Un grupo armado asesinó al menos a cinco policías comunitarios en Guerrero
Un comando irrumpió este domingo en una comunidad en el estado de Guerrero, en el sur de México y uno de los más pobres del país, y asesinó a al menos cinco integrantes de una policía comunitaria, informaron los portavoces de la organización.
Los hombres armados acudieron la madrugada de este domingo (cerca de las 05:00 horas, tiempo local) a la localidad llamada Filo de Caballos, en el municipio de Leonardo Bravo, ubicada unos 37 kilómetros al oeste de Chilpancingo, la capital de la entidad.
Ahí, el comando irrumpió y, después de liquidar a los hombres pertenecientes a la Policía Comunitaria del Frente de Policías Comunitarias del Estado de Guerrero (FPCEG), llevó sus cadáveres frente a la casa de un vecino del lugar. De acuerdo con el vocero de la organización, Salvador Alanís, los agresores llegaron y se fueron por el mismo camino que lleva a la cabecera del municipio.
Según Alanís, que fue citado por el diario Reforma, el comando estaba compuesto por una treintena de hombres, vestidos con ropa tipo militar y cascos. El hombre no descartó que sean integrantes de grupos criminales que buscan controlar la zona.
El gobierno del estado de Guerrero, por su parte, informó unas horas más tarde que la policía rural estatal y personal militar ya se encuentran resguardando la comunidad de Filo de Caballos después del reporte a través del 911 de un “enfrentamiento entre grupos civiles armados quienes portaban armas largas”.
Sin embargo, no confirmaron el número de muertos. “Los pobladores de Filo de Caballos impidieron que los cuerpos fueran levantados por las autoridades competentes, por lo que no pudo verificarse el número de víctimas”, detalló la Secretaría de Seguridad Pública de Guerrero en un comunicado.
Hasta el momento, se desconoce el móvil de los homicidios y la identidad del o los presuntos agresores
Además, la Policía del estado y miembros del Ejército “desplegaron una mayor presencia para evitar que puedan repetirse actos que atenten contra la población”. La Fiscalía local, mientras tanto, anunció que ya había comenzado con las primeras averiguaciones para localizar a los presuntos responsables.
Y es que, de acuerdo con los pobladores de la entidad, los perpetradores de la violencia no sólo son los actores tradicionales, es decir los integrantes de los diferentes grupos de narcotráfico, sino también participan paramilitares, fuerzas estatales y policías municipales. Por tal motivo, los comunitarios han reactivado el sistema de autodefensas.
Es por ello que la cifra de desplazados ha crecido en los últimos años y, de acuerdo con expertos, al menos 6,500 habitantes de la entidad sureña han dejado sus poblaciones de origen para huir de la violencia de la región, dejando atrás sus casas y a veces incluso a sus familias.
Algunos de ellos intentan equivar estas situaciones emigrando a otros municipios más tranquilos, o al menos a aquellos donde la violencia no ha arreciado como lo ha hecho en sus propias localidades. Sin embargo, muchos han decidio emprender su viaje rumbo a los Estados Unidos por ejemplo, o al norte de México, desde donde buscan apoyar a los familiares que dejaron atrás.
“Les enseñamos a defenderse, para que no sean levantados o secuestrados. Nosotros tenemos comprobado que el grupo delictivo (Los Ardillos) si llevas armas, no se mete contigo, pero si no llevas armas, vas armado, te agarra como puerquito y te amarra y te lleva” (sic).
De esta manera, Bernardino Sánchez Luna, consejero de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitaria de los Pueblos Fundadores (CRAC-PF) de Guerrero, justificó el entrenamiento en el manejo de armas a los menores en las comunidades del territorio de la organización.