Oaxaca, el epicentro de la miseria I

SubVersiones.

Jose Luís Santillán,

En la pasada serie de reportajes “Guerrero, el laboratorio del miedo” analizamos ligeramente algunas aristas de los efectos sociales del miedo provocados por el terrorismo de estado, llamado por los medios masivos de comunicación “fenómeno de la narcoviolencia”. Vimos los terribles efectos que causa en la población, la inminente y necesaria vinculación con el estado-capitalista mexicano, así como el uso contrainsurgente que se despliega por parte de las fuerzas armadas mexicanas.

Esta nueva serie periodística busca ser un puente para comenzar a entender la pobreza y sus efectos sociales, como parte de un entramado complejo de ingeniería del conflicto y el control social que se ejerce en contra de las clases subalternas. En especifico nos dimos a la tarea de ir a Oaxaca, el estado más pobre de México, para poder compartir testimonios reveladores e impactantes de este país donde nuestros gobernantes mienten públicamente, diciéndole al mundo que el rezago social se está abatiendo.


Niña indígena de la región Chinateca, municipio de Santiago Jocotepec. Fotografía: José Luis Santillán

También analizaremos los efectos psicológicos de la pobreza en la población y el uso de estos para incrementar aún más las obscenas ganancias económicas de la reducida elite empresarial mexicana y transnacional. Inherente al control social que significa limitar o direccionar la educación, la economía, la movilidad y la salud de la población, a través de la pobreza y su desmedido incremento, en conjunto con la híper violencia propiciada en el país, son rasgos -que es necesario evidenciar- de una contrainsurgencia cada vez más especializada no sólo en la “neutralización de sus objetivos“ sino también en el “camuflaje social“.

Es fundamental entender el papel de la pobreza en México, no como institucionalmente se utiliza por todos los gobiernos y supuestas tendencias ideologías. Ni siquiera los autoproclamados partidos de izquierda proponen apuntar a la raíz fundamental del problema, porque también viven y se nutren de los pobres, ya sea como eslogan, cuota o “capital social”. Es necesario que desde el pensamiento crítico se puedan analizar y divulgar las más novedosas formas que implementa el terrorismo de Estado para mantener su poder político y económico a nivel global.

Oaxaca, el precio de ser pobre, indígena y mujer.

A partir de la medición en 2015 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, el estado de Oaxaca se situó en el primer lugar a nivel nacional en el Índice de Rezago Social. Este indicador representa cuatro dimensiones asociadas al fenómeno de pobreza en México. De acuerdo a la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, es el estado con más población indígena en el país, lo que representa, de acuerdo a las estadísticas gubernamentales, que en México y especialmente ahí, la población indígena es la más pobre entre los pobres. La misma fuente oficial confirma que no existe más vulnerabilidad que ser mujer, indígena y pobre en este país que esa entidad. Estas características son muy similares en Chiapas, Guerrero y Veracruz

Pasar de las fuentes gubernamentales a la realidad es aún más terrible si a todas las carencias le sumamos la cuota de violencia desmedida que se centra principalmente en las zonas con más pobreza y marginación del país. Para marzo de este 2018 ya se contabilizaban 143 feminicidios en el gobierno de Alejandro Murat. De acuerdo a las estadísticas oficiales 527 fueron en el periodo de Gabino Cué, 283 con Ulises Ruiz Ortiz y 429 con José Murat. Es por esto que diversas organizaciones de la sociedad civil han señalado la urgencia de declarar la alerta de género para la entidad.


Victoria Jiménez Mendoza. Indígena Chinateca, entrevistada en Cerro Caliente, municipio de Santiago Jocotepec. Fotografía: José Luis Santillán

Una de las zonas recorridas para este reportaje fue la Selva Chinateca, en la región de la Chinantla. En el municipio de Santiago Jocotepec se encuentra la comunidad de Cerro Caliente. Ahí platicamos con Victoria Jiménez Mendoza, indígena que nació y creció en esta región, donde ahora sus hijos y su familia luchan día a día por sobrevivir y tratar de mejorar sus condiciones de vida. Victoria nos cuenta cómo se vive en este municipio donde el 99,68% de la población es indígena y es considerado alta marginación.

