Región Sierra Occidental: El paraíso de la desaparición

Por: Darwin Franco Migues

Parte V

22 de octubre 2015.- Para los jaliscienses Puerto Vallarta es considerado un paraíso. Sus playas guardan el descanso de los paseantes pero también esconden dolorosas historias de desaparición vinculadas, en muchos casos, a las redes del narcotráfico que dominan en la zona el trasiego de la droga y la trata de personas. Sí, Puerto Vallarta –como precisan las familias de los desaparecidos de este municipio- es también un paraíso de la impunidad.

Puerto Vallarta es la ciudad que fuera de la Zona Metropolitana de Guadalajara concentra más denuncias por desaparición en todo Jalisco, las cifras oficiales precisan que en este puerto no han regresado a casa: 115 personas. Las familias que, al momento, han realizado marchas y manifestaciones para exigir la búsqueda de sus familiares reconocen más de 200.

La más reciente de las desapariciones sucedió el 16 de octubre de este año cuando se dejó de saber de Miriam Patricia Almanza Cruz, la abogada de profesión fue vista por última vez en el parque Hidalgo, lugar a donde fue para verse con un cliente. Sus familiares al no saber de ella rápidamente realizaron una marcha para exigirle a las autoridades de Puerto Vallarta su búsqueda, éstas sólo les pidieron “calma y paciencia, ya que ellos realizan una investigación de inteligencia y no emocional”. A una semana de los hechos no hay avances.

Lo mismo ocurre con los casos de desaparición que suceden en toda la Región Sierra Occidental, zona geográfica a la que ahora pertenecen los municipios de Puerto Vallarta y Cabo Corrientes, luego de que en enero desapareciera la Región Costa Norte, el otro municipio de esta extinta región, Tomatlán, ahora forma parte de la Región Costa Sur.

De acuerdo a los datos del Registro Nacional de Personas Extraviadas y Desaparecidas (RNPED), en los ocho municipios que conforman esta región existen 136 denuncias por desaparición. La Fiscalía General de Jalisco, no obstante, sólo registra en su Dirección Regional, con sede en Puerto Vallarta, 28 denuncias, mientras que el Área de Desaparecidos de la misma Fiscalía reportó –a través de su unidad de transparencia, oficio LTAIPJ/FG/1134/2015- la existencia 226 denuncias.

La no concordancia en los datos, a decir de Eduardo Almaguer, Fiscal General, se están corrigiendo. Sin embargo, la diferencia entre las denuncias estatales de desaparición y las que la Fiscalía reporta a la Secretaría de Gobernación, responsable del RNPED, es de 90 personas. El paraíso, quizá, requiere menos miedo y más turismo.

Los municipios que ahora conforman la Región Sierra Occidental son Cabo Corrientes, Puerto Vallarta, San Sebastián del Oeste, Talpa de Allende, Mascota, Guachinango, Atenguillo y Mixtlán. En la siguiente infografía se puede ver el número de desaparecidos, conforme a los datos del RNPED, que hay en cada uno de los ocho municipios de la región.

Desaparecer en la Región Sierra Occidental

En tiempos recientes, la Región Sierra Occidental ha sido escenario de múltiples hechos violentos que derivaron en la creación de la denominada Operación Jalisco, la cual arrancó el pasado 1 de mayo tras la generación de diversos bloqueos en el estado como una presunta reacción al plan de captura de Nemesio Oseguera, “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) de parte de autoridades federales.

Uno de esos hechos sucedió el 7 de abril de 2015, cuando un convoy de la Fuerza Única Jalisco (FUJ) que viajaba sobre la carretera Puerto Vallarta-Mascota, específicamente en la comunidad de Soyatán en el municipio de San Sebastián del Oeste, fue atacado por integrantes del CJNG como una como venganza por la muerte de Heriberto Acevedo Cárdenas, “El Gringo”, el cual fue abatido, el 23 de marzo en Zacoalco de Torres. Este ataque le arrebató la vida a 15 de los 40 policías que conformaban el convoy.

