Cenotes de Yucatán ‘agonizan’ por la contaminación de granjas porcícolas y el boom inmobiliario

Edwin Farfán Cervantes / Por Esto!

La contaminación que generan, por un lado, las granjas porcícolas y, por el otro, la construcción desmedida de viviendas impacta de forma negativa en dos cenotes de Yucatán: en Dzibilchaltún y en Homún.

Alrededor del 70 por ciento de los cerca de 2,100 cenotes que existen documentados en Yucatán están contaminados con basura, agroquímicos, desechos de granjas entre otros, reveló el arqueólogo Sergio Grosjean Abimerhi, uno de los promotores de limpieza de esos ojos de agua y presidente de la Fundación Grosjean.

Declaró que están contaminados por distintos motivos, como agroquímicos, granjas y deshechos de las poblaciones y la falta de tratamiento incluso de las aguas domiciliarias. “Era de esperarse la contaminación” en el cenote de Dzibilchaltún, dijo, tras conocer la noticia de que permanecerá cerrado indefinidamente por altos niveles heces fecales provenientes de los desarrollos habitacionales en la zona norte de la capital yucateca, ya que las edificaciones no cuentan con biodigestores ni tratamiento de aguas residuales; los desechos van directo al manto freático.

En Homún, una zona con varios cenotes de uso recreativo, una pareja que acudió a uno de los cuerpos de agua está ahora hospitalizada debido a una bacteria que “agarró” en uno de esos cuerpos de agua, según el testimonio de Alberto Gamboa, un amigo en común de los afectados, quien se comunicó a POR ESTO! para narrar la mala experiencia y alertar a la sociedad.


Cuerpos de agua, muy contaminados

Según estimaciones, en Yucatán existen entre 7 mil y 8 mil cavidades y, según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), 70 o 75 por ciento presentan bacterias provenientes del lavado de letrinas, actividades porcícolas o fosas sépticas.

Grosjean Abimerhi ha advertido de que la contaminación por pesticidas en pozos y cenotes en el Estado de Yucatán ocasiona varios tipos enfermedades como cáncer de mama u ovario, así como malformaciones congénitas e incluso mortalidad neonatal.

Como “fuentes” de este daño, el arqueólogo ha señalado principalmente las actividades humanas, desde las más cotidianas, como lavar ropa, hasta las granjas porcícolas, que descargan heces fecales, fósforo, potasio, calcio y otros compuestos.

Hace unos días, publicamos los resultados de una investigación conjunta de las universidades Nacional Autónoma de México (UNAM) y Autónoma de Yucatán (UADY), junto con el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), que las productoras de cerdos desechan 1.5 millones de litros de aguas sucias al día en Yucatán.

El arqueólogo ha incursionado en la limpieza de los cenotes de donde ha sacado todo tipo de desechos sólidos, hasta medidores de energía eléctrica. En Chen há, Kopomá, sacaron 211 dispositivos de Comisión Federal de Electricidad (CFE), cuyos componentes han causado la muerte de peces y cocodrilos.

Por todo esto, a Sergio Grosjean no le sorprende que Xlacah, cenote de Dzibilchaltun, haya sido cerrado, tal como informamos ayer. El director del Centro INAH Yucatán, José Arturo Chab Cárdenas, informó que el cuerpo de agua representa un riesgo para la salud de los turistas debido a su contaminación de heces fecales; lo atribuyó a los proyectos inmobiliarios instalados por la zona norte de la ciudad.

El también investigador del proyecto “Atlas arqueológico subacuático de Yucatán” señaló que el Xlacah siempre ha tenido un grave problema de algas, pero enfatizó que “es muy difícil” que un cenote que se ubique al norte de Mérida no presente contaminación biológica por todo lo que el agua debajo de la ciudad arrastra en su corriente desde el sur.

