En 4 meses desaparecen 10 hectáreas de la Reserva de la Monarca en Michoacán

Rodrigo Caballero

Morelia, Michoacán. Entre los meses de mayo y agosto de 2015, tanto el Gobierno del Estado de Michoacán como el Gobierno Federal, ignoraron las advertencias de los ejidatarios sobre tala clandestina dentro del Santuario de Sierra Chincua, ubicado en el municipio de Senguio.

Activistas, ejidatarios e investigadores -nacionales e internacionales- alertaron a la directora de la Reserva de la Biósfera de la Mariposa Monarca, Gloria Tavera Alonso, sobre la situación desde mediados de mayo y ésta no hizo nada por remediarlo.

Se trataba de casi 10 hectáreas de bosque denso ubicadas en el núcleo del santuario de Sierra Chincua, que es donde hay una mayor cantidad de mariposas monarca durante la temporada invernal.

Las denuncias sobre la tala se dieron a conocer por ejidatarios de Jesús de Nazareno, Cerro Prieto y el Hervidero y Plancha quienes conocieron de primera mano la problemática e intentaron evitarla. Sin embargo, la ayuda nunca llegó.

La atención por parte del Gobierno Federal apareció en octubre de 2015 –dos meses después de la tala- cuando la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) anunció el decomiso de 143 metros cúbicos de madera pero sin mencionar de dónde provenían los árboles.

Pero a pesar del operativo conjunto entre la Semarnat, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), esto no detuvo la tala y el 18 de noviembre de 2015 los ejidatarios midieron las 10 hectáreas de la biósfera que habían desaparecido.

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El principal problema es que, además de tratarse de una zona de amplia densidad que proveía refugio a millones de mariposas, la tala se ubica en una región que estaba bajo el cuidado del Gobierno del Estado de Michoacán y el Gobierno Federal dejó que sucediera.

De hecho, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), una dependencia federal que recibió un presupuesto de un millón 358 mil pesos para evitar estas problemáticas, promovió a Gloria Tavera en julio de 2015 a la Dirección Regional Centro y Eje Neovolcánico que comprende 10 entidades del país.
10 hectáreas “no es mucho”

Durante el Tercer Simposio Internacional de Investigación y Conservación de la Mariposa Monarca celebrado en la ciudad de Morelia en diciembre del año pasado, la tala de 10 hectáreas pasó desapercibida e, incluso, se manejó como un logro.

En una tabla comparativa, la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambió Climático (Semarnacc) en el Estado de Michoacán mostró los peores años en los que la tala clandestina degradó la región que fueron de 2003 a 2008.

“Si lo vemos comparativamente, no es mucho en 2015 a comparación del periodo 2003 a 2005 en los que una superficie de 450 hectáreas degradadas en la Reserva de la Biósfera” justificó un funcionario de la Semarnacc durante su ponencia.

Que la reducción del fenómeno fuera tan “significante” incluso llevó al funcionario a decir que “prácticamente en 2015 tenemos tala cero”.

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Todos estos datos fueron monitoreados por el investigador Lincoln Brower del Sweet Briar College de Virginia en los Estados Unidos, quien concluyó que “esta tala incrementa significativamente las amenazas al, ya de por sí, precario futuro del fenómeno invernal de la mariposa monarca en México”.

Brower asegura que no se trata de la cantidad de la tala sino de la calidad del lugar donde se realizó. Según explicó en un comunicado, el 12 de diciembre de 2015, la última tala trastocó dos áreas que han sido “colonias sustanciales de mariposas monarca en los últimos 40 años”.

Mientras las 450 hectáreas taladas entre 2003 y 2005 consumieron las orillas de los santuarios, la tala de tan sólo 10 hectáreas en el núcleo de los mismos generó un daño mayor, puesto que son árboles directamente relacionados con el fenómeno.

Ante ello, el secretario de Medio Ambiente en Michoacán, Ricardo Luna García, señaló que ya se está trabajando en una mesa de seguridad para combatir la tala clandestina en la zona que le compete, aunque dijo que supieron de la tala apenas en noviembre de 2015.

Recursos no llegan

Al Simposio sobre la Mariposa Monarca también asistieron ejidatarios como Don Delfino, representante del ejido Nicolás Romero, reclamó la falta de recursos en el lugar para “quienes de veras estamos trabajando en la sierra”.

A pesar de tanto el Gobierno Federal como el Gobierno del Estado de Michoacán y el Gobierno del Estado de México aportan importantes sumas de dinero para la conservación de la biósfera, a decir de los ejidatarios estos recursos nunca llegan.

Principalmente por un convenio firmado el 10 de noviembre del 2000 entre Semarnap (antecesora de la Semarnat) y el World Wildelife Found (WWF), donde la Semarnap prácticamente otorga su obligación de mantener la biósfera a una institución privada.

En el documento se especifica que solamente el primer año de operación, la Semarnat debía dale a WWF un total de 2 millones 657 mil 580 pesos para que se hiciera cargo de 56 mil hectáreas.

Como consecuencia, durante la primera década que WWF tomó el control de la zona, la tala ilegal aumentó hasta 67 por ciento y hubo una pérdida de 56 por ciento del bosque denso, algo que no había ocurrido en 45 años.

Por eso, los ejidatarios que resguardan el bosque se consideran abandonados, “no veo resultados, le pido al Gobierno del Estado de Michoacán que mencione una sola actividad que haya hecho en favor de la mariposa monarca” reclamó Don Delfino sin obtener respuesta.

En riesgo el ciclo de la mariposa

A decir de expertos en la materia como la doctora Karen Oberhauser, de la Universidad de Minnesota, de continuar con la tala clandestina en México no se pone en riesgo a la mariposa monarca inmediatamente, sino su ciclo de hibernación.

Las mariposas tendrían que buscar nuevos sitios de hibernación y esto reduciría sus volúmenes hasta extinguirlas gradualmente. ¿Qué tanto? De acuerdo con su monitoreo de larvas y huevecillos, si no hay un cambio radical en 20 años aumentaremos la posibilidad de extinción en un 45 por ciento.

No obstante, si se toman medidas -como reducir la tala clandestina- en conjunto por parte de los tres países que ven esta migración que son México, Estados Unidos y Canadá; en 20 años la posibilidad de extinción de la especie será de sólo 25 por ciento.

Debido a esto, la doctora Oberhauser concluyó “tenemos que hacer algo que funcione, cuidar el bosque no es solamente cuidar a la mariposa monarca, va mucho más allá, es cuidar el hogar de quienes viven ahí, su fuente de comida y sustento. Queremos preservar los bosques no sólo por las mariposas sino por todos nosotros”.

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