En marcha y mítines en Iguala piden que se investigue al Ejército

El Sur

*Más de 3 mil manifestantes recorren “la ruta de la muerte”, por donde pasaron los alumnos de Ayotzinapa el 26 y 27 de septiembre del año pasado

*Van a los monumentos en memoria de Julio César Ramírez Nava, Daniel Solís Gallardo y Julio César Mondragón Fontes

*Vigilan más de 400 policías del estado, y se acuartelan los militares

*El arzobispo Carlos Garfias oficia allá una misa en la que demanda investigar a fondo los ataques a los estudiantes

*Muere de diabetes un policía del grupo que chocó con normalistas el martes; sus jefes no le permitieron ir al médico

*Anuncia la Segob un programa de atención a víctimas elaborado con los expertos de la CIDH

En marcha y mítines en Iguala, a un año de los crímenes, demandan que se investigue al Ejército

*Más de 3 mil manifestantes recorren “la ruta de la muerte”, por donde pasaron los normalistas de Ayotzinapa el 26 y 27 de septiembre. Acuden a los monumentos en memoria de Julio César Ramírez Nava, Daniel Solís Gallardo y Julio César Mondragón Fontes. Vigilan más de 400 policías del estado, y se acuartelan los militares

Alejandro Guerrero

Iguala

A un año del ataque y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ayer padres de los desaparecidos y unos 3 mil alumnos de normales públicas y organizaciones sociales marcharon en esta ciudad para exigir justicia, castigo a los culpables y la presentación con vida de los desaparecidos la noche y la madrugada del 26 y 27 de septiembre de 2014.
Para la llegada de los padres, que demandan justicia por el ataque y desaparición de sus hijos, fueron desplegados más de 400 efectivos antimotines de la Policía del Estado que se apostaron en el estacionamiento de la plaza comercial Galerías Tamarindos, propiedad del ex alcalde perredista José Luis Abarca Velázquez, encarcelado por este caso.
Efectivos del 27 Batallón, también señalados por su participación y omisión en el caso, se mantuvieron en el cuartel en espera de la posible llegada de los manifestantes.
En la marcha y mítines realizados en los dos puntos en los que fueron asesinados los normalistas Daniel Solís Gallardo, Julio César Ramírez Nava y Julio César Mondragón Fontes, se reiteró la exigencia de justicia, castigo a los culpables y que se investigue a soldados del Ejército, así como a políticos señalados de vínculos con el grupo delincuencia Guerreros Unidos. En esos dos lugares se ofrendaros flores sobre los monumentos en memoria de los estudiantes muertos, en un sitio Daniel Solís Gallardo y Julio César Ramírez Nava, y en otro Julio César Mondragón Fontes.
Cerca de la una de la tarde, antes de la llegada de los padres y los normalistas, unos 30 policías estatales con equipo antimotines esperaban su llegada en la entrada a Iguala, en el entronque de la comunidad de El Tomatal, pero antes de llegar los autobuses se retiraron.
Unos 20 camiones de diferentes líneas, se concentraron en el bulevar Heroico Colegio Militar, afuera de la clínica del ISSSTE y la unidad deportiva de fútbol, donde una comisión de padres y alumnos arrancaron la placa en el monumento a los Niños Héroes, en la que estaban los nombres del 27 Batallón de Iguala y del ex alcalde perredista de Iguala Lázaro Mazón Alonso, padrino político de José Luis Abarca, donde también hicieron pintas.