Los paisajes son impresionantes. El agua es abundante, los ríos que vienen desde Veracruz y prosiguen su paso hacia la costa, son majestuosos. Para llegar a algunas comunidades hay que pasar por los puentes colgantes de hasta 150 metros de longitud. En medio de esta gran belleza de la selva Chinanteca las comunidades indígenas sobreviven entre condiciones lacerantes que distan mucho del Oaxaca que presento el Gobernador Alejandro Murat en su primer informe de gobierno.

Ese Oaxaca moderno del siglo XXI está muy lejos de estos hermosos parajes y no es una lejanía que sólo pueda medirse en kilómetros, hablamos del hambre, desnutrición, muerte por enfermedades curables, condiciones de vida en indigencia y marginación. La entrevista con Victoria es amena. Ella no pierde la sonrisa a pesar de que los temas de los que platicamos no son fáciles, estamos en el patio de la escuela primaria de la comunidad e iniciamos el diálogo sobre tres puntos fundamentales para cualquier población: la salud, el trabajo y la educación.

¿Podrías presentarte y platicarnos cómo se vive en esta región?

“Mi nombre es Victoria Jiménez Mendoza, pues vivo aquí soy ciudadana, presto mi servicio y conozco muy bien las necesidades que hay en mi comunidad… Aquí estamos en la escuela primaria, por allá se ve una aula que construimos nosotros los padres de familia, porque no hubo apoyo por parte del presidente municipal, eso fue ahorita en 2018. Y nosotros cooperamos de a $ 200 pesos para comprar los blocks y el techado otros $100 y lo de la luz que instalamos en la escuela igual fue cooperación de los padres de familia, porque con el municipio no contamos y siempre nos niega y nos dice, que no hay nada pues.”


La Selva Chinateca, municipio de Santiago Jocotepec. Fotografía: José Luis Santillán

¿Cómo es la salud en esta región?

“Hay una clínica en una comunidad vecina, pero ahí está muy fuerte lo que es el reglamento interno del pueblo de Rio Chiquito. Pues la mera verdad no encuentro que clínica es, si es IMSS, ISSTE o es Secretaria de Salud. Porque ahí tenemos que pagar lo de la vacuna, de cada vacuna nos está cobrando de a $10 pesos y la consulta para ir a esa clínica es de a $25 pesos, y si te hacen lavado de una cortada o de una herida, ahí nos cobran $60 pesos y por eso ya estamos viendo que es como si fuera particular, ya no se ve que es del gobierno.

Esa clínica ya tiene como 20 años. Para llegar a la clínica son 20 minutos caminando o 10 minutos en carro y atiende a las comunidades de Rio Chiquito, Echeverría y Cerro Caliente, pero tiene un costo y eso es lo que ya estamos cansados de pagar, y si pedimos que los médicos, o los enfermeros vengan a la comunidad a hacer vacunas, tenemos que cooperar para sus pasajes también, y a mí no me gusta porque veo que en la ciudad hay muchachos que te ofrecen la vacuna y todo es gratuito y aquí no es así.

Pues lo que más hay son las gripes, las fiebres, ahí anda la famosa tifoidea, hay la enfermedad de la presión alta, presión baja, la diabetes y ahorita en este pueblo de Cerro Caliente anda pegando mucho de la Vesícula y muchas personas se están operando de esa enfermedad… Un ultrasonido nos está saliendo caro, como en $1,000 o $1,200 pesos y hay que ir hasta playa (Playa Vicente Veracruz) o hasta Tuxtepec y eso del Seguro Popular, mentira que nos apoya el gobierno, porque han ido señores y ahí los doctores quieren ver grave y hasta que ven a la persona gravemente hasta entonces lo atienden y si vamos con un dolorcito -ahora sí que algo que nos avisa que viene algo más grave, creó- pero no nos atienden tampoco.