Otro escenario de violencia que se generó en esta región fue la emboscada que el mismo CJNG orquestó en contra del Ejército Mexicano, en mayo de 2014, en el municipio de Guachinango. El ataque fue realizado por Giovanni Castro Urbano, ”El Duende”, recientemente detenido por fuerzas federales, el 22 de septiembre de 2015, en el municipio de Ameca, perteneciente a la Región Valles. Al este capo se le investiga también por su presunta participación en el ataque y muerte de 15 elementos de la FUJ.

La ruta operativa del CJNG pasa por los municipios de la Región Valles, Región Sierra de Amula y los de la Región Sierra Occidental, región en la tienen fincado parte su centro financiero (el otro se ubica en Zapopan), esto es lo que han arrojado parte de las pesquisas dadas a conocer después de la detención de Abigael González Valencia, “El Cuini”, detenido en Puerto Vallarta el pasado sábado 28 de febrero por la Secretaría de Marina-Armada de México. “El Cuini” fungía como el cerebro financiero del CJNG.

Esta ruta de lavado de dinero, trasiego de droga y trata de personas usada por el CJNG no sólo influye en la violencia en la región, donde el 70% de los homicidios suceden por el uso de armas de fuego, sino que también repercute en la existencia de otros delitos como el comercio sexual, pues hoy Puerto Vallarta es reconocido como uno de los focos rojos de la trata de personas en el país. A eso se le suman las más de 236 desapariciones que, a decir de las familias de desaparecidos, no están siendo vinculadas ni a las acciones que realiza en el CJNG ni a los negocios de explotación sexual, esto principalmente vinculado a la desaparición de mujeres, como reiteradamente lo han exigido los familiares de Erika Berenice Cueto Vázquez, desaparecida en Puerto Vallarta el 12 de noviembre de 2014.

¿Dónde está Erika Cueto?

Andrés Cueto carga en mochila todos los días diversos volantes que reparte a las personas para que sepan que su hija, Erika Berenice Cueto Vázquez, está desaparecida desde el 12 de noviembre de 2014. Desapareció en Puerto Vallarta cuando iba rumbo a San José del Valle, Nayarit. Esto es, al menos, la información con la que cuenta la familia.

Erika radicaba en Puerto Vallarta donde era propietaria del Studio Pole Fitness que cada año organizaba la Competencia Nacional Pole Fitness Vallarta, la cual iba a realizarse seis días después de su desaparición. La comunicación entre Erika y su familia era constante, esto a pesar de que ellos radican en Guadalajara. El 13 de noviembre la supieron desaparecida.

Andrés, su padre, desde entonces ha vivido de todo porque le ha tocado escuchar “de todo” de parte de las autoridades. Primero esperó a que los problemas de jurisdicción entre las autoridades de Nayarit y Jalisco se resolvieran, después esperó aún más porque en la dirección regional que la Fiscalía General tiene en Puerto Vallarta “no tenían sistema” para poderle tomar su denuncia. Después, Andrés esperó cuatro días más para que le asignaran a un policía investigador. En este tiempo, ninguna autoridad buscó a Erika.

Los únicos resultados que recibió de la Fiscalía fue que el 18 de noviembre se localizó el vehículo de Erika en el Paso del Guayabo. Sin embargo, esto no significó mucho en términos pues es fecha en que no se sabe quién lo pudo dejar ahí y en qué sitio o taller, el vehículo de su hija fue pintado de rosa a blanco: “La autoridad me dice que la desaparición de Erika tiene prioridad; sin embargo, es poco lo que se avanza”, precisó Andrés quien junto con Lety, madre de Erika, forman parte de Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos (FUNDEJ).