La marcha

Cerca de la 1:15 de la tarde dio inicio la movilización desde el monumento a la Patria Trigarante, en el bulevar Heroico Colegio Militar, a un costado del 41 Batallón de Infantería, encabezada por los padres de los 43 desaparecidos y la banda de guerra de la Normal Raúl Isidro Burgos.
En la movilización participaron alumnos de Ayotzinapa y normales públicas, maestros de la CETEG y de la UAG, integrantes del Bloque Democrático de Organizaciones y Ciudadanos de Iguala, representantes del comité de Los Otros Desaparecidos de Iguala, de la asociación Francisco Villa, de la Unión Campesina Emiliano Zapata (UCEZ), Arturo Hernández Cardona e Independiente, algunos ciudadanos de Iguala y observadores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
La marcha salió por la avenida Bandera Nacional, paso junto a la sede del Ayuntamiento y la explanada de las Tres Garantías, al llegar al Zócalo dobló por la calle Juan Álvarez hasta llegar a su entronque con el Periférico Norte, llamada “la ruta de la muerte”, hasta llegar al sitio donde fueron atacados y desaparecidos los 43 normalistas por policías y sicarios.
A su paso frente al hospital privado Cristina, que fue donde la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre del 2014, les fue negada la atención a los normalistas heridos, se realizaron dos pintas, “Ayotzinapa” y “asesinos”, y fueron lanzadas piedras que rompieron un cristal.
Durante la marcha fueron gritadas consignas en contra el gobierno, y por la justicia y la presentación con vida de los 43 desaparecidos.
Algunos jóvenes con las manos pintadas de rojo y en las palmas el número 43 encabezaban uno de los contingentes y en otro, una joven de Iguala, se quitó la playera, quedando sólo en ropa interior, pintando en su cuerpo el número 43 en color rojo.
Antes y durante la marcha, algunos locales del centro de la ciudad cerraron sus puertas ante el temor de daños y en cambio, algunos ciudadanos dieron agua y naranjas a los participantes de la marcha.
Pintas en la comandancia

Cerca de las 8:00 de la mañana aparecieron algunas pintas realizadas en las instalaciones que ocupaba la Policía Municipal y donde se cree que la noche del 26 de septiembre los normalistas detenidos habrían sido llevados a barandillas, ubicadas entre las calles Izancanac y Guillermo Santana, atrás de las instalaciones del IMSS, al oriente de la ciudad.
No se supo quiénes hicieron las pintas, y en los textos se leía “Nos Falta 43”, “vivos se los llevaron, vivos los queremos” y museo de la represión”, además fueron pintadas 43 cruces con aerosol color negro, en alusión a los desaparecidos. Estas instalaciones fueron aseguradas por la PGR y permanecen inhabilitadas.

Detenidos empleados de la minera Media Luna

Cerca de las 2:00 de la tarde, policías estatales detuvieron y revisaron a cinco empleados de la minera Media Luna, quienes pasaban por la plaza Galerías Tamarindos y al “confundirlos” con normalistas y que presuntamente llevaban petardos en sus mochilas.
Los estatales revisaron las mochilas de los mineros y a ellos los replegaron a una pared, abiertos de pies y las manos en el muro, a quienes después de la confusión los dejaron ir sin pedirles disculpas, hecho que ocurrió al momento de que la marcha se desarrollaba.
El mitin