Cuando estamos hablando ya de una operación o una enfermedad mayor, hay que ir a Tuxtepec o Playa Vicente Veracruz, es donde nos queda cerca. Y un viaje de aquí a playa si es en la noche, nos está saliendo en unos $500 pesos, y si es de aquí a Tuxtepec $1200 el puro viaje […] Si vamos a cuidar a un enfermo una semana estando afuera de un hospital estamos gastando, qué se yo, depende la enfermedad, pero unos $10,000 o $15,000 porque los médicos te dan receta y a comprar medicamentos, porque pues no hay nada gratis.”

¿Cómo es la economía de la región?

“La verdad no, no hay suficiente trabajo el salario mínimo que gana un campesino aquí, picando el potrero de la gente, nos dan $ 150 al día, de siete a cuatro de la tarde, y unos campesinos que son albañiles se ganan sus $250 diarios de siete a siete y hay trabajo cuando cae, porque digamos tampoco hay compañeros que construyen mucho, algunos que cuando construyen un cuartito de cinco por seis o de diez por ocho y así se la llevan, porque ya los materiales también están caros pues, no como quiera cae chamba de los albañiles.

Nos dedicamos a la milpa, a sembrar maíz, frijol, se da lo que es el tomate, el chile, pero igual es para el consumo propio, porque para vender pues casi no hay pues, porque ya se aumento el número de habitantes y tierra casi no hay… Pues vivimos de escasos recursos, son regiones pobres pues, no dan para más y ahorita se subió todas las mercancías, la canasta básica y cada día los ciudadanos y el municipio se está hundiendo más con lo que es la pobreza.

Pues el gobierno no ha hecho nada, lo único que hace es mandar a su gente desde allá arriba desde Oaxaca o México, vine a hacer su simple encuesta, nada más, siempre está cada año con su encuesta preguntando ¿Cuántas personas viven en esta casa?, ¿A que se dedican?, ¿Que trabajo hay? Y lo mismo preguntan, pero no solucionan nada, todo lo hacen cuando se acerca de cambiar el gobierno, ya sea federal o estatal pero nada más nos utiliza así con su simple encuesta o su simple entrevista, porque no hay nada más.”


Niños de la región Chinateca, municipio de Santiago Jocotepec. Fotografía: José Luis Santillán

¿Cómo es la educación en esta región?

“Pues aquí en cerro caliente hay la educación, lo que es preescolar, y de ahí sigue lo que es la primaria, hay la secundaria de parte de CONAFE, le llamamos secundaria comunitaria y de ahí para terminar su prepa los alumnos tienen que ir a Rio Manso que nos queda a cuarenta minutos de camino, y le cobra un pasaje a los alumnos de treinta pesos diarios, treinta de ida y treinta vuelta son sesenta pesos y más sus libros, más la alimentación que tiene que comer, muchos pues no aguantan, se dan de baja, llega un año o al quinto semestre o tercero y lo deja a medias pues, porque no hay para más.

Y luego con ese programa de prospera y ese es mentira pues, si manda cada dos meses pero no alcanza a los alumnos, donde hay dos o tres muchachos ahí hacen una redondea que le llaman los de prospera y ahí lo disminuyen más. Y si tienes dos o tres jóvenes que cursan la secundaria entonces es cuando lo disminuye más todavía.