El pasado 12 de octubre, a ocho meses de su desaparición escribieron en Ayúdame a encontrar a Erika: “No nos cansamos ni cansaremos de decirte que te amamos y te seguimos buscando. No descansaremos hasta tenerte con nosotros. Porque mereces una vida plena y en compañía de quienes amas. Por favor no te rindas, sigue en pie de lucha, que nosotros estamos en esta lucha contigo, esta lucha por tu libertad. No estás sola”.

Encontremos a Vini

Aldo Vinicio Araiza Bracamontes, Vini como amorosamente lo llaman su madre y su hermano, cumplió el pasado 18 de octubre 24 años. Él, sin embargo, está desaparecido desde el 16 de diciembre de 2012. Su desaparición sucedió en la ciudad de Puerto Vallarta en la colonia 5 de diciembre. Vini desapareció cuando salió esa noche de su casa para ir a buscar el cargador de su celular que había dejado en su vehículo que estacionaba detrás del domicilio que comparte con su madre. Desde ese día no saben dónde está.

Quienes tampoco supieron dónde buscarlo fueron los agentes investigadores de la Dirección Regional Costa Norte de la Fiscalía General de Jalisco, la cual tiene su sede en Puerto Vallarta; sin embargo, desde inicio del 2015, los municipios de Cabo Corrientes y Puerto Vallarta ahora pasaron a ser parte de la Región Costa Sierra Occidental, estos cambios territoriales han propiciado que en la búsqueda de Vini, su familia haya tenido que cambiar en tres ocasiones de ministerios públicos, lo cual dificulta en todo momento su búsqueda porque “los nuevos investigadores” tienen que iniciar de cero cada vez.

El hermano de Vini, Christopher, asegura que los últimos avances en la investigación y búsqueda de su hermano sucedieron hace más de un año y medio cuando se llamó a declarar tanto a la novia como a un amigo de Vini: “Ellos fueron las últimas personas que estuvieron con él antes de la desaparición y nosotros consideramos que ellos podrían tener algún tipo de información. Con su amigo pasó toda la tarde noche del sábado 15 de diciembre y con su novia todo ese domingo 16; sin embargo, la Fiscalía concluyó que ninguno de ellos tenía más información sobre la desaparición de mi hermano”.

Esto lo supieron porque después de insistir e insistir hace apenas un mes les fue entregada la copia del expediente de la investigación de Vini y ahí se percataron que, en efecto, no hay nada más: “Yo lo que les exijo cada vez que voy es que investiguen algo más porque no hay fuera de lo que nosotros les hemos dado”, explica Christopher. A él le parece muy grave que aun habiendo información clave en el expediente ésta no se esté investigando: “No hay nada sobre el dato que arroja la sábana de llamadas del celular de mi hermano, del cual salió una llamada un día después de su desaparición. De eso no hay nada en el expediente, lo que sí hay son puros oficios de colaboración que la Fiscalía mandó a otros estados pero datos de investigación e indicios de búsqueda no existen”.

Para el hermano de Vini no hay trabajo de los policías investigadores de Puerto Vallarta porque si quisieran buscar a su hermano ya hubieran ido a la colonia 5 de diciembre a preguntarles a los vecinos que pudieron haberlo visto cuando salió de su casa al carro: “si quisieran investigar ya hubieran preguntado si alguien vio a mi hermano, si vieron si se le acercó alguien caminando o en un carro. También ya hubieran solicitado los videos de las cámaras de seguridad de un mini súper que está frente a la casa o los de las cámaras de la tienda Ley que también apuntan a la zona, pero de eso no hay nada en el expediente”.

Lo que busca la Fiscalía General de Jalisco con toda su aparente investigación, de acuerdo a Christopher, es ya no encontrar a su hermano en vida sino únicamente en muerte: “Yo lo que quiero es que investiguen porque lo que ellos buscan es cerrar el caso y sólo buscar a mi hermano en una fosa. Mi madre desde que llega al ministerio público sin que ella diga palabra alguna sólo le dicen: Señora no tenemos nada”

La búsqueda de Aldo Vinicio Araiza Bracamontes la está realizando su familia a través de un página en Facebook llamada “Encontremos a Vini Bracamontes”, ahí difunden de manera la información de su hermano pero también la de otros desaparecidos de Puerto Vallarta.

