Hasta tres horas hacen fila por un medicamento en el ISSSTE (Sinaloa)
Foto: VIVAVOZ
Derechohabientes tienen que elegir entre aguantarse el largo tiempo de espera o desembolsar para comprar el medicamento por fuera.
Margarita Palazuelos / VIVAVOZ
Culiacán, Sinaloa. Pacientes de todas las edades, pero en su mayoría personas de la tercera edad con padecimientos crónicos y degenerativos, han tenido que padecer desde hace tres meses atrás, además de su enfermedad, un verdadero viacrucis para surtir los medicamentos que les son indicados por los médicos especialistas adscritos al Hospital Regional Número del Issste “Manuel Cárdenas de la Vega”.
Con receta en mano cientos de derechohabiente esperan tres horas y en ocasiones hasta cuatro haciendo largas filas en los pasillos del Hospital Regional del ISSSTE en Culiacán, sin posibilidades de abandonar la fila y prolongado además sus horas de ayuno a veces apenas teniendo la posibilidad de reposar breves momentos en las bancas que se ubican en el nosocomio para evitar la fatiga y desgaste que tal situación les causa, aunado a la enfermedad o condición que padecen.
Los pasillos del nosocomio lucen abarrotados de los pacientes que con ansias esperan en el mejor de los casos que al llegar a la ventanilla tener suerte y que si haya en la farmacia del ISSSTE los medicamentos que los galenos de las diferentes especialidades les indican, sin embargo, en muchas ocasiones y pese al esfuerzo y la espera por conseguirlos se topan al llegar a la ventanilla de farmacia donde además de un sistema de registro viejo y sumamente arcaico que no se encuentra el medicamento que imperiosamente necesitan.
“Tengo 8 días que me recetaron y me dijeron que viniera hoy. Y me topo con esta cola que no la programan bien, de tal forma que se hace el tumulto. Y aquí estamos, a ver a qué horas nos desocupamos”, dijo a VIVAVOZ el señor Erasmo Benítez, un paciente quien tenía unas 40 personas delante de él haciendo fila por medicamento.
Así también pacientes de especialidades médicas como oncología, neurología, psiquiatría, endocrinología entre muchas otras más quienes siguen tratamientos rigurosos y largos, mismos que no pueden ser suspendidos por mera voluntad y además sumamente costosos en la mayoría de las ocasiones los cuales no pueden ser costeados por los bolsillos tienen que aceptar la única opción que el farmacéutico ofrece, de regresar la siguiente semana por su medicamento como si en la salud la opción fuera esperar , cuartando en todo momento el derecho a la salud que como ciudadanos nos asiste en la propia constitución.