Para cursar la universidad trabajan y estudian a la vez, por eso algunos van con el CONAFE, prestan su servicio a la vez y ahí les dan un apoyo mínimo de $1200 cada dos meses y para estudiar tienen que ir a Tuxtepec, que es donde hay escuelas, pero ahí hay más privadas que publicas, si no hasta Oaxaca ahí hay públicas. Y de aquí a Oaxaca estamos a diez horas, estamos hablando de quinientos pesos solo para llegar y de regreso otros quinientos son mil pesos de puro pasaje, sin hablar de que hay que comer, hay que beber, ir al baño, es mucho dinero pues. Hay que irse a rentar allá y cuesta también la renta y toda la comida allá en Oaxaca es cara pues.

De esta comunidad los que han logrado estudiar la licenciatura serán unos diez nada más, uno esta hasta Celaya allá fue a estudiar y le costó mucho trabajo; estudio, trabajo y hasta hoy en día no ha regresado a su pueblo, porque no hay dinero y no se ha acomodado en un buen trabajo. Tenemos jóvenes que son licenciadas en derecho y no encuentran trabajo fijo, andan moviéndose de acá para allá buscando, ahora con eso que se cambio, que por contrato tienen que trabajar y ellos nada mas las contratan por cinco o seis meses. Una nada más, la que es maestra de primaria está trabajando aquí, es la única que estudio y está trabajando aquí, ahorita está enseñando en tercero y cuarto.”


La vida en la región Chinateca, municipio de Santiago Jocotepec. Fotografía: José Luis Santillán

No hay mucho más que agregar a las palabras de Victoria. Es evidente que el ciclo de la pobreza está extendido en la región y no se puede vislumbrar su ruptura. Es importante compartir algunos datos públicos adicionales para comprender la dimensión de la pobreza de la que nos platicó.

Por ejemplo, en el tema de salud, en el municipio de Santiago Jocotepec, habitan 13,568 personas de acuerdo al Sistema Nacional de Información Municipal, 5,552 son derechohabientes, 631 atendidos en el IMSS, 138 en el ISSTE, 1 en el ISSTE Estatal, 4,765 en servicios médicos de Pemex, Defensa o Marina, 8 en Seguro Popular, 10 en instituciones privadas y 12 en otras organizaciones. La gran mayoría, es decir 7,970 personas, no cuentan con los servicios de alguno de estos sistemas de salud.

En materia educativa, el municipio se cuentan sólo con 23 preescolares, 27 primarias, 13 secundarias y 1 bachillerato para atender a toda la población. El promedio de aulas por escuela es de 2 en preescolar, 5 en primaria, 3 en secundaria y 4 en bachillerato. Por su puesto ninguna cuenta con algún taller o laboratorio.

Mientras que en economía, según cifras del mismo SIM, de la población total sólo 3,402 personas mantienen una Participación Económica Activa (PEA).

El municipio contó con un gasto de egresos en el ejercicio fiscal 2017 de $ 42, 557,597.05 pesos del cual solo se destino $1,035,000 pesos a la regiduría de educación, mientras que a la presidencia municipal se destinaron $4,176,486.

Contrastes

En noviembre 2017 Alejandro Murat Hinojosa rindió su primer informe de gobierno en el recién construido Centro de Convenciones Ciudad de Oaxaca, obra que hasta el momento lleva un costo de aproximadamente 250 millones de pesos del erario público. Durante una presentación, llena de modernos spots y graficas multimedia, el gobernador habló ampliamente de lo que denominó “Oaxaca productivo” y presento cifras multimillonarias de gastos con dinero público para consolidar enormes mega proyectos, por ejemplo:

La construcción de lo que denominan “Agroparques”, cuyo nombre completo es “Agro parque industrial” y es parte de los megaproyectos que pertenecen a la Zona Económica Especial (ZEE) que se está instalando en el Istmo. En un inicio su costo se estimó en 400 millones de pesos, sin embargo, en reciente entrevista, el gobernador del estado comentó que el costo se elevaría: para los centros de acopio y puntos de venta se destinarán los 400 millones de pesos, para la adquisición del predio se invertirán 500 millones y 100 millones para la operación de las cadenas productivas. Empresas como Jumex y Kola Loka ya están apuntadas y se estima que por lo menos 50 empresas más tendrán cabida en este corredor industrial que presume de beneficiar a los pobladores, pero los beneficios fiscales y la multimillonaria infraestructura, que se pagó con dinero público, han sido directamente para los empresarios.