Frente a la clínica privada Cristina, uno de los normalistas sobreviviente al ataque, recordó que esa noche que pedían ayuda para sus compañeros heridos, soldados llegaron “cortando cartucho, y apuntándonos a nosotros nos decían, que estábamos allanando este lugar y que llamarían a la policía municipal”.
Y siguió, “me acuerdo cuando estábamos aquí y les decíamos que éramos estudiantes de la Normal y que habíamos sido atacados, ellos de forma prepotente decían que si éramos buenos para lo que andábamos haciendo que nos aguantáramos, que si éramos muy hombrecitos que captáramos lo que venía… nos decían que iban a llamar a la Policía Municipal para que nos llevaran detenidos, cuando nosotros les respondimos que habían sido policías municipales los que nos habían disparado y asesinado a nuestros compañeros ellos se hicieron de la vista gorda y lo único que dijeron era que no podían hacer nada… ¿cómo es posible que el Ejército mexicano, que se supone que son la autoridad máxima la que nos va a cuidar de ese enemigo común, tenga miedo?”.
Dijo que les pidieron ayuda a los militares, los cuales se fueron y ahí los dejaron cuando varias patrullas de la Policía Municipal andaban circulando buscándolos.
“Que sepa el gobierno que nunca se nos va a olvidar que la participación del Ejército estuvo aquí, metido hasta el cuello y así lo vamos a seguir denunciando cueste lo que cueste y caiga quien tenga que caer”.
En la estela construida en el lugar del ataque y donde fueron asesinados Julio César Ramírez Nava y Daniel Solís Gallardo, la mamá del primero, la señora Bertha Nava Martínez, pidió a los ciudadanos y a las organizaciones no abandonar a los padres en su lucha de justicia a un año de los hechos.
Denunció que el presidente, Enrique Peña Nieto, en la reunión del jueves, “se hizo que no nos entendió, como si habláramos en otro idioma, donde lo único que le estamos pidiendo es un tiempo indefinido para que el grupo de expertos (del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, GIEI) sigan buscándolos y sigan indagando qué pasó con los muchachos”.
Advirtió, “no nos vamos a derrotar con estas negatividades del presidente, así como se negó a firmar los ocho puntos, nosotros estamos dispuestos a llegar a lo que sea, a donde sea por los 43 muchachitos”.
“No voy a parar hasta llegar a las últimas consecuencias porque lo más valioso me lo quitaron que era mi hijo, era lo más valioso de la vida y me lo quitaron, voy a luchar hasta el último aliento de vida que me queda, se lo he dicho a este presidente corrupto que no vamos a parar, día a día voy a seguir buscando a estos 43 muchachos, si es necesario dar mi vida, aquí la estoy dando y la voy a dar día a día”. Otro de los padres de los normalistas desaparecidos dijo que mientras no se resuelva el caso y el gobierno federal no le dé cumplimiento a las recomendaciones del grupo de expertos “no podemos cesar en nuestro movimiento, no podemos quedarnos callados ante esta situación que el gobierno agredió a nuestros estudiantes”.
Advirtió que mientras no se resuelva el caso y no les presente con vida a sus hijos, y que el gobierno no haga su trabajo, “seguiremos luchando y seguiremos exigiendo justicia y que nos atiendan”.
También llamó a los ciudadanos de Iguala a que participen y apoyen su lucha por la presentación con vida de sus hijos y castigo a los culpables.
En este monumento y en el construido en la zona industrial, donde la mañana del 27 de septiembre fue hallado el cuerpo desollado del rostro del normalista Julio César Mondragón Fontes, se realizó oración, se colocó una ofrenda floral, se guardó un minuto de silencio con el puño izquierdo en alto y se cerró con la participación de la banda de guerra de la Normal de Ayotzinapa.
En declaraciones hechas al final del mitin, el abogado de los padres del Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Tachinollan, Vidulfo Rosales Sierra, recordó que la exigencia al gobierno federal es que se investiguen las tres grandes líneas; de la red de políticos locales señalados de vínculos con la delincuencia organizada y que están dentro de la investigación.
Mencionó que son 15, entre ellos los alcaldes priistas de Taxco, Salomón Majúl, de Cocula, Cesar Peñaloza y de Huitzuco, Norberto Figueroa. Así como al diputado local figueroista, Héctor Vicario.
También al alcalde panista de Tepecoacuilco, Antonio Galarza y los perredistas de Teloloapan, Ignacio Valladares y de Iguala, José Luis Abarca.
Otra de las líneas de investigación, dijo, debe ser el tráfico de drogas desde Iguala y la participación del Ejército en el ataque y desaparición de los normalistas.
Dijo que la postura y la petición es que el GIEI se quede de forma indefinida hasta el esclarecimiento total de los hechos.
Señaló que es necesario que el informe del grupo de expertos auspiciado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se integre al expediente y se consideren las investigaciones de los expertos.
Denunció que las investigaciones están “estancadas” y consideró innecesario hacer nuevos peritajes al basurero de Cocula cando el grupo de expertos ya los realizó.
Al final del mitin, los participantes en la marcha se trasladaron a la explanada de las Tres Garantías donde se realizó un acto político-cultural con la participación de la rondalla de la Normal de Ayotzinapa y músicos locales.
La comisión de padres de familia, estudiantes y organizaciones que los acompañaban salieron de Iguala en cerca de 20 autobuses a las 7:30 de la noche, sin que se registrara algún incidente.

