Colima, la gran fosa común

Foto: Diario Avanzada

Colima, México. Avanzada (30/04/2022).- La incompetencia de las autoridades ha llevado a intensificar el dolor, angustia e indignación de las familias que durante varias semanas, meses y hasta años viven la pena de buscar a algún hijo, madre, tío, hermana, sobrino.

Al menos 500 familias nucleares viven en Colima no sólo el sufrimiento de la desaparición de algún integrante, sino también la crisis forense que mantiene a la Fiscalía General del Estado (FGE) en el descuido y la ineptitud por resolver los casos adecuadamente y arrojar arbitrariamente los cuerpos a la fosa común.

Viridiana Tapia Cárdenas desapareció el 18 de mayo de 2019 y apenas este 22 de abril pasado la Fiscalía llamó a la madre de la víctima, Blanca Estela Cárdenas Rodríguez, para informarle sobre el cuerpo sin vida de su hija, que había sido echado a la fosa común desde hace más de dos años atrás.

Viridiana fue buscada con desesperación por su familia por casi tres años. A pesar de que su cadáver fue localizado desde el 7 de junio de 2019 junto a un canal –veinte días después de su extravío- y la FGE tenía muestras de ADN del hijo y hermano de la joven para lograr su identificación, las autoridades del Servicio Médico Forense enviaron el cuerpo a la fosa común sin justificación.

Llena de dolor e impotencia, Blanca Cárdenas manifestó que los últimos casi tres años vivió con el sufrimiento y la esperanza  de encontrar a su hija, sin conocer la negligencia de las autoridades. “¿Por qué esperaron tanto tiempo para avisarme? ¿De qué sirve entonces que hayan tenido las muestras de ADN que podían confrontar, si no lo hicieron?”, lamentó la madre desconsolada.

El caso de Viridiana es sólo uno de los que se pudieran estar repitiendo sistemáticamente. De acuerdo a las cifras oficiales de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), dependiente de la Secretaría de Gobernación, sólo en el estado hay mil 438 personas desaparecidas. Del total, mil 23 casos, es decir el 71.14 de las desapariciones, corresponden a hombres; mientras que 413, el 28.72 por ciento, son de mujeres; así como dos casos indeterminados.

La Versión Pública del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas expone que desde 1964 a la fecha, hay 3 mil 958 personas desaparecidas, no localizadas y localizadas en el estado de Colima. De esa cifra general, un total de mil 438 personas se encuentran todavía en calidad de desaparecidas (mil 328) y no localizadas (110), lo que presenta un 36.3 por ciento del total.

MUERTES SIN NOMBRE

Pese a que el problema existe desde tiempo atrás, no se ha hecho nada por mejorarlo, el problema persiste. En 2019 Colima registró 514 cuerpos no identificados, repartidos entre fosas comunes y las morgues del Servicio Médico Forense (Semefo), de acuerdo a una investigación realizada por el Laboratorio de Investigación e Innovación Periodística A.C, “Quinto Elemento Lab”.

Para agosto del año pasado, la entidad tenía 177 cuerpos sin identificar que fueron depositados en las fosas comunes, según el informe “La crisis forense en México” realizado por el Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México (MNDM).

Recientemente la misma  Fiscalía General del Estado dio a conocer, a través de su Dirección de Prevención del Delito y Atención a Víctimas, mediante la solicitud de transparencia 0031072; que desde el primero de enero de 2016 y hasta el 20 de agosto de 2020 envió 383 cadáveres a la fosa común sin identificar.

Los últimos días del mes pasado, en Tecolapa, Tecomán; fueron localizados los cuerpos sin vida de al menos 26 personas. El fiscal especializado en materia de desaparición de personas, Héctor Javier Peña Meza, reveló que la cifra ascendió a 26, además de cuatro que habían sido encontrados en un área cercana a la comunidad de Piscila, municipio de Colima.

Al respecto, el funcionario mencionó que donde se han encontrado las fosas, es “una zona de difícil acceso, con algunas complicaciones; obviamente es una zona muy utilizada por el crimen organizado”.

COLIMA, UN ESTADO DE FOSAS

Pero la historia de fosas clandestinas en Colima no es nueva, se han identificado desde años atrás con cientos de víctimas. En 2020 se recuperaron 89 cuerpos en distintas fosas de la entidad, revela el informe sobre personas desaparecidas que elaboró la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación. En el documento anota que Colima, junto con Jalisco, Guanajuato, Michoacán y Zacatecas concentró el 75.9 por ciento de los cuerpos recuperados ese año.

También en 2019 Colima encabezó la lista de los estados con más fosas. En seis meses –entre diciembre de 2018 y mayo de 2019-, de los 274 cadáveres hallados en todo el país, 86 de ellos estaban en la entidad, desveló el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas.

En septiembre de ese año, el Colectivo de Búsqueda de Personas Desaparecidas mostró públicamente cientos de fotografías de las personas desaparecidas en Colima, en su mayoría jóvenes. Con la campaña titulada “Colima, fosa común”, los integrantes del colectivo aseguraron que en la entidad se tenía el registro de mil 700 desaparecidos, aunque la cifra es mayor por aquellos casos que no se han denunciado ante la autoridad.

A través de las redes sociales, los integrantes del colectivo expusieron que también podrían orientar a los familiares de los desaparecidos para que la Fiscalía General les tome la muestra de ADN y pueda compararla con los cadáveres que localizan en las fosas clandestinas.