Se quejó de que la masiva campaña de publicidad para ofrecer una ciudad con alta calidad de vida ha causado una gran migración y un mercado de vivienda sin regulación. Citó cifra del INEGI: desde 2020, 100 mil personas han inmigrado y eso ha causado una presión social: se edifican más casas, más restaurantes, hoteles y más industrias, pero no se está vigilando a dónde va todo lo que esta gente está arrojando al manto freático.

No se vigila que las construcciones se les pongan biodigestores, ni ningún sistema para filtrar el agua y todo se va directo al manto freático, por lo cual es casi imposible que haya algún cenote que no tenga bacterias fecales.

“La gente está arrojando a los ríos subterráneos que van a parar a los cenotes los desechos de sus baños y cocinas y los cenotes vienen cargando prácticamente todo el año que viene bajando del sur, pasa por toda la ciudad, arrasa con todo los desechos y desembocan en los cenotes, las Ciénegas y el mar y es lógico de esperar esta contaminación.

El entrevistado señaló que sería necesario que en el cenote de Dzibilchaltún se hiciera un estudio también de metales pesados. “El problema es que no sólo la contaminación está en los cenotes, sino también en el agua que llega a las casas, que es algo muy grave pues puso como ejemplo que los cárcamos que tiene la ciudad solo se está clorando el agua, pero no tienen un sistema de osmosis inversa ni se mejoran las plantas de tratamiento del agua”.

Afirmó que estos metales pesados están viniendo de toda la industria pero también de la ciudadanía que aún tiene la costumbre de arrojar todavía pilas a la basura y así como esa hay muchísimas fuentes de contaminantes, recordando que en los cenotes se han encontrado en los trabajos de limpieza todo tipo de basura desde medicamentos, equipos tecnológicos o celulares.

Acaban en el hospital, tras ir a un cenote

Por otra parte, una pareja comenzó a pasar por episodios de calenturas que la obligaron a consultar a un médico particular, quien les diagnosticó histoplasmosis, enfermedad causada por un hongo que se reproduce en excrementos de pájaro o de murciélago. La inhalación por exposición prolongada e intensa al “histoplasma capsulatum” provoca malestares respiratorios debido a que afecta los pulmones.

El señor Alberto Gamboa contó la experiencia vivida por un par de amigos que hoy están hospitalizados. “Yo hago el llamado para que se tomen las medidas preventivas necesarias, pues muchas personas más podrían enfermarse si nadie dice nada”, apuntó.

Asimismo, recordó que no es el primer caso que le resulta cercano, puesto que “hace 20 años, el hijo de una amistad sufrió de lo mismo, y al niño lo tuvieron que llevar a tratar a Ciudad de México”. Incluso, ahora debido a la preocupación de lo sucedido, recibió una respuesta a una publicación suya en Facebook. “Un contacto me comentó que su esposo también se estaba sintiendo mal, un día después de haber ido también a un cenote en Homún”, contó.

De acuerdo con documentos médicos, la histoplasmosis puede presentarse como una enfermedad respiratoria tipo influenza leve y en tiempos actuales puede pensarse que se trata de coronavirus. “Mis conocidos pensaron que era COVID-19 y se hicieron la prueba y salieron negativos”, apuntó Gamboa.

Gamboa reiteró que no busca perjudicar a los negocios, pues los cenotes de Homún son puntos turísticos muy atractivos. De hecho, por eso no dio el nombre del lugar visitado, pero consideró pertinente revelar lo sucedido para que cada quien haga su parte: dueños, autoridades y sociedad.

En enero de este año, POR ESTO! informó de un cenote prohibido en Peto, el cual está inactivo desde 2019, precisamente porque sus visitantes se enfermaron de histoplasmosis.

El cierre de esas instalaciones resultó un duro golpe para las familias de la comisaría de San Mateo, que todavía tienen esperanzas de que algún día pueda ser rehabilitado.

Por su parte, el municipio de Homún cuenta con 16 cavidades con agua y forma parte del llamado “Anillo de Cenotes”.

https://www.poresto.net/yucatan/2022/7/27/cenotes-de-yucatan-agonizan-por-la-contaminacion-de-granjas-porcicolas-el-boom-inmobiliario-345740.html