La Sierra de Puebla se une contra la minera canadiense Almaden Minerals
Aranzazú Ayala Martínez / Lado B
Los habitantes del municipio de Ixtacamaxtitlán, en la Sierra de Puebla, llevan casi cinco años en oposición a que la empresa canadiense Almaden Minerals, a través de su filial Minera Gorrión, explote una mina de oro a cielo abierto en su territorio.
Las autoridades municipales han desestimado esta resistencia aduciendo que son pocas las personas que se oponen al proyecto, lo cierto es que la propia geografía de la zona impide que la dimensión de la protesta se visibilice, hasta este sábado 17 de marzo gracias a la Caravana por la Vida en la Sierra Norte de Puebla.
Alrededor de 350 personas de Ixtacamaxtitlán, Zautla, Ocotepec, Xochiapulco, Tetela de Ocampo, Cuetzalan, Aquixtla, Puebla, Libres, Ciudad de México y Baja California se reunieron antes de mediodía en el centro de la comunidad de Santa María Zotoltepec, a quince minutos de San Francisco, la cabecera municipal.
En la localidad de Santa María están las oficinas de la minera, cuyos trabajadores han emprendido desde hace un par de años un proceso de convencimiento con acciones que van desde pintar la escuela hasta regalar viajes a la Ciudad de México, Puebla y Tlaxcala a familias enteras.
Durante la primera concentración en las canchas deportivas de Santa María, Francisca Zamora, integrante de la resistencia contra la minera, dijo que en Ixtacamaxtitlán está el origen del Río Apulco, y si se contamina arrastrará los elementos tóxicos a lo largo de todo el recorrido hacia la parte baja del cauce, afectando decenas de municipios.
La organización PODER, que ha acompañado el caso durante varios años, ha señalado que la mina afectaría directamente el suministro de agua de poco más de 1600 habitantes en las localidades de impacto directo del proyecto.
La mina a cielo abierto contempla la apertura de un tajo de más de mil metros de diámetro, que equivale a 140 canchas de futbol. PODER también denunció que los propios estudios técnicos que presentó Almaden Minerals dicen que si se inicia la fase de explotación hay una fuerte posibilidad de contaminación del agua por el drenaje ácido y los químicos que se utilizan en el proceso de separación del metal de la roca.
Después de la concentración en Santa María, la caravana se dirigió al zócalo de San Francisco a un evento que duró cerca de tres horas. En la concentración, más de una decena de personas de varios municipios y comunidades compartieron experiencias y denuncias acerca de la lucha contra la minería.
A la caravana se sumaron representantes de la lucha de Mexicali, Baja California, donde la sociedad se está oponiendo al proyecto Constellation Brands, que busca dar el agua del Valle de Mexicali a una empresa cervecera.
En la concentración también estuvieron presentes la Unión de Ejidos y Comunidades, el Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (IMDEC), el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural (CESDER) y PODER.
Al tomar la palabra los representantes de Cuetzalan dijeron que este proyecto es parte de una amenaza a toda la Sierra de Puebla, que llega hasta la zona baja del colindante estado de Veracruz y los municipios fronterizos de Puebla, donde ya hay proyectos de fracking.
Alejandro Marreros Lobato, parte de la defensa del territorio serrano, dijo que la principal exigencia de la caravana es la aclaración del estatus de los trámites de cambio de uso de suelo, y la demanda de que estos permisos no se otorguen para evitar la explotación del territorio.
Los defensores y defensoras extendieron la invitación al presidente municipal Eleazar Hernández Arroyo, quien no llegó al evento, y con quien LADO B intentó comunicarse sin éxito, dado que los teléfonos de la presidencia de Ixtacamaxtitlán y del Secretario Particular del Ayuntamiento están fuera de servicio.