Se invirtieron otros 371 millones de pesos en la reconstrucción del aeropuerto de Ixtepec, que es parte fundamental de la infraestructura logística que se requiere para todos los corredores industriales que se proyectan en el Istmo.

La transformación del puerto de Salina Cruz en un puerto multimodal es otra de las obras con costos multimillonarios y pilares de la ZEE de Salina Cruz, aprobada y publicada en el diario Oficial de la federación el 19 de Diciembre del 2017, donde se detallan los generosos incentivos fiscales y aduaneros para las empresas que van a operar en la zona.

El gobernador sólo dedicó 8 segundos de su discurso al referirse a las acciones de su gobierno en favor la economía de los campesinos oaxaqueños, que representan por lo menos el 30.2%, y lo resumió en esta ambigua frase:

“En la parte agrícola; seguiremos trabajando en la parte básica de la economía de nuestros agricultores”.

A lo que sí dedicó una explicación, incluso histórica, fue a plantear que él es quién por fin, pondrá en marcha el mega proyecto más ansiado por el estado mexicano y la política expansionista de Estados Unidos en la entidad, el Corredor Transístmico. Sus palabras textuales fueron:

“Los españoles, desde fines de 1700, mandaron un ingeniero a ver eso del transístmico, 300 kilómetros, después Porfirio Díaz tubo la convicción de hacer un tren y lo hizo. Tres años estuvo en operación y fueron incrementando el movimiento de las mercancías ¿y qué pasó? pues pasó la revolución y el canal de Panamá. A más de cien años el gobierno mexicano y los oaxaqueños anhelamos esa ruta, como un gran corredor comercial de valor agregado. Como nunca en la historia moderna de Oaxaca y de México estamos en condiciones y estamos en esas condiciones porque el Presidente Peña decidió crear las Zonas Económicas Especiales y en el próximo mes estaremos con el presidente generando su decreto de creación, un área única que se sumara al tren que van a licitar el año que entra, el tren original de Porfirio Díaz. Pero que nos permitirá de manera modular, empezar a transitar mercancías de una costa a otra costa, y eso se va a sumar a un presupuesto histórico.”


La Selva Chinateca, municipio de Santiago Jocotepec. Fotografía: José Luis Santillán

Lo qué omitió decir el gobernador Murat es que lo que él presenta como un proyecto innovador y detonador de desarrollo, no es más que la continuidad de los ejes de las políticas neoliberales. El Corredor Transístmico es pieza clave de lo que en su momento se llamo Plan Puebla Panamá y que en 2008 se reconfiguro al actual Proyecto Mesoamérica.

Sin embargo, sus fines estratégicos para el sustento energético, económico, político y militar que requiere Estados Unidos para mantener su hegemonía no han cambiado, tampoco han variado las implicaciones de impacto en detrimento de la biodiversidad, cultura y economía para la población, como lo han desmostrado múltiples estudios desde que Vicente Fox dio a conocer el Plan Puebla Panamá.

Desarrollo económico para unos cuantos, miseria y muerte para miles.

Esté parece ser el código de ética del sistema capitalista, lamentablemente compartido por quienes gobiernan y han gobernado México. Cada vez que los políticos, empresarios y gobernantes hablan de desarrollo, se cierne un velo de intranquilidad para miles de personas y se alegran unas cuantas familias empresariales.

Es fundamental traer a la memoria que, precisamente en territorio Chinanteco hace 42 años, el presidente Luis Echeverría Álvarez, conocido trabajador de la Central Intelligence Agency (CIA) de Estados Unidos, habló también de un innovador proyecto que convertiría la región en un polo de desarrollo económico, prometió empleos y un futuro mejor para la región.