Pide el arzobispo Garfias en una misa en Iguala investigar a fondo los ataques a los normalistas

Alejandro Guerrero

Iguala

El arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlos, pidió ayer en esta ciudad investigar a fondo los hechos ocurridos hace un año, el 26 y 27 de septiembre en el ataque y desaparición a los normalistas de Ayotzinapa, y ofrecer los resultados de las investigaciones con objetividad y veracidad.
A las 7 de la noche de ayer, el religioso ofició una misa ante unos 500 feligreses en la iglesia principal de Iguala, la de San Francisco de Asís, en el aniversario del ataque y desaparición de los 43 alumnos de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa.
En su mensaje sobre el caso Ayotzinapa señaló que no conocer la verdad, ocultarla o evadirla hace daño a las personas y a la sociedad porque está comprobado, dijo, que el ocultamiento o la evasión de la verdad, generan más violencia.
Señaló que el caso de la desaparición de los 43 normalistas “ha dejado una profunda huella en el estado de Guerrero, por lo trágico de su desaparición, por el dolor y la angustia que han dejado en sus familiares y amigos, pero también, porque han dejado entrever la fragilidad de nuestras estructuras en el tema de seguridad”.
“Creemos como iglesia, que es necesario investigar a fondo los hechos ocurridos hace un año y ofrecer los resultados de las investigaciones con objetividad y veracidad, para responder a las interrogantes de los agraviados y de la sociedad”, expuso.
Llamó a ofrecer apoyo y solidaridad a las familias de los jóvenes normalistas desaparecidos, a todos los agraviados y a todas las víctimas de la violencia, “ofrezcámosles nuestra solidaridad, oración y acompañamiento”.
El arzobispo advirtió, “(como iglesia) seguiremos siempre dispuestos a colaborar con el gobierno de Guerrero, con las organizaciones y con las instituciones de la sociedad civil para que se practique la justicia restaurativa en la verdad y se siga contrayendo la paz, acompañando a las víctimas, lo que nos implica a unir voluntades y construir una gran plataforma entre los diferentes actores y sectores de la sociedad”.
Convocó a la sociedad civil a tomar conciencia de ser solidarios con los familiares y los más cercanos a los desaparecidos y de las víctimas de la violencia.
Como arzobispo de la Provincia Eclesiástica de Acapulco, Garfias Merlos hizo un llamado generalizado para que todo esfuerzo por conocer la verdad y para exigir justicia, “se haga por la vía pacífica y del diálogo, que las acciones y estrategias que se están implementando en la conmemoración del aniversario de esta tragedia de Iguala abonen a la paz y a la reconciliación”.
Indicó que es precisó que quienes ejercen cargos públicos busquen en su servicio ayudar a quienes más lo necesitan y velar por la inseguridad y bienestar de todos, y no sólo de unos cuantos, “los invito a no dejarse llevar por intereses particulares sino por los que brotan del bien común”, pidió.
En la eucaristía ofreció una oración por el eterno descanso de los que han muerto, pidió fortaleza y esperanza para los desaparecidos, consuelo para sus familiares, y fe en Dios para que salgan adelante en medio de la adversidad.
En declaraciones a reporteros y a pregunta de la represión de las fuerzas de seguridad pública a los padres y normalistas en su reclamo de justicia dijo, “creo que se puede estar en actitud de diálogo y de acuerdos, cuando se extreman y se radicalizan las posturas, siempre habrá posturas que parecieran represivas, pero si las manifestaciones dañan a terceros, la autoridad tiene derecho de defender los derechos de ellos. Creo que se pueden hacer en ambiente de concordia, de diálogo y que se busquen acuerdos para irle dando respuesta al conflicto y la situación difícil que se está viviendo”.

