“Te seguimos esperando”: claman familias por sus desaparecidos (Colima)
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Heidi de León Gutiérrez / Diario Avanzada
Colima, México, Avanzada (04/08/2025).- En Colima, el dolor no tiene fecha de caducidad. La desaparición de una persona no es solo una cifra en una estadística, sino una herida abierta que sangra todos los días en los hogares que esperan, que buscan, que resisten.
Desde abril pasado, la Red de Personas Desaparecidas en el Estado de Colima emprendió una campaña para visibilizar ese drama que carcome lentamente a cientos de familias. Bajo el lema “Detrás de cada caso de desaparición hay una historia de vida, una familia que resiste la ausencia”, grabaron y difundieron mensajes de voz con los que madres, padres, hijas, hermanas, hermanos y abuelos intentan tender un puente hacia quienes les faltan.
Uno de esos mensajes está dedicado a Carlos David Langarica Montes, desaparecido el 28 de mayo de 2024. En el audio se escuchan voces que repiten: “Te seguimos esperando, hijo. No descansaremos hasta encontrarte. Tenemos fe en Dios en que vuelvas a estar en nuestros brazos”.
Otro mensaje lo grabó la familia de Jasson Adrián Fonseca Núñez, quien desapareció el 2 de mayo de 2021 entre Armería y Manzanillo. Su padre le dice con voz firme: “Te sigo buscando y anhelo tu regreso a casa”. Le sigue la voz de su madre, asegurándole que lo esperan cada día. Y su hermana, con voz suave, le ruega que regrese para conocer a su hija, su sobrina, que nació en su ausencia.
El drama también se escucha en las palabras de las hijas de María del Carmen López, privada de la libertad el 9 de febrero de 2023 en Villa de Álvarez. “No hay un solo día que no pensemos en ti. Tu ausencia sigue doliendo como el primer día”, dicen, recordando a la mujer que fue madre, amiga y refugio.
Raúl Manuel Morelos Núñez desapareció el 19 de junio de 2023 en Armería. Su hermana graba un mensaje desgarrador: “Mi mamá no es la misma sin ti. Sus ojitos ya no son lo mismo, se están apachurrando. Espero que este audio lo llegues a escuchar”.
La familia de José de Jesús Arias Rolón, desaparecido el 20 de febrero de 2017, le habla con ternura. En el audio se escuchan voces infantiles: “Hola, papi. Te estamos esperando. No ha pasado un solo día en que no pensemos en ti. Seguimos con la esperanza intacta. Queremos conocerte”, dice uno de sus hijos.
Nueve años han pasado desde que César Enrique García Hernández desapareció el 20 de enero de 2016. Su hermano lo recuerda con nostalgia: “Estos nueve años sin ti han dejado un vacío que nada puede llenar. Tienes una sobrina de cinco años que cada día te espera con los brazos abiertos para que juegues con ella”. Y agrega: “Mi mamá está bien, aunque su corazón está triste porque tú no estás”.
La hermana de Jazmín Monserrat Delgado León, vista por última vez el 14 de junio de 2018 en Tecomán, le manda un mensaje lleno de fe: “Sé que donde estés, Dios Padre te está protegiendo. Te seguimos esperando”. Sus hijos, Liam y Joshua, con voces pequeñas pero firmes, cierran el audio: “Mami Monse, te extrañamos. Te queremos”.
En Colima, la desaparición de personas es un delito de alto impacto que no sólo refleja el estado de la seguridad pública, sino que arranca pedazos del alma a cada familia afectada. Madres, padres, hijos, hermanos, abuelos: ninguno vuelve a ser el mismo. En la entidad hay más de mil 300 personas desaparecidas, hay más de mil 300 historias interrumpidas, más de mil 300 futuros arrebatados, más de mil 300 familias incompletas.