A 18 años de la desaparición de joven en Cd. Juárez, madre realiza las investigaciones que corresponde a las autoridades

En los últimas dos décadas han sido víctimas de feminicidio cerca de un millar de mujeres y más de cien han desaparecido en todo el estado de Chihuahua.

Aun cuando diversas organizaciones de derechos humanos y comités de búsqueda han solicitado que se realicen investigaciones que incluyan a policías y funcionarios estatales, esto sigue siendo un imposible. En el 2006 la Corte Interamericana de Derechos Humanos aceptó el caso de desaparición forzada de Silvia Arce y actualmente se encuentra en etapa de discusión.

Silvia vivía en Ciudad Juárez, Chihuahua, con 29 años de edad era madre de tres niños; Luz Esmeralda de 11 años, Ángel Octavio de nueve y Esteban de cuatro, derivada de la relación problemática con su pareja y padre de los menores se mudó de casa.

Ella trabajaba como mesera en el bar “El Pachangas”, para poder mantener a su familia, puesto que era la única que mantenía a sus hijos. La madrugada del 13 de marzo de 1998, antes que Ciudad Juárez se colocara frente a los ojos del mundo como una de las ciudades más peligrosas del mundo para las mujeres, Silvia y su amiga Griselda salieron del bar, después del final de su jornada, se subieron con unos sujetos en un automóvil modelo Cavalier de color blanco y nunca más las volvieron a ver.

Siendo un caso “con 18 años de sucedido”, la autoridades lo han mantenido estancado y con el paso de los años, se le resta importancia, sumando a esto las deficiencias que hoy tiene la mayor de las consecuencias: que ni la madre de Silvia, ni sus hijos sepan dónde está ella.

Su madre, Evangelina Arce, sigue buscando a Silvia, siempre lleva en el cuello la foto de su hija, porque tiene la esperanza que alguien le diga dónde está. Como en la mayoría de los casos de desaparición, ha sido ella quien ha hecho la investigación exhaustiva que le corresponde a las autoridades, “quienes no han mostrado interés en buscar y castigar a los culpables, tampoco a Silvia ni los cientos de mujeres asesinadas y desaparecidas en Ciudad Juárez”, informa la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH).

“La desaparición de Silvia Arce ocurre en un contexto de violencia feminicida que golpeó a Ciudad Juárez, lo cual posteriormente derivó en los famosos casos de feminicidio como el del Campo algodonero.

El de la joven, es uno de estos casos que se vio afectada su resolución en consecuencia de la negligencia de las autoridades investigadoras en el estado de Chihuahua y de la pérdida información sustancial para llegar a la verdad de los hechos”, asegura a Revolución TRESPUNTOCERO la abogada Nancy López, directora del área de defensa de la CMDPDH.

La experta explica que, dicho caso de desaparición es complejo, porque para determinar la verdad tenían que agotar todas las líneas de investigación, puntualmente de las actividades criminales que estaban sucediendo en ese momento en Ciudad Juárez, es decir, tema el de trata de personas, feminicidios y temas relacionados con la delincuencia organizada que operaba en esa zona y en esa fecha.

Sin embargo esto no sucedió, como tampoco la investigación de los hombres que esa noche se fueron con las jóvenes. “Es una investigación que si bien es compleja, tendría que haberse nutrido con mejores y más herramientas en lugar de descalificar de entrada el caso, así como descalificar a la víctima, en este caso a Silvia, solamente porque trabajaba en un bar.
Así fue como se desestimó que su desaparición fuera importante, porque ella trabajaba en un centro nocturno, es un caso en donde los estereotipos, la falta de perspectiva de género y el machismo imperante en los operadores de justicia, impactó en que no se investigara oportunamente la desaparición”, afirma López.

