Con violencia, empresa Autovan pretende imponer la autopista Toluca-Naucalpan en Xochicuautla

El martes siete de junio, más de doscientos granaderos ingresaron de nuevo a la comunidad de Xochicuautla, Estado de México, resguardando las maquinarias que ingresaron trabajadores de Autovan, para continuar con las obras de la autopista Toluca-Nauclapan, ahora en los lugares sagrados. Los trabajadores, acompañados de algunos representantes del gobierno del estado, alegaron que la comunidad no quiso entablar un diálogo a fin de solucionar de la mejor forma el conflicto.

“Cuando la comunidad levantó hace 15 días un campamento en el paraje Pon Di Shi, debido al daño en los cultivos y caminos, el propio gobierno del Estado de México, solicitó a la gente una reunión donde estaría presente la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), representantes de Autovan, la Procuraduría Agraria y otros involucrados en el proyecto. La asamblea comunitaria acordó que esta reunión se iba a realizar en Xochicuautla, el lunes seis de junio, con el objetivo de que la empresa presentara toda la documentación legal que le permite realizar trabajos en la comunidad”, informó José Luis Fernández, integrante del Frente de Pueblos Indígenas en Defensa de la Madre Tierra.

La comunidad espero más de una hora, pero sólo llegaron dos representantes del gobierno de Lerma, Eduardo García y Eliudt Torres, quienes manifestaron no saber porque los representantes de la empresas y de las diferentes instituciones del gobierno no llegaron. “Levantamos un acta de inasistencia, esto no era sorpresa para nosotros, sabíamos que era un pretexto para seguir entrando maquinaria”, manifestó Hernández.

“Efectivamente ocurrió lo que sospechamos, ayer martes llegaron los trabajadores resguardados por cientos de granaderos, la gente les pregunto que porque estaban ahí si ellos no asistieron a la reunión, a lo que los trabajadores respondieron que llevaron la documentación que avala los trabajos en Xochicuautla, pero la comunidad no se presentó al encuentro”, refirió el integrante del frente.

Desde el 18 de junio, la comunidad indígena ha estado sitiada por trabajadores de la empresa Autovan, custodiados de manera permanente por Policías Estatales, personal del Gobierno Estatal y Policía Ministerial, quienes se empeñan en llevar a cabo el proyecto carretero Toluca-Naucalpan que dañará 600 mil metros cuadrados de bosque, afectando la producción de 250 millones de litros de agua por año.

La carretera de cuota, partiría a la mitad las tierras ancestrales y lugares sagrados de la cultura Otomí. “Ayer fue uno de los días más difíciles para nosotros, la maquinaria pesada pasaba cerca de la gente, pero lo más preocupante es que ya empezaron a derribar algunas casas, nuestra intranquilidad es que en esa zona hay unas doce casas y la gente no quiere vender, porque es su patrimonio, no han sido ni consultados ni informados del proyecto y van a defender sus territorios como sea”, informó Hernández.

A casi un mes de intensos trabajos de la empresa, cientos de cultivos han sido removidos, las montañas partidas en dos para dar paso a una carretera que plantea conectar la lujosa zona de Santa Fe con el aeropuerto de Toluca. Xochicuautla sostiene una resistencia civil pacífica desde hace ocho años llenas de batallas legales ganadas. “Estamos llenos de amparos que hemos ganado, desde noviembre interpusimos varias denuncias ante Procuraduría General de la República (PGR), y hasta la fecha no han hecho nada; hay amparos que están en los tribunales, esto nos hace ver la parcialidad de los tribunales mexicanos, aun así sabemos que la justicia nos ha dado la razón y vamos a seguir por ese camino”, detalló el defensor.

El año pasado la comunidad también tuvo que enfrentar la detención de varios de sus integrantes por la imputación de “oposición a la obra pública” y detenidos y trasladados a Toluca, después de que las averiguaciones no tenían suficiente peso para continuar con el proceso penal, recuperaron su libertad días después.

Los trabajos en la comunidad de Xochicuautla han continuado durante este miércoles, y siguen resguardados por cientos de granaderos, según informó Hernández, ahora están exigiendo ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos medidas cautelares para los comuneros, ante una posible incremento de las acciones de Autovan.

Para José Luis Hernández, los daños que han ocasionado a las comunidades son irreparables, por esta razón junto con otras organizaciones incrementarán las acciones políticas con el objetivo de que el daño a los poblados no prosiga y el proyecto carretero se cancele, porque la asamblea en la que se cambió el uso de suelo fue anulada, pues esas tierra son de uso comunal.

“Estamos viviendo momentos muy difíciles en Xochicuautla, en todos los aspectos, realmente el día de ayer fue muy doloroso, los niños lloraban al ver cómo la maquinaria arrancaba los cultivos, derribaba las casas; cada acción de esta empresa no sólo representa un daño a la tierra, sino a nosotros como comunidad”, expresó Hernández.

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