Voces de la desaparición en Tamaulipas

Por Cristian Leyva y Heriberto Paredes

El supuesto secuestro del que fue víctima el reconocido futbolista Alan Pulido, no es más que una burla. Una farsa para burlarse de todas las familias que buscan a sus familiares desaparecidos. Particularmente, el mensaje para la población de Tamaulipas es muy claro: si no se es alguien con fama y fortuna, la procuración de justicia no existe; si no se tiene a los medios encima, las leyes no se aceleran, las respuestas del gobierno del Estado nunca llegan; si no se es un futbolista millonario, el gobernador no atenderá la denuncia.

Sin embargo, en el caso de Pulido, de inmediato Egidio Torre Cantú –gobernador de Tamaulipas– se puso en contacto con la familia, hizo las declaraciones típicas para estas ocasiones: «haremos todo lo que esté en nuestras manos para localizarlo». E instruyó a Ismael Quintanilla Acosta, procurador de justicia estatal para que se realizaran operativos y búsquedas. ¿Cuándo se han tomado acciones similares para otros casos de secuestro y desaparición? ¿es que acaso los demás habitantes de Tamaulipas –por no decir de todo el país– no merecen un trato expedito en la procuración de justicia?

En contraste con este caso de famoso secuestro, presentamos tres historias de desaparición, tres historias duras, en las que ningún medio de comunicación intervino hasta ahora, en las que los procesos jurídicos son largos y tediosos, aumentan el dolor y la incertidumebre, pero sobre todo, demuestran que el sistema de justicia protege a los que sí cuentan con dinero, no a los que no cuentan con los recursos económicos que esto demanda. En las palabras de cada una de las personas están expresadas las contradicciones, tan evidentes y burdas, que la rabia se intensifica.

El noreste mexicano (Nuevo León, Tamaulipas y Cohahuila) pasa actualmente por una reconfiguración de los grupos criminales que han asolado esta zona desde ha ya varias décadas. El surgimiento de la escición conocida como Zetas Vieja Escuela y del Cártel de Noreste y su consolidación dentro del contexto criminal significa la existencia de nuevas alianzas entre éstos y distintas partes de la estructura de gobierno. La necropolítica ha generado que los únicos cambios existentes sean los movimientos que organizaciones criminales llevan a cabo junto con sus contrapartes funcionarios públicos. El escándalo que significó el presunto secuestro del futbolista es tan sólo un señuelo, un mensaje, algo que, como documentó el semanario Proceso, leyeron los Zetas Vieja Escuela: «Ustedes putos Estatales que sepan todos que ayer en el secuestro del futbolista le cubrieron la retirada al Tiki Tiki». sin mencionar que el próximo domingo 5 de junio se celebrarán elecciones estatales.

Tras la detención de Miguel Ángel Treviño, el pasado 15 de julio de 2013, uno de sus sobrinos, identificado como Juan Francisco Treviño, «Kiko Treviño», se convierte en una figura clave para entender los movimientos, las fracturas y las peleas que se desatan entre los distintos grupos criminales. El noreste vuelve a vivir una escalada en los niveles de violencia, particularmente en tres aspectos: la presencia reforzada de la policía militar en las calles, el aumento de las desapariciones en los tres estados que componen la región y las agresiones a la prensa escrita y de medios digitales.

El pacto entre los cuerpos de seguridad del Estado y las fuerzas criminales ha llegado a niveles de fusión, fenómeno que se ha dado en otros estados como Guerrero y Michoacán. En el caso del noreste, tanto policía militar como policía estatal y policía ministerial han sido piezas clave en un gran número de casos denunciados, en donde son estos cuerpos los responsables de la desaparición o del encubrimiento. Son los testimonios que presentamos, voces que explican la situación que se vive en Tamaulipas, sin embargo, que queden estos análisis como parte de las investigaciones que han de continuarse en otras partes del país.

Ya lo diría el EZLN en su más reciente comunicado, las palabras adecuadas para carcterizar al PRI en Tamaulipas y que esto nos ayude a comprender porqué un supuestro secuestro de alguien famoso sí es importante y las miles de denuncias sobre desaparición simplemente no son escuchadas o son relegadas a la burocracia ministerial: «el PRI es el brazo institucional del crimen organizado».

Les invitamos a escuchar atentamente las tres historias que presentamos en esta publicación. Las tres muestran rostros del horror que se vive en Tamaulipas y que se ha repetido en muchas geografías mexicanas. A petición de las personas entrevistadas hemos omitido sus nombres y sus lugares de origen, ya que temen que además de entorpecer sus lentos procesos de búsqueda sean víctimas de represalias.

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