El mega proyecto de Echeverría se cumplió, las expropiaciones iniciaron en 1972, los trabajos empezaron en 1974, y se concluyeron en 1989. La presa Cerro de Oro desplazó a cerca de 26 mil indígenas Chinantecos, no fue fácil, al empezar las obras, sólo la población, en calidad de ejidataria, comenzó a trasladarse a las nuevas tierras, pero los no ejidatarios no fueron contemplados en el “proyecto de desarrollo”, incluso los hijos de los ejidatarios no tuvieron a dónde ir, por lo que el desplazamiento de su territorio fue forzado.


Niños indígenas de la Selva Chinateca, municipio de Santiago Jocotepec. Fotografía: José Luis Santillán

El proceso se extendió desde 1974. En 1988 es inaugurado el embalse por el presidente Miguel de la Madrid Hurtado. En 1991 se inundó, tenía una capacidad de 1,250 hectómetros cúbicos de agua e inundo 22,000 hectáreas. La resistencia de los pueblos chinantecos fue en ocasiones reprimida y en ocasiones utilizada como capital político por diversas organizaciones, finalmente el “proyecto de desarrollo” avanzó.

En 2010 la zona fue nuevamente objeto de otra envestida capitalista, cuando el personal de Corporación Mexicana de Hidroelectricidad (Comexhidro), Conduit Capital Partners y de una dependencia del gobierno de Estados Unidos llamada Private Investment Corp (OPIC), llegaron a la rivera de la presa Cerro de Oro. Su objetivo fue despojar de los terrenos a los dueños y construir en tierras ejidales una serie de turbinas para generar electricidad y venderla. Una práctica cada vez más frecuente, que es alentada desde el gobierno federal, tras la puesta en marcha de la Reforma Energética.

El 26 de septiembre de 2013, la organización de derechos humanos Fundar dio a conocer una victoria de la lucha de los Chinantecos: las empresas habían decidido retirarse del proyecto. Este triunfo no sólo es de los ejidatarios, sino de toda una forma de ver y entender el mundo, tal y como reflexiona Guillermo Alberto Padilla Rubiano, profesor e investigador del CIESAS en el libro; Consulta y consentimiento previo: Hidroeléctrica Cerro de Oro, Tuxtepec, Oaxaca.

“La tensión se genera a partir de dos miradas contrapuestas: la del inversionista o empresario, generalmente de fuera de la región, que tiene consideraciones específicas relacionadas con la garantía de su inversión, y la de la comunidad, que vive y desarrolla su vida en ese lugar, donde está la historia de su pueblo, sus ancestros y donde la naturaleza le ha brindado lo indispensable. En el proceso de validar sus derechos, la participación comunitaria da lugar a pensar, verbalizar y exteriorizar la importancia de la relación entre los seres humanos y la naturaleza. Esta relación siempre ha estado presente allí, pero pocas veces las personas, particularmente las que vivimos en ciudades, somos conscientes de ello”

Sin embargo, nuevamente se habla de “nuevos y modernos polos de desarrollo, detonadores de la economía que traerán beneficios históricos a la población”. Quien lo dice pertenece a la clase que mantiene el control político, militar y económico de México, pero el anhelo de escapar de la miseria y pobreza, puede aún mantener la expectativa de quienes sufren las peores consecuencias del “progreso”.

El testimonio de Victoria dio cuenta que ni la Chinantla es un polo de desarrollo, ni se crearon empleos y la gran mayoría de habitantes de la región apenas sobreviven.

En la siguiente entrega analizaremos los efectos psicológicos de la pobreza en la población. La conducta autodestructiva de seguir votando por quienes deterioran las condiciones de vida de la población puede ser un efecto socio-conductual que algunos grupos saben aprovechar para su beneficio.

https://subversiones.org/archivos/132339