‘No nos van a callar’: mujeres víctimas de represión denuncian tortura y agresión sexual (Chihuahua)

Texto y fotografías: Martín Orquiz/La Verdad

Acusan a los policías municipales de golpes, maltratos sicológicos, agresión sexual y hasta de robo de celular durante su detención en la marcha feminista; en conferencia de prensa rompen el silencio y advierten que siguen más fuertes que nunca

Ciudad Juárez – Hincadas, seis mujeres integrantes de colectivos feministas juarenses permanecen quietas, con la cabeza agachada y las manos atadas hacia atrás, unas con listones morados y otras con esposas metálicas, mientras que sus compañeras exponen la violencia de la que fueron víctimas el pasado 5 de agosto, cuando fueron arrestadas por elementos de la Policía Municipal.

Una a una, las manifestantes contaron cómo fue que durante una protesta que se realizaba en el Centro Histórico, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) las arrestaron con exceso de fuerza que causó en algunas lesiones, además de maltrato sicológico y agresión sexual.

“Nosotras estamos cansadas de esta represión, decidimos que ya no nos vamos a callar, les venimos a decir ahora aquí que, si tocan a una, vamos a responder todas”, sentenció una de las participantes en la rueda de prensa que convocaron para exponer su postura.

 

Otra manifestó miedo a represalias personales luego que las autoridades tienen sus datos personales y fotografías: “tememos por nuestra seguridad”.

Los hechos que denunciaron ocurrieron el pasado sábado alrededor de las 17:00 horas, en una manifestación convocada por las colectivas Mujeres en Rebelión y Juárez Feminista para protestar contra los abusos policiacos en varios estados del país, principalmente el que ocurrió en León, Guanajuato, contra un grupo de mujeres.

A la par con la convocatoria informativa, las participantes, que vistieron de negro con el rostro cubierto, realizaron un performance para simular la situación que vivieron el 5 de septiembre.

“Estaba al frente del contingente… vi como agredían a las compañeras… al acercarme un policía directamente me aventó, mi cabeza se estampó contra el pavimento… cuando logró incorporarme me vuelve a aventar la persona, de 1.90 de estatura y obeso, me ahorca hasta dejarme en puntillas y sin poder respirar”, contó.

 

Enseguida la llevaron hasta una patrulla, agregó, pero como no podía subirse a la unidad debido a la dificultad que tenía para moverse, los agentes la tundieron a patadas hasta que logró abordar.

Otra de las manifestantes denunció que fue víctima de violencia física, sicológica y sexual: “un oficial me dislocó la rodilla izquierda para después tratar de humillarme por ser lesbiana… me golpeó la cara después de amenazarme de muerte… el mismo oficial que ahorcó a mi compañera me tomó detrás del cuello hasta casi dejarme sin conocimiento para poder subirme a la patrulla”.

Una más recordó que, al arrestarla, los policías le dijeron que sus derechos “se los pasaban por los huevos” y que la tocaron en lugares donde no debieron de hacerlo.

“Ellos me agredieron y me dijeron que nos iban a desaparecer; sin embargo, aquí seguimos más fuertes que nunca”, anunció.

 

Otro testimonio es de una mujer que estaba al frente del contingente organizándolo, cuando de repente observó que varias de las participantes estaban recibiendo ataques físicos por parte de los elementos policiacos, por lo que se acercó a defenderlas.

Enfatizó que ellas no atacaron a los agentes, sino que todas se defendieron de ellos porque a algunas las estaban ahorcando.

Una denunciante se exaltó al contar su experiencia de ese día.

“A mí me estrellaron contra una patrulla, me comenzaron a pellizcar el abdomen, me comenzaron a golpear en el abdomen, me comenzaron a levantar la blusa para tocar mi pecho izquierdo, esto no se puede quedar así…”, alcanzó a decir antes de quedar abrumada mientras es consolada por la mujer que está a su izquierda.

Durante la movilización del sábado pasado, indicó otra víctima, se encontraba atrás del contingente para esperar que las más pequeñas siguieran al contingente.

En un momento determinado se vio rodeada por al menos cinco policías, quienes la detuvieron sin informarle la razón del acto a pesar de que constantemente los cuestionaba el porqué. Por respuesta sólo tuvo golpes y empujones contra la patrulla.

“Me dijeron que iba a valer verga, con esas palabras, y que mis amigas no estaban ahí para apoyarme ya”, contó.

Se la llevaron prácticamente a rastras hacia la unidad, con las esposas muy apretadas y enredadas con la mochila que cargaba, lo cual no le permitió subir las piernas para abordarla.

“Me aventaron de la cabeza… golpeó con el interior de la unidad haciéndome sangrar y rompiéndome el labio, de todos modos la agente mujer, junto con un agente hombre, me empujaron hacia adentro de la unidad y caí entre el asunto y la pared”, menciona.

Todo lo demás, agregó fue sicológico, la tortura de sus compañeras, silenciarlas, amenazarlas, decirles que les iban a dar “un rondín, que nos iban a desaparecer”.

Una integrante de la colectiva Hijas de su Maquilera Madre dijo que acudió a la manifestación para documentar el evento, pero se dio cuenta que un número exagerado de elementos municipales e incluso mandos ya estaban en la zona desde antes de que iniciara.

Acusa que un comandante, de apellido Caro, le quitó un teléfono que estaba usando para grabar la detención de sus compañeras, el oficial reseteó el aparato y cuando lo recuperó se dio cuenta de que toda la información que traía ahí fue borrada.

También le quitaron su teléfono personal, el que ya no pudo recuperar a pesar de que insistió en que le fuera devuelto, al quejarse sólo le indicaron que acudiera al Departamento de Asuntos Internos a interponer una denuncia.

 

EXIGEN A CABADA INVESTIGAR REPRESIÓN POLICIAL

En la misma rueda de prensa la abogada del Centro de Derechos Humanos Paso del Norte (CDHPN), Karla Palacios, dio a conocer que la represión de las mujeres da un mensaje claro: la tendencia es el desprestigio de quienes emiten una opinión diferente, que están en la vía pública y participan de la denuncia de las agresiones en contra de mujeres.

La violencia y la tortura, el acoso contra ese sector de la población, el hostigamiento y persecución deben ser señalados, la normalización de estas conductas, de quienes son responsables de la seguridad, constituyen una violación grave de los derechos humanos de las víctimas, afirmó.

Consideró importante señalar que el CDHPN ha denunciado desde hace más de ocho años los delitos y violaciones a derechos humanos que la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) comete de manera reiterativa.

“Le exigimos a Armando Cabada (presidente municipal de Ciudad Juárez) que se comprometa a investigar de manera pronto, imparcial, independiente, exhaustiva y con enfoque de género las denuncias de tortura y violencia sexual, así como los malos tratos que denunciaron los colectivos de mujeres que luchan en contra de la brutalidad policiaca”, expresó.

Las exponentes no permitieron preguntas por parte de la prensa y dieron por terminado el acto, que se realizó en la explanada de un restaurante ubicado en la avenida Paseo Triunfo de la República, casi esquina con Adolfo López Mateos.

‘No nos van a callar’: mujeres víctimas de represión denuncian tortura y agresión sexual