Selva y apicultura de Yucatán, “en riesgo” por soya transgénica

La siembra de soya transgénica en la península de Yucatán pone en riesgo la selva, la cultura de los pueblos mayas y la producción de miel, afirmaron apicultores e integrantes de las organizaciones Ma OGM, Grupo Indignación de la Comunidad y Greenpeace.

Esa siembra responde a intereses comerciales e industriales, no es una actividad de las comunidades indígenas, asentó Leydi Pech, del Colectivo Apícola Chenero.

La oposición a la siembra de la soya transgénica, explicó Pech, es una llamada de alerta a las autoridades para impedir la destrucción de la selva de la región, ya que a partir de la entrega de los permisos –hace tres lustros– para el cultivo experimental, piloto y comercial se agudizó la tala de cientos de hectáreas.

Esta es una lucha para evitar la desaparición de la selva, ya que de otorgarse los permisos eso sucederá tarde o temprano; por eso le pedimos a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que vean con consideración a nuestras comunidades, acotó.

A una semana de que la SCJN determine si continúa o rechaza los recursos de amparo interpuestos por los apicultores de Campeche y Yucatán para frenar el cultivo de soya genéticamente modificada, Rodrigo Ojeda, director legal en Latinoamérica Norte, y Juan Manuel de la Fuente, director del Departamento de Regulación, ambos de Monsanto, aseguraron que la siembra de la oleaginosa no es riesgosa para la apicultura y rechazaron que el glifosato, agroquímico utilizado para dicho cultivo, afecte la salud humana. No hay pruebas científicas contundentes de ello, añadieron.

Agregaron que no hay en la Unión Europea rechazo a la miel que contenga rastros de transgénicos, el límite es de 0.9 por ciento en el polen. Es un mito; se ha hecho mucho ruido de que puedan disminuir las exportaciones; los comerciantes que piden cero tolerancia a los apicultores lo hacen para bajar los precios, apuntaron.

Ojeda desmintió que la siembra de soya transgénica sea la causa de la deforestación de la selva. En Hopelchén sólo hay 4 mil 261 hectáreas sembradas con soya, nada tiene que ver con la deforestación, tampoco hay una ley en el país que prohíba la comercialización de ese tipo de oleaginosa. La biotecnología no debe echarse a un lado sólo porque lo dice un grupo de indígenas, dijo. Además, sostuvo, Monsanto es empresa líder en la protección de las abejas.

En el debate que las agrupaciones contra la siembra de soya modificada y representantes de Monsanto sostuvieron en el programa Chiapas Expediente Nacional producido por la Red de Comunicadores Bica de Polen para Radio UNAM, Jorge Fernández, del Colectivo Ma OGM, insistió en que los permisos otorgados por Sagarpa y Semarnat para la siembra de 253 mil 500 hectáreas de soya transgénica en siete estados, si violan los derechos colectivos de las comunidades, pues no se aplicó el principio de la consulta libre, previa e informada.

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