Familias buscan a obreros desaparecidos en Cancún (Quintana Roo)

Alejandro Castro, Adriana Varillas, Cecilia Suárez y Eric Galindo* / Proceso

Cada día, más de 35 mil obreros construyen nuevos resorts y hoteles de lujo en Cancún y su área conurbada de Isla Blanca -una de las zonas con mayor potencial turístico-, para satisfacer los estándares de turistas que visitan uno de los destinos más importantes de América Latina.

Movidos por la carencia económica y la esperanza de mejores condiciones de vida, hombres y, en menor proporción, mujeres, migran desde zonas marginadas del sureste de México para trabajar en la construcción de hoteles en Cancún y la Riviera Maya.

Pero el crimen organizado se ha infiltrado en esta potente industria, confirman testimonios de extrabajadores y reconocen autoridades de seguridad, turismo, trabajo y los propios representantes del sector hotelero, de acuerdo con una investigación realizada para Proceso en alianza con Connectas.

Trabajando entre los hampones, los obreros de la construcción son extorsionados con cuotas semanales por “derecho de piso”. Si no se “alinean”, son torturados o desaparecidos.

La Fiscalía General de Quintana Roo, de acuerdo con una respuesta oficial, cuenta con 18 carpetas de investigación abiertas por desaparición de personas relacionadas con la industria de la construcción. No obstante, el fiscal Oscar Montes de Oca Rosales ha sostenido públicamente que se investiga la desaparición de nueve obreros solamente.

El mismo número de casos está en la Comisión de Búsqueda del Estado de Quintana Roo, de acuerdo con su directora Luz Margarita González López.

Con condiciones económicas adversas, dificultades para viajar a Cancún a revisar sus expedientes, falta de conocimientos en materia jurídica y falta de acompañamiento, para las familias buscar a sus desaparecidos se ha convertido en una odisea.

De acuerdo con familiares entrevistados, en todos los casos las constructoras donde laboraban no han accedido a proporcionar información que ayude a dar con el paradero de los obreros, incluso en algunos casos se negó que se hayan presentado a laborar el día que fueron desaparecidos, relatan.

En noviembre de 2020, elementos de la unidad de Servicios Periciales de la FGE localizaron osamentas de cuatro personas en un lote contiguo al hotel Planet Hollywood. Hasta el momento solo se ha identificado y entregado a la familia los restos de William Ariel Llanes.

En diciembre de 2020, tras los hallazgos, el fiscal Montes de Oca Rosales se comprometió en una reunión pública a reunirse de manera frecuente con familiares de las víctimas para informar sobre avances en las investigaciones. A cuatro meses, ninguna reunión se ha concretado, aseguran las familias.

Ángel de la Cruz

Originario de Macuspana,Tabasco, Ángel de la Cruz tenía cuatro días trabajando en el hotel Planet Hollywood cuando fue torturado por primera vez, el sábado 18 de julio de 2020. Cuando su familia pudo contactar con él, ya por la noche, Ángel les pidió que le avisaran a su patrón, Manolo, que lo habían golpeado y lo tenían en un sitio recóndito del hotel, para que lo fuera a buscar.

Aunque la familia le dio aviso, Manolo se rehusó a ir. Cerca de la media noche, el padre de Ángel recibió una llamada de un número desconocido, era Ángel. Contó que lo habían golpeado y robado su pago semanal. Esa llamada fue la última que su familia tuvo con él. El 21 de julio dos sujetos encapuchados lo sustrajeron de su lugar de trabajo, según pudo averiguar su padre.

“Empezamos a investigar por qué y nos dijeron que era porque debía derecho de piso su patrón y tenía que pagarlo”, narró su papá. Días después un sujeto desconocido que se identificó como “el comandante negro” le llamó. Le aseguró que Ángel había sido dejado “de aval” por el derecho de piso que no había pagado el contratista, Manolo.

En diciembre de 2020, personal de la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo se comunicó con la familia para informar que había posibilidades de que una de las osamentas encontradas en un lote contiguo al Planet Hollywood fuera la de Ángel.

“Que según tenía todos los rasgos de mi hijo. Yo le dije, ‘cómo van a saber que es mi hijo si yo no he dejado ningún ADN”, comentó su padre. Cuando acudió a la Fiscalía le comentaron que los resultados de los exámenes de ADN estarían listos en cuestión de horas y podrían iniciar los trámites para el traslado del cuerpo. También le sugirieron no hablar con otros familiares de desaparecidos.