“Esperamos lograr el objetivo, que es que las personas empaticen con nosotros y nos ayuden compartiendo las fotografías, porque posiblemente no pueden acompañarnos a las búsquedas o a las marchas que hacemos, pero sí compartiendo las fotografías de los muchachos porque alguien tendrá información de ellos”, señaló Blanca Ramírez Hernández, secretaria del colectivo, a través de un video que difundió en Facebook.

DESAPARICIONES Y HALLAZGOS 

En México, desde 2006 y 2019, “más de 38 mil 500 cuerpos no identificados fueron ingresados a los servicios médicos forenses del país para terminar en cámaras frigoríficas, fosas comunes o escuelas de medicina; algunos, incluso, fueron desaparecidos en los registros estatales, dejados en funerarias, o incinerados”; publicó en septiembre de 2020 el Laboratorio de Investigación e Innovación Periodística A.C “Quinto Elemento Lab”, en su reportaje “Un país rebasado por sus muertos”.

De ellos, muchos han quedado en el anonimato dentro del sistema forense, incrementándose el fenómeno de manera paulatina hasta llegar a la crisis que hoy continúa: 2006: 178; 2007: 433; 2018: 4 mil 408; y 2019: 4 mil 905 se acumularon. Para la asociación civil ningún gobierno, informe o diagnóstico, “ha aclarado hasta ahora cuántos son y en dónde están esas decenas de miles de cadáveres anónimos”.

Por otro lado, en el segundo semestre de 2018 un tráiler circuló por Colima y posteriormente fue abandonado en Jalisco con cientos de cuerpos sin vida. Las autoridades apilaron 322 cuerpos a bordo de dos tráileres rentados, uno de los cuales estuvo errante y sin refrigeración por calles de Guadalajara.

En febrero del año siguiente, se localizaron en Santa Rosa, Tecomán, 49 fosas clandestinas y 69 cadáveres sin nombre ni apellido. En 2020, a nivel nacional, Colima se encontraba en la posición número 15 de los estados con menos cuerpos no identificados en el país, en una estadística en la que además se contemplan los cadáveres que están en el Centro Médico Forense Federal (Cemefofe) de la Fiscalía General de la República (FGR); ubicación alarmante tomando en cuenta que es la entidad con menos habitantes.

El Movimiento Nacional por Nuestros Desaparecidos de México presentó recientemente un informe sobre la crisis forense en el país, en donde advierte que existen 52 mil 004 cuerpos sin identificar. Mientras, Quinto Elemento Lab reportó hace dos años que a nivel nacional, 38 mil 891 cuerpos que pasaron por algún Servicio Médico Forense entre 2006 y 2019 sin ser identificados. Información del Gobierno Federal anota que en el país se recuperaron, desde diciembre de 2018 y hasta diciembre de 2020, 2 mil 395 cuerpos; de los cuales el 39 por ciento ha sido identificado.

Otro dato aterrador y lamentable es que Colima ocupa el primer lugar a nivel nacional en homicidios doloso por cada 100 mil habitantes, confirmó en febrero de este año el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Cresencio Sandoval González. Aclaró que la posición se debe a la cantidad de población que tiene el estado, puesto que el año pasado se reportaron 947 eventos en Colima, mientras que Jalisco, que ocupa el 13 lugar, tuvo 4 mil 483 casos, pero su población es mayor.

EL CALVARIO QUE NO TERMINA

Desgraciadamente el viacrucis de las familias que pierden a un integrante no termina al encontrarle. A la tragedia que acompaña el dolor, la penumbra y la ausencia, se suma la ineptitud e indolencia de las autoridades. Se dan los casos en que todavía tienen que enfrentarse a los trámites y la falta de empatía de la burocracia.

Luego de que le negaron el cuerpo de su hija por más de dos años, ahora la señora Blanca Cárdenas ha tenido que lidiar con la falta de interés por agilizar los trámites. Carmen Sepúlveda Gómez, presidenta de la Red Desaparecidos en Colima A.C., dijo que se han realizado diversas gestiones con la Comisión Estatal de Búsqueda, la Fiscalía de Personas Desaparecidas, la Comisión Estatal de Víctimas y el Ayuntamiento de Coquimatlán para tratar de agilizar el procedimiento, pero no hubo respuesta positiva.

Además indicó que no es el único caso de este tipo que se ha presentado en la entidad, se atraviesa por una situación muy complicada en la que no entregan en tiempo y forma los cuerpos de las personas que habían estado desaparecidas, las autoridades trabajan con grandes deficiencias y retrasos.

Por su parte el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Colima (CDHEC), Roberto Ramírez confirma el problema de la crisis forense que está afectando a los familiares de las personas desaparecidas, por lo que abrió una queja de oficio para el caso de Viridiana, pero faltarían muchos más.

Denunció que se carece de las herramientas que se necesitan para identificar los cadáveres que se localizan y además no hay elementos periciales, “para que con la prontitud que se requiere, se pueda hacer una relación  entre los cuerpos que se encuentran y las víctimas de desaparición”.

“Entiendan mi dolor, entiendan mi ansiedad, mi desesperación, que quiero que me entreguen el cuerpo de mi hija. (…) Creo que no es justo esto que estoy viviendo, esto que está viviendo mi familia, es muy doloroso, tengo mucho coraje e impotencia ante toda esta negligencia del gobierno. Yo solo pido a las autoridades que hagan su trabajo como debe ser, que me entreguen a mi niña, ya es mucho tiempo: horas, noches, días caminando por las calles buscándola, no es posible que no se apiaden de mí, ya no puedo esperar””, pidió la madre de Viridiana, una víctima más de las miles que padecen el calvario de ver a su familiar desaparecido, o encontrado muerto, y sin poder tenerlo aún.
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