Exigen colectivas feministas la aparación con vida de la defensora Irma Galindo Barrios (Oaxaca)

Avispa Midia / Samantha Demby.

Integrantes de Mujeres que Luchan Oaxaca, la Colectiva Jurídica por la Dignidad Disidente, la Comedora Comunitaria y otras agrupaciones y personas aliadas marcharon la mañana de miércoles, 17 de noviembre, desde el Zócalo de la Ciudad de Oaxaca hasta las instalaciones de la Fiscalía General del Estado, para exigir la aparición con vida de Irma Galindo Barrios, defensora comunitaria Ñuu Savi, cuyo paradero no se sabe desde el pasado 27 de octubre.

Guadalupe Santaella, una integrante de Mujeres que Luchan Oaxaca, pronunció: “Por sus familiares sabemos que nuestra compa no aparece. Estamos esperando y estamos exigiendo su pronta aparición. Estamos exigiendo que el gobierno agilice su búsqueda. Sabemos que en lo que va de este sexenio han desaparecido muchas defensoras de la tierra. Irma Galindo Barrios es una defensora de la Madre Tierra”.

Una miembra de la Colectiva Jurídica por la Dignidad Disidente, cuyo nombre se reserva por motivos de seguridad, precisó: “Como defensoras, como feministas comuntarias, nos pronunciamos en exigencia al gobierno del Estado de Oaxaca, a Alejandro Murat Hinojosa, en la exigencia de la aparición con vida de nuestra compañera defensora de la Madre Tierra, Irma Galindo Barrios, desaparecida en la Mixteca por defender su territorio, por defenderse en contra de los talamontes de la región de la Mixteca…Irma Galindo te estamos buscando y te vamos a encontrar, hermana”.

De acuerdo con la Red de Defensoras de Derechos Humanos en México (RNDDHM), Irma Galindo fue vista por última vez el 27 de octubre en la Ciudad de México, a donde se había desplazado para asistir a la Junta de Gobierno del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. Nunca llegó a esta reunión.

En un comunicado publicado el 6 de noviembre, la RNDDHM precisa: “El 27 de octubre fue también el último día en que se conectó a redes sociales, donde denunció el conflicto que vive su pueblo Ñuu Savi y señaló que el gobierno del Estado de Oaxaca lleva más de dos años ‘aplicando estrategias’ entre las que se encuentran el desplazamiento forzado, ‘que vulneran a las y los habitantes defensores de Mier, Terán y Ndoyonuyuji’.”

La organización agrega que desde 2018, “Irma ha enfrentado intimidación por parte de personas servidoras públicas, así como hostigamiento, persecución, campañas de difamación y amenazas de muerte a raíz de su defensa de los bosques en el municipio de San Esteban Atatlahuca, Oaxaca, México, y a raíz de su denuncia de tala ante la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales”.

Según la RNDDHM, la desaparición se produce en un contexto de violencia generalizada en la región, que incluye la quema de las viviendas de Irma Galindo y de una decena de familias en 2019, así como un ataque armado que dejó varios personas muertes en el municipio de San Esteban Atatlahuca el pasado 23 de octubre de 2021, de acuerdo con organizaciones sociales.

Ante este panorama, las colectivos feministas llegaron a la Fiscalía para exigir que pongan todos sus recursos en acción para localizar a su compañera desaparecida.

“¡Viva la queremos!”

Guadalupe levantó su sahumerio con copal del tapete construido bajo la sombra del catedral y dio inicio a la marcha. El acto de protesta avanzó por la Avenida Independencia ante la mirada de las comerciantes de la mañana y los turistas que deambulaban: “¡Señor! ¡Señora! No sea indiferente. ¡Matan a las mujeres en la cara del gente!”, clamaban las manifestantes.

Cuando la marcha giró hacia la calle Melchor Ocampo, paralizando el tráfico, se hicieron palpables el dolor colectivo y la rabia sostenida pero también la ternura radical. Una batucada feminista batió los ritmos de resistencia de Abya Yala, militantes y a la vez alegres, en sintonía con la gravedad de la situación pero sin nunca renunciar al baile. Al tambor se le unió una maraca oaxaqueña y la omnipresente olla azul, golpeada con lo que había a mano. “¡Viva se lo llevaron!” llamó alguien desde detrás de su cubreboca. “¡Viva la queremos!” respondieron las manifestantes que la rodeaban.

Al frente de la marcha, una señora con rebozo portaba una pancarta morada en la que se leía: “Los feminicidios son la pandemia de la que no se habla”. Con la otra mano empujaba una carriola que llevaba a su nieta, que se unía a la percusión persistente con su paleta.

Al llegar a la Fiscalía, algunos hombres con chalecos aparecieron para tomar fotografías de la marcha antes de retirarse abruptamente. Las manifestantes pintaron mensajes –“Irma Galindo presente”, “Fuera megaproyectos de muerte de nuestros territorios”– en las paredes del edificio, gruesas con tantas capas de pintura blanca utilizadas para cubrir las demandas de protestas pasadas por la desaparición de mujeres y defensoras de la tierra.

Frente a la Fiscalía grafiteada, el sonido de los tambores ya desvaneciéndose, se leyó en un pronunciamiento: “Las defensoras y defensores son esperanza de vida y no se tocan. Nuevamente la violencia nos alcanza. Roce la cercanía. Nuevamente la vida de quienes defienden a la Madre Tierra y el territorio, el país, los bosques, está en peligro. Con dolor, con un nudo en la garganta, denunciamos que la hermana Irma Galindo Barrios se encuentra desaparecida.”

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