En San Mateo del Mar se vive una guerra contra el pueblo (Oaxaca)

Colectivo Grieta

Los llamados a la ACCIÓN URGENTE no lograron parar la matanza

El gobierno estatal, así como el municipal oficial, cómplices y omisos; mientras que la presencia de Guardia Nacional en el momento de los hechos fue inútil e incluso cómplice.

Territorio ikoots (huave) en la mira del capitalismo depredador. Foto tomada de la red.

El pasado 21 de junio de 2020, al menos 15 pobladores de San Mateo del Mar fueron brutalmente torturados y asesinados por pistoleros perfectamente emboscados. Esta atroz masacre es el episodio más reciente de una guerra que los intereses capitalistas, representados por fuerzas gubernamentales, grupos criminales y empresariales, cuyas fronteras son cada vez más difusas, han emprendido contra el pueblo ikoots (huave) en la región del Istmo de Oaxaca.

En San Mateo del Mar el máximo órgano de toma de decisiones por cientos de años ha sido la Asamblea de la cabecera y las agencias municipales, la primera de ellas presidida por sus autoridades tradicionales cívico-religiosas en la figura del Alcalde Único Constitucional. Hoy las violaciones a la autonomía de este pueblo, los ataques a sus formas de gobierno y la violencia desde el poder se han desatado de manera alarmante. Para su realización, los megaproyectos del Istmo necesitan aplastar la resistencia de los pueblos.

El LLAMADO URGENTE que hizo la comunidad, denunciando los ataques del 3 de mayo de 2020 y exigiendo la intervención de la Guardia Nacional, del gobierno estatal y  su supuesta fiscalía, fue totalmente ignorado. La Guardia Nacional nada hizo por detener la matanza del 21 y 22 de junio. Por el contrario, estos ataques fueron planeados desde el arriba para seguir imponiendo a Bernardino Ponce Hinojosa como presidente municipal e intentar romper con la legítima Asamblea del Pueblo.

Los ataques de mayo fueron realizados por grupos ajenos a la comunidad que cuentan con vehículos y armas, resultando en asesinatos, heridos por arma de fuego, quema de casas y una agencia municipal. El 21 y 22 de junio esto grupos nuevamente dirigidos desde la presidencia municipal y caciques locales emboscaron y dispararon con armas de fuego contra pobladores de agencias, barrios y comunidades que se dirigían a una asamblea con el fin de continuar su proceso organizativo por recuperar su forma de gobierno.

En 2019 fue el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO) quien impuso a este personaje como presidente municipal en unas elecciones violentas con compra de votos documentada y buscando anular la verdadera figura de toma de decisiones que es la Asamblea, que forma parte del sistema normativo interno del pueblo indígena ikoots de San Mateo del Mar.

Ahora Murat Jr. (hijo del exgobernador José Murat) y su gobierno, por acción y omisión tienen ya más muertos y desaparecidos sobre su administración y cobardemente buscan criminalizar a los agredidos y presentarlos como agresores mediante una campaña de desprestigio mediática. Fue hasta después de la matanza largamente anunciada, que llegaron de manera numerosa elementos de la Guardia Nacional y de la Policía Estatal, sin que esté claro cuál es el objetivo real de su presencia, a quién pretenden cuidar y a quién se pretende reprimir.

Los ataques contra la autonomía de San Mateo de Mar comenzaron con el fraude electoral de 2017 y desde entonces, con hechos violentos como el uso de camionetas y armas, han procurado sembrar el terror a las comunidades. El presidente municipal espurio (2017-2019) ni portó el bastón de mando, ni reconoció la autoridad tradicional de la alcaldía, ni despachó en la presidencia municipal, sino en un domicilio particular en Huazantlán del Río, desde donde repartía el presupuesto municipal.

En el 2019 se volvió a repetir la estrategia, imponiendo el IEEPCO una elección por planillas, que niegan la forma tradicional de elección en asamblea y sus sistemas de cargos, falsificando el derechos de los pueblos a favor de los poderes fácticos, cacicazgos y grupos criminales, que lo mismo operan contratos de obra pública que administran los fondos municipales con sus contadores y abogados para simular legalidad. Y nuevamente despachando en un domicilio particular fuera del palacio municipal.

Estos poderes fácticos han impulsado esta guerra contra la Asamblea y claramente el reciente ataque del 21 de junio como el del 3 de mayo de 2020, tiene el fin de frenar la organización del pueblo para tomar sus propias decisiones. Esta  última acometida no puede ser más clara en sus objetivos, ya que las y los ciudadanas y ciudadanos ikoots se dirigían a realizar una Asamblea en la agencia de Huazantlán del Río, lo que significa que es un movimiento de diferentes agencias y comunidades. También es significativo que la emboscada se haya perpetrado a la altura de la colonia Reforma, justo donde tiene sus oficinas el presidente municipal impuesto. Por ello, cuando se habla por parte de los diferentes niveles de gobierno de “conflicto entre comunidades” o de “enfrentamiento” se busca ocultar que las agresiones buscan sentar las condiciones para despojar de su territorio a las comunidades ikoots del Istmo de Tehuantepec.

Además de la inacción cómplice por parte de la fuerzas armadas estatales y federales ante la crisis, hay responsabilidad en la masacre por acción u omisión del Gobierno Federal, el Gobierno Estatal, el Congreso del Estado de Oaxaca, el IEEPCO, el INPI, la CNDH y la DDHPO.

Los pueblos Ikoots buscan el respeto y reconocimiento de la Asamblea del Pueblo de San Mateo del Mar, como la única en la toma de decisiones y elección de cargos en concordancia con sus sistemas normativos internos, formas de gobierno, e instituciones tradicionales; así como la desaparición de poderes municipales y la expulsión de los paramilitares para garantizar el desenvolvimiento libre de la Asamblea del Pueblo en el municipio de San Mateo del Mar, que incluya a todas las agencias, colonias, y la cabecera municipal, así como garantizar elecciones libres y autónomas de acuerdo a la forma de gobierno tradicional indígena de San Mateo del Mar.

Cabe recordar que la represión y los ataques contra la Asamblea de San Mateo del Mar se remontan a 2012, y que estos ataques armados no son hechos aislados, y son motivados por intereses económicos: el pueblo ikoots en Asamblea rechazó en 2012 el megaproyecto eólico de la empresa PRENEAL y posteriormente luchó, junto con la Asamblea General de San Dionisio del Mar y con la Asamblea General la de la Colonia Álvaro Obregón, expulsaron  a la empresa Mareña Renovables, que pretendía instalar 104 aerogeneradores en la ecológicamente frágil y culturalmente sagrada Barra Santa Teresa. El pueblo ikoots ha defendido su territorio ancestral y está decidido a seguir. Esa es la razón detrás de la represión, los ataques y la desinformación. La violencia con la que el capital actúa en esta zona no es una anomalía, sino el modo de hacer la guerra por el capitalismo y quienes, desde los gobiernos, le sirven.