Sin permisos vigentes, la extracción de roca para las obras del Tren Maya acaba con el cerro de Balzapote (Veracruz)

En Los Tuxtlas, maquinaria pesada trabaja para extraer roca del cerro de Balzapote, con el fin de que sea triturada y sirva para las obras del Tren Maya. Los trabajos en esta región de Veracruz se realizan pese a que los permisos correspondientes no están vigentes.

Carlos Ramos, Mariana Beltrán y Paris Martinez / Animal Político

Una densa nube de polvo se cierne sobre la comunidad de Balzapote, en la reserva de la biósfera de Los Tuxtlas, Veracruz. Es la esencia de uno más de los cerros de la zona, que desaparece para ser triturado y transportado vía marítima hasta la ciudad portuaria de Progreso, en el estado de Yucatán, a 970 kilómetros de distancia, donde es transformado en rocas de no más de cuatro centímetros para dar soporte a los durmientes que cargarán el Tren Maya.

Tal como revelan registros oficiales, la extracción de la roca en esta reserva natural inició en abril de 2022 y se mantiene hasta la fecha sin permisos vigentes, y al amparo de autorizaciones que fueron canceladas en febrero, a raíz de una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

La población de esta comunidad, cuyo nombre se debe a los grandes árboles de zapote que habitan su territorio, apenas rebasa los 400 habitantes, según el Censo de Población y Vivienda 2020, y sus contadas casas están rodeadas de un paisaje montañoso y tupido de árboles, que pertenece a las 155 mil hectáreas de un área vital para la conservación del mono araña, el cacomixtle, la guacamaya y el loro cabeza amarilla, entre otras especies bajo alguna categoría de riesgo. Sobre su hábitat natural avanzan las obras irregulares de extracción.

El saqueo

Una banda arroja piedra triturada, mientras maquinaria pesada la recolecta al interior de la planta donde se extrae roca basáltica en Balzapote, Veracruz. FOTO: Félix Márquez

Balzapote ha sido el corazón de roca de varios megaproyectos en México y sobre sus cerros ausentes se soporta la construcción de la Terminal Marítima de Dos Bocas, en el estado de Tabasco; la ampliación del Puerto de Veracruz que, si bien no se realizó porque la SCJN ordenó su cancelación, tampoco impidió que la roca fuera explotada, y, recientemente, el Tren Maya, proyecto insignia de este sexenio.

En 2014, cuando el expresidente Enrique Peña Nieto buscó llevar a cabo la ampliación del Puerto de Veracruz, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) otorgó los permisos en materia de impacto ambiental, para que las tierras forestales del Ejido Balzapote fueran consideradas suelo para el “aprovechamiento y explotación de roca basáltica”.

El volumen de roca que se autorizó extraer en ese momento fue de 2 millones de metros cúbicos. Mientras que, para el Tren Maya, en sus tramos 3 y 4, el suministro requerido y abastecido por la Administración del Sistema Portuario Nacional Veracruz (Asipona) es de casi 1 millón 800 mil metros cúbicos, de acuerdo con Fonatur Tren Maya y Asipona.

Hoy, esos permisos, sin efectos a raíz de la sentencia de la SCJN, son exhibidos por la empresa extractora, Ingenieros Civiles Asociados (ICA), para continuar la explotación de la roca en Balzapote.

En 2021, la Administración Portuaria Integral de Veracruz, encargada de la ampliación del puerto, tramitó ante la Semarnat la cesión del permiso de explotación a la empresa Fancicom Proyectos y Cimentación, SA de CV.

Sin embargo, en el amparo 54/2021, resuelto en febrero de 2022 por la Primera Sala de la SCJN, se determinó que la Semarnat debía dejar sin vigencia los permisos que anteriormente se habían otorgado para la ampliación del Puerto de Veracruz, incluidos aquellos relacionados con la extracción de roca en Balzapote; por ejemplo, el registrado con clave 30VE2014FD006, cuya última prórroga autorizada lo mantendría vigente al 26 de julio de 2022, habría perdido su vigencia con el pronunciamiento de la Corte en virtud de sustentarse sobre un permiso nulo.

