con una sonrisa
Socorro es ejemplo de las mujeres que han permanecido firmes en la lucha. Ha asumido importantes cargos en la organización de la comunidad. “El día que le tomé esta fotografía me dijo: ‘Compañero, cómo ve, a ver si nos ayuda a traer materiales para empezar a discutir la autonomía en la comunidad, para que no se pierda la idea'”, recuerda el fotógrafo Heriberto Paredes. Foto: Heriberto Paredes
Defensa del territorio
Fiesta de quince años
Sara es hija de Teódulo, el maestro que enarboló la lucha por la recuperación del territorio y fue asesinado por los Caballeros Templarios. En esta imagen, cuando cumplió quince años, sus amigas le ayudaron en la celebración de la fiesta. Ahora Sara ya tiene 18 y quiere estudiar, pero no quiere irse de su comunidad. Foto: Heriberto Paredes.
Defensa del territorio
Cosmovisión
La asignación de cargos religiosos al interior de la comunidad es una tradición que se guarda con celo. Las celebraciones religiosas son una mezcla de tradiciones de más de 500 años de antigüedad y conforman cantos y bailes en los que participan distintas comunidades de la región. Foto: Heriberto Paredes
Defensa del territorio
El xayacate, el guerrero
El xayacate es el guerrero que lucha por que la comunidad se mantenga unida y fuerte para enfrentar cualquier desafío. La comunidad que habita el amplio territorio de Ostula ha ido construyendo una cosmogonía que difiere de la visión entre bien y mal de Occidente. Los xayacates, o indios rebeldes no aceptan la dicotomía entre lo bueno y lo malo y luchan contra esa simplista visión.

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