El miedo se nos quitó cuando nuestros hijos desaparecieron: madres de normalistas de Ayotzinapa

Colima 3.0

Por: Dilva Chávez / 28 marzo, 2015

“Nosotros no tenemos miedo; el miedo se nos quitó cuando nuestros hijos desaparecieron” afirmó María Inés Abrajam, madre de Adán Abrajam, uno de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero.

En el marco del foro “Defensa del territorio, desapariciones y terrorismo de estado”, organizado por el Consejo Indígena en Defensa del Territorio de Zacualpan (CIDTZ), estuvieron presentes tres de las madres de los jóvenes desaparecidos y dos de los sobrevivientes, quienes expresaron su desaprobación al inconcluso caso y repudiaron la posibilidad de elecciones en el estado de Guerrero.

“No vamos a permitir las elecciones. Nos vamos a organizar, porque descaradamente el INE va a vernos a la casa: que quiere que mi hijo participe; si mi hijo está desaparecido, ¿cómo creen que mi hijo va a participar? Que desagraciados son”, señaló María Inés.

Por su parte, Bertha Nava Martínez, madre de Julio César Ramírez Nava, quien fue asesinado durante el ataque del 26 de septiembre en Iguala, dijo sobre los desaparecidos: “Estamos buscándolos en vida, porque vivos se los llevaron, vivos los queremos. No los queremos muertos como nos los quieren entregar, en fosas, quemados o tirados en el río San Juan”.

Respecto a las fosas clandestinas que fueron encontradas las semanas consecutivas a la desaparición de los 43 jóvenes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, cuestionó:

“¿Qué hace el presidente municipal?, ¿qué hace el gobierno?, ¿qué hace el gobernador? A él le viene valiendo sombrilla porque no es su familia, no son sus hijos, pero si fuera su hermano, de volada lo encontraría. ¿Por qué? Porque les sobra el dinero y a nosotros nos falta, pero no nos faltan las fuerzas y el amor a estos muchachos. Hasta encontrarlos vamos a parar”.

Hilda Legideño, madre de Jorge Antonio Tizapa Legideño, indicó: “Nuestra lucha es hacia el gobierno, porque fueron los policías municipales quienes se llevaron a nuestros hijos en complicidad con los militares. A ustedes, madres: quiero que piensen en sus hijos, en sus hermanos, en su familia. A los jóvenes que están empezando a vivir: tienen que levantar la voz; si no quieren hacerlo por nosotros, háganlo por ustedes mismos, para que no les suceda, porque nadie está exento de lo que pueda suceder”.

Francisco Sánchez, uno de los estudiantes sobrevivientes, lamentó el desinterés por parte del público joven colimense en la búsqueda de los normalistas.

“El 26 de septiembre es una noche la cual no se la deseamos a nadie; estar indefenso ante una multitud de policías municipales que te están disparando sin compasión alguna es algo terrible. No veo la parte de la juventud, de los estudiantes. Qué lamentable [porque] de nosotros depende el futuro de México”.
Dilva Peña, integrante del CIDTZ, afirmó que ese mismo día, durante la visita de los familiares de los desaparecidos de Ayotzinapa a la comunidad de Zacualpan, fueron víctimas de amenazas por parte del grupo de Carlos Guzmán, responsable del bloqueo del manantial “Ojo de Agua”, que a través de perifoneo exigía la retirada de los visitantes.

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