Desde que esta resolución judicial fue emitida, la Semarnat no ha reportado ningún nuevo permiso que avale las obras de extracción en Balzapote, tal como se desprende de la Gaceta Ecológica de este organismo, medio en el cual se publican los proyectos ingresados, evaluados y resueltos por la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental.

Escombros
Situado en la costa veracruzana, después de casi 40 kilómetros de camino desde su cabecera municipal, San Andrés Tuxtla, Balzapote nació como una colonia militar, con el reparto agrario impulsado por el gobierno de Lázaro Cárdenas, a finales de los años 30 del siglo pasado, pero las familias de soldados que recibieron estas tierras no las ocuparon y estuvieron abandonadas hasta que campesinos de pueblos vecinos levantaron en ellas sus casas, con paredes de ramas y techos de palma. Esto originó un conflicto por la tenencia de esas tierras que duró más de 30 años y culminó con la dotación de tierras a 63 familias en conflicto, bajo el régimen ejidal.

Se trata de una comunidad históricamente desatendida, sin señal telefónica, en la que 40% de la población no cuenta con cobertura médica, donde el grado de escolaridad máximo para la mitad de la población es sexto de primaria, únicamente dos de cada 10 personas mayores de edad tienen algún estudio posterior a la secundaria y solo cuatro de sus 117 familias poseen una computadora. Para la mayoría de los habitantes de Balzapote, no existen condiciones de desarrollo.

De las esas mismas 117 familias, solo 63 son ejidatarias. Pero ni siquiera las ganancias que le genera al ejido que los cerros enclavados en sus tierras sean explotados se distribuyen entre todos sus integrantes.

—¿Usted está de acuerdo con la extracción de la roca? —se consulta a un anciano ejidatario de Balzapote, en recorrido por el poblado.

—Pues no me queda otra, yo soy solito y la mayoría está de acuerdo, pues ya que tengo que hacer, a mí no me toman en cuenta para los acuerdos que toman con la compañía.

—¿Estaría de acuerdo con que se lleven la roca, siempre y cuando a usted le pagaran?

—Ah, cómo de que no. Pues sí, es que es algo de lana —dice, entusiasmado—. Cuando han repartido (beneficios) otras compañías, nada más ve usted bajar los carros llenos de colchones, camas, estufas, se reparte buen billete. La compañía da 50 o 100 mil pesos o más por piocha.

Décadas atrás, ese mismo anciano fue parte de una comisión del ejido, que acudió a la capital del país para solicitar la autorización de explotar uno de sus cerros. El permiso se obtuvo, recuerda, porque al funcionario encargado le pareció que lucían muy “pobres”. El permiso, sin embargo, no lo tramitaban para aprovechar directamente los recursos de sus tierras, sino para que una compañía privada pudiera hacerlo.

—¿Qué hubo? —narra el anciano—: hubo robo, muerte y dinero… nada. ICA ya estuvo aquí, explotó la mayor parte del cerro y hubo repartos, unos repartos muy buenos.

Al final, dice el hombre que ha sido testigo de la destrucción de Balzapote: “Todo esto era pura montaña, todo, la mayor parte, y ahorita es puro potrero y escombros”.

El costo

Un camión de volteo de la empresa ICA atraviesa la reserva de la biósfera de Los Tuxtlas cargado de roca extraída del cerro en Balzapote, Veracruz. FOTO: Félix Márquez

En la planta donde se tritura la roca en Balzapote, decenas de trabajadores sudan durante turnos de 12 horas. Varios aseguran que hay COVID-19 dentro de las instalaciones, pero ninguno descansa. Muelen la roca en grandes máquinas esperando no correr, en el puesto menos deseado, la misma suerte que su compañero que, ahora en su hogar y en el abandono que le procuran sus precarias condiciones laborales, espera recuperar la movilidad de su brazo.

En cambio, hay quienes dirigen retroexcavadoras y camiones de volteo que, al menos cada ocho minutos, salen de la zona de trabajo cargados de roca, para conducirla a escasos metros de distancia, a un banco de material en Balzapote, desde donde el material es trasladado a Yucatán por barco.

Aquí, en la planta, a los hombres que ocupan los cargos de mayor rango les llaman, indistintamente, “ingenieros”.

https://www.animalpolitico.com/2022/08/sin-permisos-vigentes-extraccion-roca-acaba-cerro-balzapote/