Para Christopher y su madre han sido años muy duros pero también años en que ellos han aprendido a encontrarse aún la distancia, su madre vive en Puerto Vallarta y constantemente va al ministerio público para saber qué saben de su hijo. Christopher radica en Guadalajara y desde acá participa activamente en FUNDEJ. Ambos desean encontrar con bien a Vini pero también desean que las autoridades cumplan con su trabajo porque están cansados de llamadas y visitas preguntando: “Si Vini aún está desaparecido”.

La búsqueda de Oscar Enamorado

Oscar Antonio López Enamorado desapareció el 19 de enero de 2010 en el municipio de San Sebastián del Oeste. Oscar forma parte de esa larga lista de migrantes centroamericanos desaparecidos en México. Su condición migratoria, a decir de su madre Ana Enamorado, hace aún más difícil su búsqueda. En nuestro país han desaparecido más de 70 mil migrantes, esto de acuerdo a la información de la Caravana de Madres Centroamericanas que año con año viajan por nuestro país en búsqueda de sus hijos.

Ana, originaria de San Pedro Sula, no ha parado de buscar a Oscar. Salió de su país y se internó en México en búsqueda de una pista que le ayude a localizar a Oscar: “Estoy aquí sola buscando a mi hijo, no es fácil estar en esta lucha. Hay momentos que siento que ya no tengo fuerzas, pero tengo que continuar porque el amor a mi hijo me tiene aquí en México”.

Óscar dejó a su madre cuando tenía 17 años, partió de San Pedro Sula, Honduras, en enero del 2008. Su sueño de migrar se cumplió y estuvo poco más de un año en Austin, Texas. Ahí conoció a unos jóvenes originarios de la comunidad El Carrizo, perteneciente al municipio de San Sebastián del Oeste. Decidió irse con ellos en 2009 para pasar ahí una temporada, “no más de dos meses, luego me regreso a Honduras”, le dijo Óscar a su madre.

Al inicio las llamadas eran constantes y Óscar informaba que estaba bien. La familia de sus amigos, le dio un trabajo e, incluso, le prestaban una camioneta. Todo parecía normal hasta que las llamadas se volvieron esporádicas y las palabras de Óscar monosilábicas. Ana Enamorado supo que su hijo ya no era el mismo, que algo le había pasado.

De las últimas llamadas que Óscar hizo a su madre, una en particular la preocupó, pues un hombre alterado la llamó para decirle que su hijo le había chocado su camioneta y, por ello, exigía la cantidad de 15 mil pesos. Ana dudó, pero su hijo al teléfono le confirmó el daño. Eran los primeros días de septiembre del 2009. En dos exhibiciones, Ana Enamorado depositó el dinero a nombre de dos personas: Eraclio Peña Ponce y Fortunato Peña Curiel, personas que además le dieron cuatro números telefónicos para que no desconfiara. Números donde nadie volvió a contestarle.

Septiembre, octubre, noviembre, diciembre y 19 días de enero tuvieron que pasar para que Óscar llamara de nuevo a su madre. Fue una llamada rápida donde éste, ya con otra voz, alcanzó a decir que: “estaba bien y que iría con unos amigos a Puerto Vallarta”, la llamada se cortó y Óscar no alcanzó a explicar quiénes eran esos amigos y cuándo regresaría a casa.

Esos amigos, sin embargo, ya no eran los mismos chicos con lo que viajó de Austin a Jalisco, pues Filiberto Peña Ponce y Humberto Ponce Ramírez fueron asesinados en El Carrizo por un grupo de hombres armados cuando junto con otros dos jóvenes cuando circulaban en la camioneta que meses atrás había chocado Óscar. El hallazgo de sus cuerpos se dio el 10 de diciembre de 2009 en San Felipe de Hijar, comunidad vecina de El Carrizo.

