Casi 300 intoxicados por plaguicidas al año (Jalisco)

Foto: Violeta Meléndez

Violeta Meléndez / Noticias NTR

En Jalisco, cada año son atendidos en los servicios de salud del gobierno del estado casi 300 personas intoxicadas por diferentes tipos de sustancias químicas, entre estas plaguicidas con los que tuvieron contacto. Por esta causa ha llegado a morir desde el 37 hasta el 62 por ciento de los pacientes anualmente.

De acuerdo con datos que proporcionó la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ) a través de una solicitud de transparencia, 2017 fue el que reportó la mortalidad más alta por motivo de intoxicación al fallecer 62 por ciento de quienes ingresaron con este cuadro; después 2016, cuando hubo 57 por ciento de muertes, y finalmente 2018, año en que bajaron a 37 por ciento los decesos.

Aunque se le solicitó a la dependencia estatal especificar el tipo de sustancia que causó la intoxicación, refirió no contar con ese nivel de detalle, pero sí manifestó que se trata en general de afecciones agudas por contacto con plaguicidas, cuya venta, expendio y uso están precariamente regulados, ya que se llegan a vender en tlapalerías, tiendas de insumos e incluso en Internet en envases no autorizados o a granel, pese a contener una amplia gama de sustancias activas altamente nocivas para la salud humana.

De acuerdo con el listado de municipios que proporcionó la Secretaría de Salud, los que registraron una incidencia constante de este tipo de intoxicaciones en 2018 son: Guadalajara con 73 casos; Zapopan con 42; Tonalá con 13; Puerto Vallarta y Atotonilco el Alto con 10; San Juan de los Lagos con 9, y Ojuelos con 8.

En cuanto a las muertes de 2018, Guadalajara encabezó la lista con 23 fallecimientos; Tonalá registró 12 de un total de 13 pacientes ingresados por intoxicación, y Zapopan, 10. Después de estos municipios baja la cifra a tres decesos en Atotonilco el Alto, Chapala, Poncitlán, Tamazula de Gordiano y Tepatitlán de Morelos; y dos para Acatic, Colotlán, El Salto, San Martín Hidalgo, Tequila y Tlajomulco de Zúñiga. Otras demarcaciones reportaron solo una muerte o ninguna durante el año pasado.

Este tipo de casos aluden específicamente a personas que tuvieron una exposición relativamente breve a una dosis alta de algún plaguicida que les causó molestias inmediatas, que van desde vómito, dolor de abdomen, de cabeza, de músculos, mareo, hasta desmayo o convulsiones, según la cantidad de sustancia química que logró entrar a su organismo.

Sin embargo, existen otros casos donde la población está constantemente expuesta a dosis subletales de plaguicidas, es decir, que en el momento podría a lo sumo causar alguna molestia tolerable, pero que con el contacto constante las sustancias activas permanecen en el organismo y pueden llegar a causar daños hepáticos, renales o incluso mutaciones en células que deriven en cáncer, según la sustancia con la que tienen contacto.

Por ejemplo, existe el caso de niños de dos delegaciones de Autlán de Navarro, donde este año investigadores de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), detectaron en su orina concentraciones de plaguicidas como glifosato, 2,4-D, entre otros, que además de causarles molestias esporádicas cuando hay aspersión en los campos de cultivos cercanos, pueden generarles enfermedades a largo plazo.

Ante este tipo de realidades, los investigadores llevan a cabo un programa para regular la aspersión de pesticidas en zonas agrícolas cercanas a poblaciones, pero también llaman a la gente a evitar la compra de insecticidas o herbicidas caseros o a granel, pues pueden contener elementos activos de alta agresividad que causen intoxicaciones agudas.

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