Escuelas deplorables en Tijuana: con letrinas y aulas de madera (Baja California)


Fotos: Alejandro Gutiérrez

Isabel Mercado

Planteles con una infraestructura precaria, principalmente edificados con la propia mano de padres de familia que se cansaron de esperar que el gobierno hiciera accesible la educación a sus hijos, siguen con letrinas y aulas provisionales de madera aunque el Sistema Educativo Estatal ha prometido regularizarlos

Los retazos de madera fueron insuficientes para cubrir las cuatro paredes del improvisado salón de clases, en cuyos huecos se asoman los rayos del sol.

El reducido aposento apenas permite el paso de los alumnos entre los treinta mesabancos reconstruidos con desechos de pupitres. Este mobiliario es superado por el número de alumnos que alberga esta aula destinada al quinto grado de la escuela primaria Margarita Morán.

Los estudiantes que no alcanzan una silla toman sus clases de pie durante las cuatro horas que dura la actividad escolar. Sin piso firme no hay opción donde sentarse, mucho menos en días de lluvia en que el agua corre y la tierra se vuelve lodo.

El estado precario de esta aula es el mismo que guardan los otros cinco salones restantes que conforman el plantel, ubicado en la colonia Granjas División del Norte, al norte de Tijuana, en donde toman clases 214 alumnos.

La mayoría de los espacios educativos “provisionales” operan desde hace 6 años

La escuela fue impulsada hace seis años por los propios padres de familia, al no contar con un plantel educativo de fácil acceso para sus hijos.

Desde entonces se han ocupado en buscar ayuda de grupos sociales y religiosos, tanto de México como de Estados Unidos, que les han apoyado con material, principalmente madera, para aumentar el número de aulas conforme crece la demanda educativa.

Ya operando, el gobierno del Estado se vio obligado a contratar a los docentes que atienden el plantel, pero como interinos, comprometiéndose a pagarles por semestre, no por catorcena. Ni así ha cumplido con el contrato ya que el segundo semestre del ciclo escolar 2017-2018, el cual venció en junio, no les ha sido pagado a los siete profesores que ahí laboran.

La escuela Margarita Morán está asentada en un terreno irregular que, además de tener propietario, no reúne las condiciones ni las dimensiones establecidas en la normatividad para ahí edificar un plantel.

Ese ha sido el argumento de las autoridades del Sistema Educativo Estatal (SEE) para no apoyar a la institución educativa con infraestructura adecuada, el mismo que utilizan para justificar la inacción en mejoras en al menos seis planteles más que registran escenarios similares al de la primaria Margarita Morán.

Al año de operar este plantel, la dependencia sólo proporcionó dos aulas móviles cuyo techo, piso y paredes el paso de un quinquenio ha derruido.

También dotó de letrinas móviles, que ha mantenido durante este periodo, por las que paga a renta y limpieza, “aunque su aseo está contratado para realizarse dos días por semana, no siempre se cumple, lo que genera un foco de infección para los alumnos”, compartió a ZETA la directora Michel Narváez.

El limitado predio impide a los alumnos contar con un patio donde jugar, mucho menos tener canchas en donde realizar una actividad deportiva. A la hora del recreo la única opción para sosegar la inquietud infantil, propia de la edad, es la calle; los maestros se turnan para vigilar a los niños, mientras éstos retozan en la no menos rústica vialidad de terracería, sorteando baches y charcos de aguas residuales que salen de las viviendas aledañas que carecen de drenaje sanitario y pluvial.

Después de seis años, a mediados de 2018 el gobierno del estado anunció la donación de un predio para reubicar el plantel a un terreno regular; después de la presión pública por parte de personal educativo del plantel. El titular del departamento de Infraestructura Educativa del SEE, José Luis Estrada, dio a conocer que en el presupuesto de infraestructura educativa que se proyecta para 2019 se encuentra etiquetada la primaria Margarita Morán con un presupuesto de 6.2 millones de pesos. “Seis aulas, un módulo sanitario y dirección serán construidos”, garantizó.

DEFICIENTES CONDICIONES VULNERAN DERECHO HUMANOS

Autoridades educativas de Baja California informaron que actualmente en Baja California se encuentran instaladas 139 aulas provisionales, en diferentes planteles educativos cuya cantidad no se precisó.

A través del Sistema Educativo Estatal (SEE) se aclaró que al inicio de la administración operaban 427, cantidad que se ha disminuido con obras de infraestructura.

Respecto al número de planteles que carecen de módulos sanitarios fijos, se indicó que sólo son cuatro escuelas, tres de Tijuana y una de Ensenada. Pero el dato es impreciso, en un recorrido efectuado por este semanario se pudo constatar que al menos cuatro planteles de Tijuana –en uno se ubican tres escuelas de tres distintos niveles académicos– tienen letrinas móviles y dos más funcionan con baños provisionales. En ellos la cantidad de alumnos es de alrededor cuatro mil alumnos.