Desde el 19 de enero de 2010, Ana Enamorado ha presentado ya tres denuncias. La primera de ellas, la hizo en la delegación de la PGR en Jalisco y quedó asentada con el número 520/2013. La segunda denuncia la realizó en las instalaciones de la PGR en el Distrito Federal, donde le otorgaron el folio 079/2013. La última, la presentó en la delegación regional de la Fiscalía General de Jalisco con el número de registro 163/2014.

En las tres instancias, Ana Enamorado entregó las direcciones y los números de teléfono de quienes podrían dar información sobre el paradero de Óscar, facilitó los comprobantes de los depósitos de las personas que cobraron el dinero por el daño que su hijo causó a una camioneta en El Carrizo, otorgó las notas de prensa que dan constancia de lo ocurrido con la camioneta y los jóvenes que convencieron a Óscar de venir a México, además indicó que pese a estos hechos su hijo continúa con vida, pues éste le llamó en enero de 2010.

Una y otra vez, les repitió y explicó los indicios que podrían llevar al paradero de Oscar y ante esto sólo les pidió que marcasen o fuesen a El Carrizo para preguntarles a los habitantes de esa localidad -de no más de 200 personas- qué es lo que saben de él y qué información pueden dar para localizar a los amigos con los que se fue a Puerto Vallarta.

Tres instancias, tres ministerios públicos y ni uno de ellos ha sido capaz de insistir con las llamadas, pues alegan que “nadie contesta”, tampoco han acudido a El Carrizo porque dicen que “el lugar está peligroso y quien va no sale”. En conclusión, las pistas de Ana Enamorado han sido desdeñadas porque ni la PGR ni la Fiscalía General de Jalisco, como asegura, han tenido la mínima intención de buscar a Oscar. Ella, sin embargo, no descansará hasta encontrarlo: “Yo le prometí a Óscar que siempre podría confiar en mí. Lo voy a encontrar”.

Estas son apenas tres historias de la lucha que familiares de desaparecidos están haciendo en la Región Sierra Occidental; sin embargo, no son las únicas. Hay muchas más que exigen a las autoridades de Jalisco busquen a sus familiares, tal es el caso del chef argentino, Federico Tobares, desaparecido el 5 de junio de 2013 en Zapopan aunque él residía en Puerto Vallarta donde tenían un restaurante. Viajó de Vallarta a Zapopan por motivos de trabajo a bordo de un Caliber Chrysler plateado (Placas VDJ-69-78). No se sabe nada de él.

Otro caso es el del regidor independiente en Puerto Vallarta, Humberto Gómez Arévalo, quien desapareció el 15 de enero de 2015. A la fecha poco se sabe de la desaparición de quien fuera regidor de Movimiento Ciudadano, lo único que se supo es que quien podría haber dado información sobre su caso, Reynaldo Bedolla Palma, “El Comandante”, presunto líder del CJNG en Puerto Vallarta, fue abatido por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional y la Marina, el 18 febrero de 2015. También se dijo que su cuerpo era uno de los dos que se hallaron, el 23 de febrero, en una fosa clandestina ubicada en el predio denominado Cerro El Pirulí en Puerto Vallarta. Sin embargo, ahí no se localizó al regidor.

La Región Sierra Occidental y, específicamente, Puerto Vallarta que concentra el 50% de las desapariciones de la región, siguen exigiendo que las autoridades hagan su labor de inteligencia en la búsqueda de sus seres queridos. La Fiscalía General de Jalisco asegura que trabaja para encontrar a todos los desaparecidos. En las tres historias aquí narradas no existen los avances que presumieron el pasado 14 de octubre en una rueda de prensa el Fiscal General, Eduardo Almaguer, y la titular de la Unidad de Búsqueda de Desaparecidos, Violeta Meza. En las historias aquí descritas no hay investigación sólo impunidad.

http://www.proyectodiez.mx/region-sierra-occidental-el-paraiso-de-la-desaparicion/