Muere de diabetes un policía del grupo contra normalistas; sus jefes no le permitieron ir al médico

Carlos Moreno A. / Brenda Escobar

Luego que desde el pasado miércoles se sintió mal por la diabetes y el subsecretario de Operación Policial de la Secretaría de Seguridad Pública del estado, Tomás Hernández, junto el secretario, Pedro Almazán, le negaron el permiso de acudir al médico hasta el sábado, ayer murió el policía del estado Jesús Jiménez Villa, que formó parte de los antimotines que en el libramiento a Tixtla impidieron el paso a los normalistas y padres de Ayotzinapa a Chilpancingo el martes 22.
En Zihuatanejo y Acapulco, los agentes policiacos mostraron indignación por la negligencia y abuso de autoridad de los mandos policiacos, además de que en el funeral, Jiménez Villa fue despedido de cuerpo presente afuera del cuartel policiaco en Acapulco en plena calle y no dentro de las instalaciones.
Según fuentes de la SSP del estado, así como policías consultados, Jiménez Villa estaba adscrito a la coordinación regional de Acapulco, dirigido por el comandante Reynaldo Valente Guatemala, quien lo comisionó desde el lunes junto con más de 30 policías a Chilpancingo y Tixtla por las movilizaciones de los normalistas que realizarían a un año de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
Se informó que Jiménez Villa formaba parte, junto con 300 policías, del retén que está por el túnel del Libramiento a Tixtla, y que comenzó a sentirse mal el pasado martes cuando ocurrió la confrontación con estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, luego de que los antimotines les impidieran el paso rumbo a Chilpancingo.
Jiménez Villa, quien estaba enfermo de diabetes y tenía 25 años en la corporación, solicitó un permiso para acudir al médico al subsecretario de Operación Policial, Tomás Hernández y a los comandantes de agrupamiento, pero le fue negada la solicitud por órdenes del secretario Pedro Almazán, denunciaron los policías del estado.
Según las fuentes, en vez darle el permiso para que acudiera al médico, a Jiménez Villa sólo le fue permitido regresar al cuartel en Chilpancingo, donde lo mantuvieron acuartelado y acostado en una litera.
Fue el sábado, cuando al ver lo grave de salud de Jiménez Villa, le permitieron acudir a su médico familiar en el ISSSTE en Acapulco, donde se informó que fue internado, pero ayer en la madrugada falleció, debido a las complicaciones de la diabetes que sufría y lo tardío de la atención médica, tras negársele el permiso para acudir al médico.
Ayer por la mañana, Jiménez Villa fue despedido por sus compañeros en el cuartel de la Policía del Estado en Acapulco ubicado a un costado del reclusorio, pero dicha despedida fue en plena calle de la colonia Libertadores, afuera del cuartel y no dentro de las instalaciones como comúnmente se realiza.
Se informó que a la despedida de cuerpo presente y último pase de lista de Jiménez Villa, acudieron unos 50 agentes policiacos, y no acudió su coordinador regional, el comandante Guatemala.
Se buscó al coordinador regional en Acapulco, el comandante Guatemala, pero se negó a contestar las llamadas y no permitió el acceso al cuartel policiaco.
En Acapulco, los agentes policiacos mostraron su indignación y mediante un mensaje enviado en una red social invitaron “a alzar la voz, no con marchas, ni paro, pero sí a exponer está situación, dejemos a un lado el miedo”, y “hoy fallece nuestro compañero por negligencia y abuso de autoridad de los diferentes mandos pues fue tarde la autorización de los jefes”.
Culparon a los jefes policiacos, Pedro Almazán y Tomás Hernández, así como al comandante Reynaldo Valente Guatemala de “tener que rogarles por un permiso para atender nuestra salud, se les olvida que tenemos familia y somos padres”.