Estas condiciones precarias ya han sido documentadas por la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Baja California (CEDHBC), instancia que durante 2018 ha recibido “siete quejas por condiciones deficientes de higiene o seguridad en escuelas públicas; de estas quejas, tres corresponden al municipio de Tijuana, tres a Mexicali y una a Ensenada, siendo el Sistema Educativo Estatal (SEE) la autoridad señalada”.

El organismo representado por Melba Olvera expuso que los principales derechos humanos presuntamente vulnerados son: derecho a la educación, derecho al trato digno, derecho a la seguridad jurídica y el derecho a la igualdad.

Mientras que los principales hechos violatorios son: “prestar indebidamente el servicio de educación, privar a un menor de cuidados continuos, acciones y omisiones contrarias al derecho a la educación y faltar a la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficacia en el desempeño de las funciones, empleos, cargos o comisiones”.

OTROS CASOS DE MARGINACIÓN

A mes y medio de iniciado el ciclo escolar 2018-2019, 250 alumnos, de los 789 registrados en la matrícula de la escuela primaria Citlalmina, ubicada en Ojo de Agua, no han recibido el paquete de libros oficial.

“Por medio de oficio se ha solicitado en varias ocasiones al Sistema Educativo cubrir el faltante, pero no lo mandan”, informó Catalina Vizcarra Pineda, directora de la institución educativa.

El plantel, también asentado en terreno irregular desde hace seis años, inició con seis grupos, pero la demanda ha obligado su crecimiento a 24, aunque para ello se han tenido que improvisar más aulas, como las dos últimas en donde se albergan los grupos de tercero B y sexto.

En la mayoría de los salones se observan improvisadas conexiones eléctricas que los padres han colocado. Los segmentos marcados en piso, banquetas y patio escolar describen su construcción discontinua realizada “como vamos pudiendo”, agrega la directora.

A un costado de este plantel se ubica el preescolar In Xóchitl In Cuicatl, también fundado hace seis años por Antorcha Campesina el cual cuenta con 200 alumnos divididos en seis grupos.

Después de varios años de operar con letrinas móviles, hace un par de años el Sistema Educativo dotó a ambas instituciones educativas con baños provisionales.

Instaladas desde hace tres años, la infraestructura provisional que ocupa la Secundaria General número 35 Tlacaélel funciona como primaria por la mañana, brindando atención a 743 menores de edad agrupados en 24 salones. En el turno vespertino las aulas se dividen para albergar a 350 estudiantes en 12 grupos de nivel medio básico y a 250 alumnos de medio superior fraccionados en 7 grupos.

A pesar de su amplia población escolar las autoridades sólo la han provisto con 12 letrinas móviles “que son insuficientes”, indicó la orientadora escolar, Ana Laura Lizárraga Vázquez.

Este año el gobierno federal a través de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) la dotó de un comedor que a la fecha se mantiene cerrado porque la dependencia federal no ha enviado el recurso económico necesario para que funcione.

La Telesecundaria 117, ubicada en la colonia Valle Imperial, al Este de Tijuana, es otro ejemplo de escuelas con infraestructura deplorable a pesar de contar seis años de fundada.

250 alumnos conforman su matrícula dividida en cinco grupos, algunos sin maestro desde el inicio del ciclo escolar 2018-2019, como es el caso del grupo de primero B.

La delegado del Sistema Educativo Estatal (SEE) en Tijuana, Andrea Ruiz Galán, informó en conferencia de prensa que el miércoles 26 de septiembre se seleccionaría, en coordinación con los padres de familia, una de las dos opciones de terreno que se tenían para edificar el plantel.

Una vez definido el predio, de inmediato serían reubicadas las aulas móviles que tiene actualmente la escuela y se añadiría un aula provisional para el grupo que carece de salón, “pero que ya tiene maestro asignado” dijo.

No obstante, después de la reunión con los padres de familia, lo único acordado fue la instalación del salón provisional en el terreno irregular en el que se asienta actualmente el plantel que también opera con letrinas móviles.

Erigida en la colonia Los Girasoles, frente al ejido Ojo de Agua, hace nueve años atiende a cientos de niños la escuela primaria Calpulli; actualmente cuenta con dos turnos.

Desde entonces y hasta la fecha, la ayuda oficial ha sido proporcionar letrinas móviles y el pago de la plantilla de personal docente y administrativo, el cual se entrega en forma irregular. Muestra de ello es que en todos los ejemplos citados durante lo que va de 2018 no se les ha cubierto la nómina.

La justificación de las autoridades educativas para no mejorar las condiciones de infraestructura todos estos planteles es la misma: se encuentra asentado predios irregulares.

http://zetatijuana.com/2018/10/escuelas-deplorables-en-tijuana-con-letrinas-y-aulas-de-madera/