La familia solicitó a la FGE llevar a cabo exámenes más minuciosos para corroborar la identidad del cuerpo. Desde entonces no han vuelto a comunicarse, afirman.

Jesús Moisés Gómez

Nativo de Valladolid, Yucatán, Jesús Moises Gómez terminó la secundaria y se trasladó a Cancún con su padre para emplearse como ayudante de electricista en las obras de construcción. Tenía cinco meses trabajando en el hotel Catalonia cuando fue desaparecido el 10 de enero de 2020.

Ese día salió temprano a trabajar y no llegó a dormir al lugar donde rentaba con su padre. Al día siguiente, la familia inició la búsqueda e intentó contactar con sus compañeros de trabajo, tanto en la calle como en las redes sociales.

A través de Facebook varias personas respondieron a las publicaciones de búsqueda por mensajes privados. Le contaron que él se presentó a trabajar ese viernes y, al mediodía, dos hombres encapuchados se lo llevaron. Le dijeron frente a los demás “que no le iba a pasar nada”. Desde entonces no se sabe de él.

“Lo bajaron al sótano y pensaron que solo le iban a dar unos tablazos, pero ya no salió del sótano”, contó el hermano de Moisés, de acuerdo con la información proporcionada por otros empleados.

Su jefe directo, cuando pudieron contactarlo, negó a los familiares que se hubiese presentado a trabajar.

La familia de Moises reprocha la actuación de la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo (FGE), pues aseguran que no se han hechos las diligencias mínimas para dar con su paradero, como la revisión de la última ubicación de su celular o de las cámaras de seguridad.

En una primera denuncia interpuesta la familia describió a la Fiscalía el lugar y fecha de donde fue desaparecido. Pero al revisar el expediente, se dieron cuenta que el nombre del hotel Catalonia fue suprimido, sin aparente razón. Eso les obligó a presentar una segunda denuncia. Hasta el momento desconocen su paradero y la identidad de los posibles responsables.

William Ariel Llanes

Originario de Cancún, William Ariel Llanes trabajaba como pulidor de pisos en la Zona Hotelera de este destino turístico. Con la llegada de la pandemia del coronavirus, la explotación laboral incrementó y se vio obligado a buscar empleo en otra parte, relata su madre. Fue así que, por invitación de un conocido, llegó a las obras del hotel Planet Hollywood como ayudante de tablarroca.

Tenía una semana trabajando cuando fue desaparecido, el 15 de septiembre de 2020. A su esposa le avisaron a las 11:00 horas que William no se había presentado a trabajar.

Acudieron a las cárceles y hospitales locales, pero no estaba. Un rumor de que William se encontraba en el Centro de Reinserción Social de Cancún levantó la esperanza de encontrarlo con vida, pero se trató de una confusión.

El 21 de noviembre de 2020 elementos de la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo y la Guardia Nacional realizaron un operativo en las inmediaciones del hotel Planet Hollywood, en Isla Blanca, un día después de la detención de tres sujetos vinculados a crímenes dentro de las obras de construcción. Ahí se hallaron más de 100 fragmentos óseos.

Siete días después, el 28 de noviembre, la FGE llevó a cabo un segundo operativo, en el que localizó más osamentas. Días después, Óscar Montes de Oca Rosales, titular de la Fiscalía, informó a la madre de William que algunos de los restos encontrados correspondían al cuerpo de su hijo, identificado principalmente por la forma particular de un colmillo. El anuncio se dio en una reunión pública con familiares de víctimas y con presencia de la prensa. Ante el impacto de la noticia, la madre salió corriendo del edificio envuelta en llanto, sin ningún familiar cerca.

Aunque la constructora negó que William se hubiese presentado a laborar, sus restos fueron ubicados en las cercanías del hotel junto con otras osamentas. “Él no sabía el riesgo que corría al ir a ese hotel. Yo había escuchado comentarios, pero jamás me imaginé que a mi hijo le iba a pasar eso, que ya no iba a regresar a su casa con su familia”, describe la madre.

Rubiel Robles

Nativo de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, Rubiel Robles desapareció el 2 de agosto en la zona de Puerto Aventuras, en la Riviera Maya. Trabajaba en una construcción cerca de Chemuyil. Sin embargo, meses atrás laboró en el hotel Planet Hollywood. Ahí lo obligaban a adquirir drogas, sin importar si las consumía o las vendía, semanalmente las tenía que pagar, llegó a contar a su padre vía telefónica. “Los desaparecían al que no entregaba el dinero”, narró el papá, de Rubiel. “Todos están coludidos, los del hotel, los de seguridad”.