Menciona que, actualmente el tema de desapariciones sigue siendo complejo porque las herramientas de búsqueda, como los protocolos, no se aplican de manera inmediata, pese a que ya hay más entendimiento sobre qué hacer en caso de desaparición, “en 1998 no existían esas herramientas y aunque hubiera existido, ahora sabemos que estaban en un contexto donde muy difícilmente hubieran hecho algo las autoridades, porque existían con mayor profundidad prejuicios y estereotipos machistas”, añade la especialista.

Quien menciona que esto impactó para que en el caso no se investigara la probable responsabilidad de la ex pareja, tampoco las actividades delincuenciales que aparentemente se estaban cometiendo en ese momento, donde incluso participaban integrantes de la policía que vigilaba el perímetro en Ciudad Juárez y mucho menos las pistas de los hombres que se las llevaron.

Es por ello que existen varias líneas de investigación que se han quedado pendientes y que parece no se agotarán, a casi 20 años la investigación es aún más difícil, así como poder determinar el paradero de Silvia, por el tiempo transcurrido y “porque las evidencias obviamente en temas de desaparición se van esfumando con el transcurso de los años.

Además, en el momento de su desaparición no existían las famosas bases de datos para la identificación de restos de personas no identificadas, sin embargo la familia ya aportó las muestras genéticas para que puedan ser comparadas, pero será con base en los restos que ya han encontrados.

Pero, qué pasa con todos esos restos que fueron encontrados partir de 1998 y a los cuales no se les hizo este ejercicio de identificación porque no existían ese momento las herramientas para hacerlo”, cuestiona López.

Por ahora, sigue sin existir justicia para el caso de Silvia, “no sabemos quién es el responsable de su desaparición, tampoco sabemos por qué desapareció y claramente sin estos componentes no puede existir un tipo de reparación del daño. Hoy los hijos de Silvia siguen sin saber dónde está su madre, la madre de ella mantiene una búsqueda incansable para localizar su hija.

Silvia sigue desaparecida, por lo tanto le siguen negando todo sus derechos, porque esa es una de las consecuencias de desaparecer, negar todos los derechos de la persona” menciona López, quien también comenta que el caso tiene un informe de admisibilidad en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Pero, pese a que existe un informe en el que la Comisión señala que es competente conocer del caso, lo cierto es que ninguna de las autoridades de Chihuahua ha hecho algo por revertir los errores y los obstáculos que ha impedido una mejor investigación.

“En un país donde la impunidad es la regla y no la excepción y que además la desaparición de Silvia se suma a los 26 mil casos que existen actualmente en México, realmente es preocupante que no exista ningún tipo de resultados.

Si ya de por sí un caso reciente de desaparición forzada es difícil que las autoridades lo investiguen a profundidad, un caso de tantos años lo es más. A esto se suma la negligencia de la autoridad, lo que hace es complicar aún más las cosas, así es como permite el desvanecimiento de evidencias, que sin duda son fundamentales para llegar a la verdad de lo ocurrido”, añade Nancy López.

Por lo cual afirma que en definitiva, Ciudad Juárez ejemplifica perfectamente lo que ocurre en México, donde hay inversión en las estructuras físicas y materiales de las instituciones, pero esto no ha dado resultados en profesionalizar y hacer más sensibles los procesos de búsqueda y principalmente con desapariciones de mujeres”.

Así es como, agrega, se observa un estado en el cual se ha invertido mucho en el tema de mejorar las estructuras de los operadores de justicia, pero también “vemos que es un estado que ejemplifica perfectamente el mayor problema de México; se puede fortalecer las instituciones, tener más dinero en ellas, pero los problemas fundamentales son de investigación y en esto no han desarrollado las capacidades en los operadores de justicia para poder actuar rápidamente ante un caso de desaparición.

Todavía hace falta personas mayormente capacitadas para poder actuar de manera profesional, rápida, con perspectiva de género en casos de desaparición y desaparición forzada”, puntualiza.

Según información del estudio Violencia feminicida, desaparición y violación de derechos humanos en Ciudad Juárez, en dicha ciudad han aumentado más de 200% las desapariciones de mujeres y niñas, esto durante el mandato del gobernador César Duarte.

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