Inconformidad en Zihuatanejo

Mientras que en Zihuatanejo, los agentes policiacos denunciaron que Jiménez Villa resultó lesionado en el choque que los uniformados tuvieron con estudiantes de la Normal de Ayotzinapa el martes 23 de septiembre cuando pretendían salir de Tixtla a Chilpancingo.
La molestia, se explicó, es porque sus jefes superiores, incluyendo el secretario de Seguridad Pública, Pedro Almazán Cervantes, minimizaron el deceso “como si hubiese muerto un perro”.
Los policías estatales asignados a Zihuatanejo dijeron que en este municipio “nos quedamos muy poquitos” porque la mayoría de sus compañeros recibieron la orden de trasladarse a Iguala para, en caso de necesitarse, contener a los manifestantes por el caso Aytozinapa.
Dijeron que todos los policías estatales, desde hace 20 días están acuartelados, no hemos tenido día de descanso porque así han sido las órdenes del secretario Pedro Almazán, a muchos de nuestros compañeros nos mandaron a enfrentarnos con los normalistas para que no salieran de Tixtla el martes pasado, otros están en Chilpancingo y así nos cargan”.
Uno de los uniformados dijo que en ese choque el martes, su compañero, el oficial Jesús Jiménez Villa, quien iba en el grupo de policías antimotines, resultó con lesiones a consecuencia de los golpes que recibió en la trifulca, y horas más tarde se sintió mal pues era diabético, pero no tuvo el permiso por parte de sus jefes inmediatos para que recibiera atención médica hasta que verdaderamente lo vieron mal de salud, e ingresó al Hospital del ISSSTE en Acapulco donde falleció este domingo por la madrugada.
“Hay mucha inconformidad, nos están mandando a golpear a los maestros, a los normalistas, tenemos 20 días sin salir de francos, nos obligan a vigilar entre los montes arriesgándonos a cualquier peligro, sin ningún refugio de la lluvia y encima de eso, no nos pagan nuestro bono de riesgo, ya nos dijeron que no hay franquicia para nadie y que así nos paremos de cabeza, no hay bono de riesgo”, dijo un policía que pidió omitir su nombre.
Uno de los policías comentó que lo que más les indigna es que, Jesús Jiménez, “fue despedido en plena calle, ningún jefe de Seguridad Pública tuvo la atención de estar presente, para ellos, su muerte fue como si se hubiera muerto un perro o cualquier animal”.

Anuncia la Segob un programa de atención a víctimas de Iguala elaborado con los expertos

Agencia Reforma

Ciudad de México

La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas y la Secretaría de Gobernación iniciaron un programa de reparación del daño a los afectados por los hechos ocurridos el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.
Mediante un comunicado conjunto denominaron a esta acción como una segunda fase de atención a víctimas, derivada de la reunión que sostuvieron los padres de los normalistas de Ayotzinapa con el presidente Enrique Peña.
“La segunda fase de atención a víctimas de Ayotzinapa iniciará a partir de un esquema de trabajo conjunto con el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes”, señala el boletín.
Con esta fase también se activa un nuevo plan de atención médica inmediata, según las demandas que los propios familiares plantearon en la reunión del pasado 24 de septiembre.
La reparación del daño comprende temas tangibles y no tangibles, y su monto depende del daño ocasionado, explicaron las dependencias.

Reconoce la ONU la importancia de las medidas anunciadas por Peña a los padres

El Sistema de Naciones Unidas en México reconoció la importancia de las medidas anunciadas por el presidente, Enrique Peña Nieto, tras la reunión que sostuvo el jueves con los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos hace un año.
En un comunicado de prensa, el organismo también hizo votos para que esas medidas coadyuven a lograr el total esclarecimiento de los hechos del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.
“La ONU en México comparte el mismo objetivo que el presidente de la República y su gobierno en el sentido de mantener el diálogo con las familias de las víctimas, encontrar la verdad de lo ocurrido para que se haga justicia y reparar a las víctimas”, se lee en el documento.
“Para la consecución de esa meta la ONU en México reitera su plena disponibilidad para seguir colaborando con el Estado mexicano”.
En el comunicado se recuerda que tras la reunión del jueves, el presidente declaró que el caso no está cerrado; la Procuraduría General de la República analizará de nuevo el basurero de Cocula, se creará la Fiscalía Especializada para la Búsqueda de Personas Desaparecidas y la Secretaría de Gobernación dará seguimiento a la atención de víctimas.
Ayer en la mañana, Peña Nieto participó en Nueva York, en el encuentro de líderes sobre igualdad de género, en la 70 Asamblea General de la ONU.

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