En este hotel, ubicado en Isla Blanca, Rubiel laboró por dos años, pero el problema vino cuando abandonó la construcción y se fue a otra parte. Había contado a su familia que tenía planes de regresar a Chiapas, por la misma situación de inseguridad. Todos los días hablaban con él vía telefónica y les expresó miedo. Sin embargo, también les contaba que no le hacían nada porque su patrón lo protegía.

Del patrón, a quien identifican solo como “Pedro”, no han sabido nada. Rubiel era su empleado de confianza. El padre sospecha de su entonces pareja, quien lo llevó a trabajar al hotel. Ella, presuntamente, tiene nexos familiares con personas dedicadas a la extorsión y tráfico de drogas dentro de las obras.

Cuando la familia de Rubiel se enteró de la desaparición acudió a las oficinas de la Fiscalía de Tulum, la cabecera municipal más cercana de donde fue visto por última vez, para interponer una denuncia. Frente al padre de Rubiel, elementos de la policía ministerial le señalaron un altero de documentos, supuestamente con 150 investigaciones. “Nos dijeron que no podían investigar porque solo eran seis patrullas y que no podían investigar hasta que tuvieran recursos para la gasolina”, describió.

Quedaron de comunicarse con él vía telefónica, cuando hubiese condiciones para investigar. Seis meses después no ha llegado esa llamada, por lo que la familia ha decidido emprender una búsqueda por cuenta propia, sin las autoridades.

Carlos Alfredo de la Cruz

Originario de Villahermosa Tabasco, Carlos Alfredo de la Cruz trabajaba en las obras del residencial Puerto Cancún, pero dejó de percibir su salario completo, por lo que junto con sus compañeros decidió hacer una protesta el viernes 26 de junio de 2020.

Un día después les pagaron los salarios atrasados y el lunes siguiente comenzó a trabajar en otra obra, el hotel Planet Hollywood. Estuvo algunos días en capacitación y se incorporó a trabajar el día jueves de esa semana. Pero un día después, el viernes 2 de julio, fue desaparecido.

Por la noche su familia intentó comunicarse con él, pero no fue posible. Tras una espera de más de 48 horas presentaron la denuncia formal ante la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo (FGE). Hilda C, hermana de Carlos, entrevistada a finales de enero de 2021, manifestó sus sospechas de que se haya tratado de una represalia por la protesta en Puerto Cancún.

La familia se apersonó en varias ocasiones al hotel e, incluso, presenció el hallazgo de osamentas en las inmediaciones del Planet Hollywood. Desde su desaparición, Hilda C inició un movimiento en redes sociales por los desaparecidos en este hotel y articuló un grupo de contacto con familiares de otras víctimas.

Asimismo, fue la cara más visible entre las familias de desaparecidos en varias protestas realizadas, tanto en las inmediaciones del Planet Hollywood como en las oficinas de la FGE en Cancún.

El pasado 27 de febrero, la FGE informó a través de un comunicado que Hilda fue detenida junto con otras cuatro personas, acusada de secuestro y asesinato. De acuerdo con el boletín de la Fiscalía, las personas privadas de la libertad (madre e hijo) acudieron a una cita con quienes se hicieron pasar como interesados en comprarles una camioneta. Sin embargo, los privaron de la libertad y los llevaron a una casa de seguridad, donde los mantuvieron cautivos y a uno de ellos le quitaron la vida. Asimismo, la FGE informó que lograron la captura luego de que los inculpados intentaron huir.

Otras versiones del caso han surgido. El 25 de febrero por la noche, día de la detención, Hilda dio una entrevista al medio digital Descontento Ciudadano. Frente a sus cámaras, denunció que policías irrumpieron en su domicilio, rompieron candados, se llevaron a su hermano y robaron dos celulares. Hasta el momento se desconoce si ella fue arrestada horas más tarde.

Familiares de las otras víctimas han señalado que podría tratarse de una represalia por su activismo. La FGE no ha dado mayor información sobre el caso desde entonces.
*Esta investigación fue realizada para Proceso y Connectas con el apoyo del International Center for Journalists (ICFJ) dentro de la iniciativa para el Periodismo de Investigación de las Américas.

https://www.proceso.com.mx/nacional/2021/3/30/familias-buscan-obreros-desaparecidos-en-cancun-261067.html